Es un hecho la dependencia de la economía venezolana del petróleo, así es desde hace un siglo. Lo anterior significa que somos un país petrolero, esa verdad constatable hasta para un niño de primaria no fue percibida por los gobernantes del post chavismo. Lo primero que hicieron, y guiados por una ética de vecindario, de condominio, de sindicatillo pequeño, arremetieron contra la inteligencia de PDVSA, irrumpieron guiados por instintos viles en la industria. En un santiamén, la industria quedó sin dirección y sin moral de trabajo. Lo policía imperó en los campos; la amenaza velada, la cacería de brujas fue la norma.
Al rescate de la gestión de los tres millones de barriles diarios vino el general quevedo, incauto el general que se encargó de un ejército sin moral y sin oficiales, sin conocimiento de los sistemas. No pudo sino dedicarse a los que sabe, lo policial, la persecución, allí fue competente.
Así la producción comenzó a hablar, a sentenciar que algo no andaba bien en PDVSA, los números no mienten, descendían. El gobierno del post chavismo, como es su norma, no toma en cuenta las señales: Millón y medio diario… un millón, setecientos mil, quinientos mil barriles diarios… y nada, las alarmas no se encienden, "la culpa es de la gestión anterior", "hay una guerra", "Ramírez es maluco", las excusas dispensaron las medidas. Hoy la producción augura llegar a cero, está tan baja como hace cerca de noventa años.
Es hora de que el país tome medidas concretas, no se puede esperar que todo esté consumado. La primera medida es exigir, como símbolo de voluntad de cambio, la renuncia inmediata de quevedo y del fiscal, ambos cómplices en el descalabro de la industria. La segunda es regresar a PDVSA a los petroleros presos. Si hay juicios, que sigan trabajando bajo control dentro de la industria. Es imperdonable que PDVSA se extingue y los cerebros petroleros están en tumbas, sin juicio, sin derechos, sólo satisfaciendo las extravagancias de los destructores. Es hora de salvar a PDVSA, hay que impedir que el gobierno en su agonía la venda a precio de ganga, o que la gente de guaidó la guise a los privados junto a las reservas petrolera.
Es oportuno recoger firmas para pedir la renuncia de quevedo y de tarek. Si el gobierno recogió millones para la necedad contra trump, se pueden recoger muchas más para salvar a la industria petrolera y volver a ser un vigoroso país petrolero, con una industria de las más importantes del mundo.
Desde allí, y no de otra forma, comenzará la recuperación del país. El país y PDVSA forman un complejo, se influyen mutuamente, su suerte es común. No es fortuito que la restauración del capitalismo comenzara por la destrucción de la PDVSA socialista, y es desde allí que debe comenzar la sanación de la Patria.
No se trata sólo de una operación económica, es ante todo una operación de rescate de la moral de la industria, fundamento de la recuperación económica.
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