Ningún país ni gobierno alguno, puede poner el manejo de sus recursos e industrias estratégicas en manos que no son confiables; en manos que se arrodillen a intereses extranjeros para satisfacer sus demandas incluso al costo de la traición. Pero tampoco se pueden poner dichos recursos e industrias en manos incapaces, aunque esté de por medio la más extensa lealtad y afinidad política, porque el daño podría terminar siendo de mucha mayor magnitud.
El Valor del Radicalismo:
Quevedo llegó a PDVSA hacia finales de 2017. Su primera acción fue revertir la acertada política del hoy desaparecido N. Martínez, quien había decidido oportunamente apuntar hacia la reducción de importación y sustitución por producción propia, incentivando la actividad de las áreas tradicionales, sin descuidar la Faja Petrolífera del Orinoco, en recuperar la capacidad instalada de refinación hoy inhabilitada. Inexplicablemente desde la llegada de Quevedo, el nivel de importación de crudo y productos pasó rápidamente en cuestión de semanas, de un promedio de 70 MBD hacia finales de 2017 a más de 160 MBD durante el primer trimestre de 2018, acelerando el gasto al reducir la posibilidad de sustituir importaciones, mientras "se coagulaba" el derrumbe de la producción propia. El porcentaje de utilización aguas abajo cayó de cerca del 40% a menos del 20%.
Con todo lo radicalmente "madurista" que dice o podría decir ser Quevedo, la realidad es que apenas aterrizó en el cargo, atizó el enrarecimiento del clima organizacional, ha desmejorado las conquistas laborales, ha deteriorado los salarios y ha desmoralizado al personal. Llenó de paracaidistas los altos niveles y posiciones medulares, que hoy han tornado a esa PDVSA prácticamente en una agonizante industria petrolera.
Ese mismo personaje leal a la revolución pero a todas luces no apto para el cargo que ocupa, recibió la industria con una producción de 1.955.000 B/D al cierre de Octubre 2017, para hoy y aun con superpoderes llevarla a un irrisorio nivel de producción de 906.000 B/D, siendo en consecuencia responsable de una perdida acumulada de 949.000 B/D @ julio’2019.
No existe un solo especialista, conocedor, ni menos experimentado en esa junta directiva. No por casualidad, no ha habido una sola propuesta o acción que haya expresado, impulsado o implementado durante sus casi dos años de gestión que haya cristalizado o resultado exitosa. Se desconoce si sus "decisiones" obedecen o han obedecido a algún plan estructurado, ya que no posee que se sepa plan estratégico alguno. La industria acusa tal nivel de deterioro que los ilícitos ambientales, accidentes e incidentes ya son consuetudinarios; no se reportan y no se toman con la seriedad y urgencia que en efecto ameritan.
De nada vale tener poder de decisión si no se sabe tomar decisiones. Quevedo, quien aun con "poderes sobrenaturales" otorgados por el mismo presidente del país, no ha sabido utilizarlos en beneficio de PDVSA y por el contrario, ha precipitado su destrucción. No basta con la sola lealtad "incondicional" para llevar adelante la industria petrolera. Lo que si es necesario es contar con un equipo preparado, técnica y "gerencialmente" sólido, confiable, respetado por su fuerza hombre y sobretodo que sepa hacer negocios que beneficien al país y no los bolsillos de otros.
Via Sugerida:
A menos que se trate de tratar temas de reivindicaciones laborales, no tiene otro sentido más allá de la usual demagogia y politiquería, la tesis que algunos voceros de trayectoria particularmente docente han esbozado, de colocar las decisiones estratégicas de PDVSA en manos de la base trabajadora. Dichas decisiones van más allá del deseo, de la sola devoción, de la lealtad política y están más bien alineadas al escenario global en tiempo real, involucrando aspectos en los que hay que saber profundizar e hilar fino, negocios donde una percepción equivocada podría representar miles de millones de dólares en pérdidas y un gran daño patrimonial al estado. Decisiones y estrategias donde se necesita dominar aspectos de experticias específicas y sobretodo tener visión holística del negocio para asegurar la más conveniente ruta.
La lealtad incondicional es una debilidad ante el deber ser de re-implantar rigurosos mecanismos de control hoy prácticamente inexistentes. Es una debilidad porque pone en manos de incapaces recubiertos de aparente devoción política, cargos que le quedan y le han quedado grandes.
Lo que se debería retomar y corregir cuanto antes y con urgencia, es la necesaria independencia y separación de cargos entre el Ministerio de Petróleo como órgano vigilante y representante del único accionista; el estado Venezolano, y la presidencia de PDVSA. Asegurar un ministerio contralor, preparado y vigilante; no un ente sumiso, pasivo y tóxico como lo que realmente hoy resulta ser. El mal del PDVSA y por ende el mal del país, surge precisamente desde el inicio de esa irracional costumbre de otorgar ambos cargos a una misma persona. Lo que en realidad hace falta es tener a mano, mecanismos disciplinarios y punitivos prestos a ser aplicados dentro del marco de la ley.
¿Porque abandonar la FPO si la culpa no es de mensajero sino del que escribió el mensaje?
Estamos en desacuerdo con los que pregonan abandonar la Faja del Orinoco, para dedicarse al desarrollo de otras segregaciones convencionales o tradicionales, por aquello del barril tecnológica y financieramente inviable. Mas allá de la diatriba de que las reservas son estas o aquellas, la realidad es que existe suficiente volumen en sitio, técnicamente recuperable, desarrollable y producible, para abonar producción adicional y sostenible por varias décadas. Volumen que más benéfico hace vendido que depositado en el subsuelo.
