“¡Eduardo, ven a ver lo que he encontrado! ¡Oh, éste es el día más maravilloso de nuestras vidas.
Al volverse a mirar a su mujer, Eduardo se frotó los ojos, sin creer lo que veía. Allí estaba su esposa, con una gallina bajo el brazo y un huevo de oro perfecto en la otra mano. La buena mujer reía contenta mientras le decía:
-No, no estás soñando. Es verdad que tenemos una gallina que pone huevos de oro. ¡Piensa en lo ricos que seremos si pone un huevo como éste todos los días!
Parte de una de las versiones del Cuento la Gallina de los huevos de oro
Precisamente ahora estoy como intoxicada de oro y petro. Intoxicada y muy confundida. Muchos analistas y científicos revolucionarios se lanzaron y tienen hoy como estandarte (babdera) de lucha al ORO. Son un mal remedo de Eduardo y su esposa, en el cuento de la gallina de los huevos de oro.
Respaldar el bolívar con el ORO y no con una Venezuela que asuma el trabajo como única manera de superar la pobreza material y espiritual, es su consigna. Tienen sus esperanzas puestas, no es la fuerza de los pueblos para superar al capitalismo, sino en el ORO. Dejaron de creer en la política y asumieron al ORO, como una manera absurda de aplicar el eco-socialismo y darle salida a su “ideario” revolucionario. Están convencidos, que el ORO le asestará la puñalada definitiva al capitalismo. Como muchacho barrigón con moco, estos revolucionarios viven gozándose el sueño, que el oro acabará con un imperialismo y nos dará (como regalo) otro imperialismo que parece ser mejor. Hay imperios buenos. Un avance teórico importante, sin lugar a dudas
Tengo días viviendo con esta intoxicación. Vivo confundida (entre puercos y gallinitas de mi fundo), preguntándome qué carajo tiene el petro y el oro de revolucionario. No puedo en verdad responderme. Ese petro y ese oro, que tanto enorgullece al gobierno “obrerista” y “socialista” de Maduro. No sé tampoco, qué revolucionario hay medio petro. El gobierno “obrerista” y “socialista” de Maduro, un día decretó, que un salario mínimo será igual a medio petro y ese mismo gobierno “obrerista” y “socialista”, según se dice, no ha podido cumplir con esta decisión y se fue por la tangente.
No sé, qué revolucionario tiene llenar las bóvedas del BCV con oro para respaldar al bolívar. No sé, qué diferencia hay entre vivir del oro en vez del petróleo. No sé cómo el ORO, resume el nuevo modelo productivo que nos vendieron en el primer plan socialista.
Volteo mi mirada y veo a mis gallinitas y mis puerquitos. Viendo a mis gallinitas, estimo, bajo mi ignorancia, que ellas y mis puerquitos tienen mucho más de revolución que el petro y el oro que en lingoticos están en el BCV.
He visto crecer con mi trabajo a mis gallinitas y puerquitos. Sé que mi puerco padrote, el “ñero”, es la acumulación de mucho trabajo y esfuerzo. Como padrote y como puerco; “el ñero” tiene un valor que suma mi trabajo. Un petro o un lingotico de oro, tienen trabajo, pero no es igual, porque el oro y petroleo se mueven bajo unas condiciones internacionales particulares, que una oportunidad fueron muy bien trabajadas por ese insigne venezolano, que conocimos en la Facultad de Economía de la UCV, Orlando Araujo.
El oro y el petro así por así, no nos hace diferentes como país. No somos potencia por eso. El petro, el oro, el diamante y el coltán que tanto alegran a los “socialistas” del PSUV es solo la vieja modalidad de sacarle a la naturaleza su vida. Seguimos viviendo, pidiéndole prestado (y acabando) a la naturaleza y acumulando una deuda con ella, que nunca le podemos pagar. Eso no tiene nada de revolucionario, aunque caiga EEUU como imperio y aparezca China y Rusia como otros imperios. Eso no nos hará más independiente. Simplemente nos cambiara de dueño y tal y como van las cosas, la idea es cambiar de dueño y no serle fiel al objetivo N° 1 del llamado plan de la patria que nadie sabe por dónde anda.
Con la viveza criolla que nos caracteriza, la “revolución” se ha dado cuenta, que el oro está en la línea de convertirse en una referencia de importancia y somos (y lo dicen con mucho orgullo “revolucionario”) un país con una reserva importante. Hay que vivir extrayéndole, vendiéndolo y guardándolo en el BCV. Esa frase, TENEMOS LA PRIMERA RESEVRVA DE ORO, suena muy revolucionario, según uno oye.
El petro nació como un barril de petróleo. Ya tal vez sea hoy una cesta, pero una cesta que tiene todo de la naturaleza sin mucho valor agregado. Mis gallinitas, fueron antes pollitos bebe y producto de mi trabajo crecieron y hoy ellas con mi trabajo me ayudan a sostenerse. Cuando no puedan poner más huevos, hago un sancocho, pero con mi trabajo, me permitieron reponer anticipadamente su ausencia futura con otros pollitos bebe, que se harán pollanas. Mis gallinitas sin tienen huevo de oro.
El oro puede cambiar la realidad de un mundo. El oro puede acabar con una potencia y hacer que aparezcan otras, pero ese oro que tenemos en el arco minero no es garantía para nosotros de nada y es el agotamiento con daños a la naturaleza de un recurso, que se agota. El oro es una fuente de poder y “riqueza” pero acaba con la naturaleza. Mi puerco “El ñero” algún día se morirá, pero aún así, seguirá siendo el producto de mi trabajo en mi pequeño fundo.
En mis gallinitas y en mi puerco padrote el ñero si hay revolución. Hay trabajo y el trabajo, como muy bien lo dijo Marx, es el único factor capaz de producir riqueza. El “socialismo” de Maduro le roba a la naturaleza, lo que el capitalismo le roba a los trabajadores.
Sugiero que tomemos un pequeño momento de nuestro tiempo y veamos, cómo ideo Chávez su plan de “Siembra Petrolera” en el 2005. ¿qué resultado hay de esta siembra petrolera? ¿Cómo el oro encaja en ese proyecto?
Cada vez que oigo a un “socialista” y “eco-socialista”, pegar grito que somos el país con la primera reserva de oro y de petróleo en todo el mundo, veo a la mujer gritando, Eduardo, Eduardo, ve lo que he encontrado.