"Rufo voy en mi propio camino, él que tú trazaste. Me siento tranquilo, sin angustias ni sobresaltos; pensando siempre que el día de mañana será mejor que hoy, así las lentejas tengan el mismo aliño, pero el sabor es otro. En mi espalda no pesan los miedos que señaló la sobrina, jamás pesarán, salimos a la calle, dispuestos a cualquier cosa, si hay que pelear peleamos y si hay que llorar, lloramos. Pero siempre contentos, andamos con el poema de Víctor Valera Mora en el morral, para restregarle al enemigo en su cara la alegría de que somos capaces."
Esta mañana hablé con tu Josefinita ahora profesora de postgrado de la Universidad de Oriente, y salude a un Ricardo orgulloso de haber tenido un abuelo que lo llamaban CARMELO.
De tu sobrina Delcy, te cuento que anda "echando el miedo a la espalda". intentando salvar al mundo del gruñón del norte; en su último en la ONU quizás quiso decirnos "aquí no se rinde nadie"; él que lo entendió que lo entienda, que lo exprese, lo divulgue y si quiere lo grite ante los indiferentes
Nuestra profecía, tal como lo indicó El Libertador, es Triunfar. Aquí no oímos el ruido estruendoso de las bombas, pero cada mañana sentimos como suenan en la conciencia y el estómago, y entonces cada quien sale a la calle a defender sus derechos, los del vecino, el amigo, la familia, porque seguimos siendo el mismo el ejército que tu dejaste por esos caminos "polvorientos" que transitaste por ésta, tu Patria.
Debo hablarte de tu pueblo cubano, sigue siendo una referencia y un ejemplo, que intentamos seguir para saltar adelante, para seguir soñando que nuestra esperanza es perdurable, que no existe ni maniobra, ni maña, ni sanción ni gringo alguno que haga ahogar esas ganas soñadoras por construir nuestro futuro: donde las sanciones no sean un castigo colectivo de los que utilizan las carencias y el hambre como armas de combate. Carmelo así nosotros queremos pelear, con la verdad y los sueños inconclusos por delante, levantando la lanza de la Paz como punta de vanguardia.
Un poeta cubano nos dijo que "Hay muertos que aunque muertos, no están en sus entierros" y tú no fuiste al tuyo; también hay muertos que no caben en sus tumbas, para seguir guerreando. Y es verdad que la Patria no entierra a nadie. No entierra nunca a sus propias entrañas
Yo voy en mi propio camino, el que tu trazaste, me siento tranquilo, sin angustias ni sobresaltos; pensando siempre que el día de mañana será mejor que el de hoy, así las lentejas tengan el mismo aliño, pero el sabor es otro. En mi espalda no pesan los miedos que señaló la sobrina, jamás pesarán, salimos a la calle, dispuestos a cualquier cosa, si hay que pelear peleamos y si hay que llorar, lloramos. Pero siempre contentos, andamos con el poema de Víctor Valera Mora en el morral para restregarle al enemigo en su cara la alegría de que somos capaces.