No hay tiempo para ser selectivos ante el avance inusitado de la generación de energía limpia y renovable. La culpa no es de la FPO ni de sus crudos, sino del modelo de negocios que allí impusieron Ramírez y Eulogio y de las aberraciones (grave corrupción, mal praxis operacional, ineficiencia y contaminación) que luego sucedieron durante su implementación por acción omisión de sus autoridades.
Abandonar la FPO seria un grave error estratégico que conllevaría a mayor pérdida de oportunidades en el corto, mediano y sobretodo largo plazo, máxime teniendo en cuenta que:
- Una porción respetables de las refinerías del Golfo de México necesitan de nuestras segregaciones pesadas para apuntalar ganancias.
- Que no existe en esa región del globo alternativa de reemplazo que reúnan los beneficios de "competitividad" y sobretodo sostenibilidad a largo plazo a nuestros crudos pesados y para ello solo deben mirar el Premium del pesado motivado a las sanciones a Venezuela (excepto Canadá en el caso de reservas más no de costos).
- Que es necesario preservar el mercado asiático, ya que el mayor crecimiento en el orbe no solo en consumo, sino en capacidad instalada de refinación en el corto y mediano plazo se ubica hacia dicha región. Un mercado creciente por excelencia de consumo de crudos pesados.
- Y que el tiempo de vida de la energía fósil es finito.
En primer lugar la tecnología existe; quizá no en PDVSA, pero si en innumerables activos del mundo; desde Canadá, México e Irak, hasta Kuwait-KSA-Wafra. En segundo lugar, no puede nadie imputar las mismas razones de impedimento tecnológico prevalecientes durante los 70, 80 e incluso 90, cuando hoy tenemos avances antes impensables en materia de exploración, perforación, fluidos, caracterización, producción, recobro mejorado, transporte, captura, manejo, pre/post procesamiento de datos y sobretodo algoritmos predictivos de todo orden y en tercer lugar es irrisorio frenar un desarrollo porque el porcentaje de recobro es tal o cual; sobretodo cuando ya se ha producido ingentes volúmenes de dichos activos. En todo caso lo que habría que hacer es sincerar, negociar y producir hacia adelante.
Aparte de la FPO, lo mismo aplica para el caso de costa afuera. Es vital e imprescindible su desarrollo y eso debemos entenderlo más que por su claro valor estratégico, por las amenazas y oportunidades de su entorno. No por casualidad Qatar invirtió $23.000+ millones en poner a tiro su infraestructura de LNG y se desprendió de la OPEP para precisamente abrir espacio a un potencial de exportación de corto y mediano plazo que supera los 6.000.000 Boeq/D. De manera similar Australia y Sudáfrica.
Hace falta ponerse de acuerdo políticamente para dar cabida a la modificación de aquellos cuellos de botella en las leyes, organismos, instituciones del estado y ciertos procedimientos que impiden la toma de decisiones y el adecuado flujo de negocios. Hace falta recuperar la credibilidad del mundo político y financiero hoy pérdida, implementar las leyes que existen pero que parecerían estar de adorno. Una cosa conllevará a la otra y la consecuencia natural de todo lo anterior es un imparable y seguro influjo de inversiones y negocios. El momento es ahora.
Rusia (Roneft) acaba de anunciar oficialmente la adopción del Euro en las transacciones del barril. Le seguirán China, Irán y más adelante Venezuela. El dólar cederá y el barril se hará más apetecible. Las reservas de estos que aprovecharon la temporal desgracia de PDVSA en los mercados, están en rápida vía de agotamiento y sus precios jamás competirán con los costos de una PDVSA bien "aceitada", ya que como en el caso de Colombia, ni tan siquiera ha podido competir con los actuales de la FPO, quien en el caso del "castilla heavy" presenta actualmente un Premium relativo de $6 @ $7 en las entregas al GOM.
Para rescatar PDVSA no es necesario rendirse a los pies de los capitales foráneos, pero dichos capitales si son necesarios para reforzar y acelerar la recuperación de esa economía hoy en bancarrota. PDVSA no necesita ser vendida en pedazos para recuperar el terreno perdido. Aun en su estado actual posee capacidad propia de endeudamiento y muy aparte de ello, también posee mecanismos que le garantizan acceso seguro y tangible a flujo de divisas para asegurar las inversiones necesarias para todo un ejercicio fiscal, sin necesidad de incurrir a mayor endeudamiento y por el orden de unos $15.000 millones.
Nuestras estimaciones señalan como viable un plan de acción que sugiere una ventana de 9 años bajo un nivel de actividad de unos 170 T/A para poder llegar a los niveles de 2008, buscando acelerar la RPR hacia el entorno de 0.70% - 0.80% desde el nivel actual de 0.1%, con un nivel de inversión de entre US$13 @ US$15 millardo/anual y una eficiencia superior al 85% @ 90% tanto en actividad como en ejecución presupuestaria. Estos cálculos indican que el incremento equivalente a 1.000.000 @ 1.200.000 B/D se podría logar hacia mediados de 2023 iniciando en Octubre’2019, con un CAPEX asociado para dicho periodo en el rango de US$50.000 millones según el siguiente perfil:
Base:
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Estabilizar producción @ desde 1.0 - 1.1 MMBD:
Crecimiento:
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Etapa I: 1.5 MMBD --> 12 @ 18 meses (Complejidad I)
-
Etapa II: 2.0 MMBD --> 24 @ 36 meses (Complejidad II)
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Etapa III: 2.5+ MMBD --> >60 meses (Complejidad III)
Recuperar la producción y el terreno perdido llevará tiempo y ese tiempo se hará cada vez más extenso mientras más se tarde en tomar las decisiones correctas y se haga a un lado la politiquería. Hará falta como ya dijimos, una estrategia integrada en donde no solo se ataque el aspecto de producción sino el aspecto politico, institucional, organizacional y sobretodo cultural.