El ser humano, una extraña especie animal

Las civilizaciones antiguas adoraban a dioses vinculados con la naturaleza, es el caso del sol, la lluvia, el viento y la luna. Sin la luz solar la vida en la tierra es imposible; la lluvia nos proporciona agua para calmar la sed y otros beneficios; el viento, aparte de llevar las semillas para la reproducción a grandes distancias, es una fuente inagotable de energía y las mareas, consecuencia de la gravedad de sol y la luna, también es una fuente considerable de energía. Como se ve, aquellos seres humanos que carecían de estudios académicos valoraban estos elementos, resultado de los beneficios obtenidos de aquellos y quizás, por esto le rendían culto.

Con la llegada de la “civilización” surgen algunos letrados quienes afirmaban que el mayor logro de los bípedos pensante es la razón, la herramienta útil para buscar y llegar a la verdad. Es por esto que algunos vivos inventaron el monoteísmo y destronaron a los dioses antiguos y concibieron la figura de un solo Dios, omnipresente, omnipotente y omniscientes. Ciertamente, estos son los atributos de una deidad intangible conocida también como Yahvé o Jehová que jamás ha resuelto problema alguno, a pesar de su existencia desde hace más de cinco mil años. Se han escrito miles de tomos, comenzando por los libros sagrados; así mismo, se han utilizado millones y millones de páginas para convencer a los seres humanos de la existencia del Dios único, de la única religión y de la única verdad. Numeroso sabios o eruditos con títulos de doctor en teología se sientan en cenáculos, desde hace miles de año, para meter en cintura a millones y millones de personas para adorar a un Dios intangible, rigoroso, capaz de acabar poblaciones enteras cuando desata su ira. Sin embargo, aquellos dioses que nos regalan la vida y diversos beneficios fueron destronados por un todopoderoso iracundo. Cosas extrañas de los seres humanos.

La conducta de los seres humanos es verdadera extraña, a pesar del invento de la razón, pareciera que no somos razonables. Esto lo vemos todos los días, no son vainas del articulista. La sabia naturaleza es la proveedora de todo, de esta los seres humanos se alimentan, se visten, construyen casas y calman la sed. Sin embargo aquellos están empeñados en destruir algo que es completamente gratis. No pagamos nada por sus favores, pero los bípedos pensantes insisten en comercializarlos, por ejemplo el agua proveniente del cielo. A pesar de los beneficios que podemos obtener de la naturaleza para la existencia de la vida, estamos prestos a contaminar el aire, los suelos y las aguas; quemar los bosques, como ocurre en la Amazonia; infectar los ríos para el desarrollo de la minería para el beneficio de unos pocos; verter basura en los océanos para que los empresarios de los cruceros se hagan más ricos y masificamos los cultivos para esterilizar tierra fértiles. Qué vaina con los seres humanos, empeñados en arrasar con lo que le da la vida.

A pesar que la naturaleza nos entrega completamente gratis numerosos elementos que generan una cantidad de beneficios, nos obstinamos en destruirlos, sin embargo, pagamos por productos que nos hacen daño. No obstante, nos sentimos satisfecho amortizando enormes sumas de dinero para comprar alcohol, droga, comida chatarra, cigarros, tabacos, gaseosas, salsas envasadas, jugos pasteurizados, azúcar, sal y una cantidad de comestibles nocivos para la salud. Tales sustentos son suministrados a los niños desde temprana edad para que en el futuro, la vida de los adultos se les reduzca por mantener el organismo intoxicado. A los dueños de los laboratorios farmacéuticos no les molestas las rarezas de los humanos.

Miles de millones de dólares gastan ciertos gobiernos para enviar naves para investigar el espacio circundante, indagar sobre la existencia de vida en otros planetas, predecir cuándo es que un agujero negro se va tragar la Vía Láctea, buscar contactos con los alienígenas para que nos ayuden a resolver el tremendo peo que tenemos en la Tierra, además de estudiar las posibilidades de llevar la guerra hacia la estratosfera. A pesar de lo anterior todavía miles y miles de niños mueren de hambre, la disentería no se ha erradicado, millones de seres humanos vagan por el mundo buscando una mejor vida, dado que los poderosos le destruyeron los hogares con la maldita guerra. Seres extraños son los bípedos pensantes.

