Cuando se escuchan declaraciones de los voceros del gobierno, uno se asusta ante la esquizofrenia de los conductores de la nación y comprende la causa de este desastre. Cuando uno ve la actitud antipatria de la oposición de derecha gringa, el susto se transforma en pánico. Y si oye a las oposiciones oportunistas, esas que bailan cualquier música, entonces el pánico se transforma en voluntad de lucha, para no dejar al país en esas manos.
El país está sumido en una espantosa crisis en todos los campos, pocos casos se conocen en la historia de una situación tan límite como la que hoy vivimos. Somos la sorpresa negativa del mundo, ejemplo universal del mal manejo de la cosa pública. Y la costra dirigente, gobierno y oposición, no encuentra otro oficio que mostrar un circo desgastado en una asamblea más desgastada aún. Es un espectáculo deprimente. Veamos.
Los constituyentes llegaron con el rabo entre las piernas tumbando la poca legalidad que aún resistía sus torpezas. No han escrito un artículo de la tan cacareada nueva constitución, aquello fue un fraude; la constituyente fue un tarantín que sólo sirvió para atacar a la inexplicable Luisa Ortega y entronizar al fiscal destructor de pdvsa.
Allí, en la asamblea, hay función del circo de la democracia burguesa, el forcejeo, la lucha mexicana, la sangre de tomate. Unos dicen, los otros los contradicen; aparece pedro carreño boxeando en otra división, atrás quedaron sus peroratas bélicas, ahora es un experto en derecho y dictamina que el desprestigiado tribunal supremo dirá quién es y quién no es diputado; ya sabemos cuál será la sentencia del tribunal; en el otro bando aparece ramos allup vociferando un chiste, y ya el show está andando, mañana habrá otra jornada, las piruetas de los diputados ocuparán las noticias.
Mientras el país muere de necesidad, se disuelve en su sufrimiento, los sueldos se evaporaron, cualquier minucia cuesta más que varios salarios mínimos, no hay credibilidad ni en los líderes desprestigiados ni en las instituciones prostituidas, y lo más importante: se ha perdido en sentido de pertenencia a la nación, el éxodo confirma el desmembramiento de la nacionalidad. Mientras el país muere, estos tontos montan su circo de espaldas a la terrible realidad.
La situación es desesperante, el destino de la Patria está en juego, a todas las calamidades se suma la desidia, el juego de los dirigentes, del gobierno y de la oposición parlamentaria y dialogante. Es necesario recomponer la espiritualidad nacional, de no hacerlo vendrán vientos de horror, la historia nos dice que los pueblos desmoralizados, desesperados, son territorio fértil a las mayores crueldades, presas de la canalla.
Es la hora de los dirigentes sensatos, los que no hacen de la política un negocio, los que tienen visión de Patria, es su responsabilidad hacer algo, dar un paso al frente, restituir la esperanza. Lo importante es comenzar. Es necesario regresar al punto donde extraviamos el camino, hay que reagrupar a los chavistas auténticos, los que están con Chávez y con su pensamiento, sin mezquindades, sin rencillas subalternas. Hay que plantear la solución sin pañitos calientes, sin ambages: el gobierno del madurismo debe salir mientras aún tengamos país, después de pasar el punto de no retorno, todo será en vano. Los militares, los civiles, deben restituir la unidad civil-militar para poner la casa en orden, no para distraer con juegos con candela, menos para sostener en el poder a los destructores de la Patria.