Casi todas las religiones contemplan días para perdonar, días para orar por la paz, instigar a los seres humanos para que se amen uno a los otros, además, la existencia de movimientos antirracistas, grupos que luchan contra la unipolaridad, la presencia de organizaciones no gubernamentales para la defensa de los derechos humanos, organizaciones para evitar los delitos de géneros, la lucha por la entrega de la tierra a quien la trabaja y la necesidad que los pueblos administren sus propias riquezas. Sin embargo se lee continuamente en la prensa las muertes consecuencia de la luchas religiosas; presidentes que instigan la superioridad racial; gobernantes que actúan como policía mundial bombardeando países, aplicando sanciones y bloqueos económicos a otras naciones; presidentes que se declaran públicamente homofóbicos y misóginos; la existencia de paramilitares que le roban las tierras a los campesinos y grandes corporaciones mundiales que intentan despojar a los pueblos de sus recursos. Qué extraños son los seres racionales.

En Venezuela hay humanos muy extraños, excéntricos o simplemente gafos. Me refiero a Juan Guaidó, el mequetrefe se erige frente a una tarima y se presenta como un luchador por la democracia y se eleva sobre pocos acólitos, tan o más gafos que él y se autonombra “presidente encargado” sin que nadie lo haya elegido. Declara usurpador al presidente MM y él, apoyado por gobiernos extranjeros, usurpa el cargo de jefe del poder ejecutivo y comienza a nombrar, a diestra y siniestra, como funcionarios a sujetos radicados fuera del país, imputados de corrupción y traición a la patria.

El gafo de Juan Guaidó acusa al presidente MM de dictador narcoterrorista, a pesar que entre sus aliados se encuentra el paraco Álvaro Uribe, quien le prestó la pista de aviación de Medellín para que salieran del aeródromo las avionetas full de cocaína hacia EEUU y además, creador de bandas paramilitares. También mantiene alianza con Duque, presidente de Colombia, el mayor productor y exportador de cocaína del mundo. A esto debo agregar la asociación que tiene la marioneta con Donald Trump, presidente del país donde sus habitantes consumen la mayor cantidad de drogas, entre estas, la cocaína, la mariguana, el hachís, el opio y todo aquello que se pueda inyectar, tomar, fumar y oler. Que extraños son los seguidores de la marioneta de Donald.

El traidor y entreguista Guaidó vocifera y acusa de corrupción, sin pruebas, al gobierno de MM, sin embargo, mantiene a su lado una pandilla de conmilitones acusados prevaricación y robo. Como por ejemplo, el hurto del dinero de “la ayuda humanitaria” en Cúcuta, así mismo, a una cantidad de fariseos, sus adláteres, quienes se están robando los activos de Venezuela instalados en tierra extranjera. No se equivocó el rubicundo y bandido de Trupm al escoger el mayor tonto del país para robar a los venezolanos.

El gafo Juan Guaidó vocifera sobre el patriotismo y en una sesión en la AN en desacato, autoriza que satélites extranjeros espíen al país, que Venezuela reingrese al TIAR para propiciar una invasión militar foránea. Además, nombra como asesores a personas como la señora Vanesa Newman, quien recomienda entregar el Esequibo a las transnacionales de la energía. Será que Juan Guaidó más que extraño es estúpido. ¡Pobre hombre!

Nuestra patria nuevamente se ve amenazada por un grupo de bandidos prestos a entregar la patria al mejor postor y por cuatro monedas. Debemos permanecer atentos ante la intimidación de aquellos seres indignos, quienes en alianza con la clase política más putrefacta en el ámbito internacional desean apropiarse de nuestras riquezas. Hoy por hoy cobra vigencia el juramento del egregio Caraqueño: “Juro por Dios, juro por mis padres y juro por mi honor que no descansaré mientras viva hasta que haya liberado a mi patria”. Lamentablemente ni Guaidó ni Leopoldo López, ni su cofradía tienen honor y por lo tanto no entienden las máximas de Simón de la Trinidad. Lee que algo queda

Otro más: el gobierno narcoparaco Duque-Uribe y la administración norteamericana, con toda su tecnología, no han podido localizar los sembradíos de mariguana y de coca, los laboratorios de cocaína, los campamentos guerrilleros del FLN, los acantonamientos paramilitares en Colombia y sin embargo, ya ubicaron las coordenadas donde residen los guerrilleros de la Farc en Venezuela. Sin la “nanotecnología y los servicios de inteligencia” facilitados por el gafo Juan Guaidó todo eso hubiese sido imposible. Se creen que los venezolanos somos estúpidos como el favorito del imperio.


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Enoc Sánchez


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