"¡Cuánta estupidez, cuánta bellaquería
y cuánta tristeza se esconde a veces
bajo la máscara del buen sentido!"
Arturo Graf
La agradable costumbre de leer, sirve para andar con la precaución, y el olfato convertido en un radar, para saber dónde está el veneno regado, por obra y gracia de los escribientes autoproclamados genios e inteligentes, el cual aparecen de la noche a la mañana creando una nómina, al cual solamente le falta tocar la puerta de la academia sueca en son de protesta, para que instituyan el premio nobel a la inteligencia, y de una vez se lo otorguen, por la sobresaliente capacidad para entender, y explicar la grave situación del Ecuador.
La privilegiada lista de integrantes: el imperialismo, como guía; para luego destacar algunos ex funcionarios del gobierno, quienes ocuparon cargos de manera casi vitalicia, y ahora se presentan convertidos en unos angelitos, queriendo emular a la madre Teresa de Calcuta; a estos se anexan algunos escribientes, más enredados que Lenin Moreno, dando explicaciones del explosivo paquetazo del FMI, después que explotaron las revueltas pidiendo rectificar antes tamaño saqueo al bolsillo de los ecuatorianos.
En todo este entramado, los poderosos medios de comunicación al servicio de las clases dominantes, siempre consiguen apoyo para regar la toxina. Lo estamos viendo muy claro en nuestro país, porque –según– los escribientes integrados a lista; los chavistas estúpidos están aplaudiendo lo que está pasando en el Ecuador, haciendo una diferenciación, donde supuestamente no la hay. Incluso algunos llegan a pensar, que existen motivos para montar la violencia en Venezuela, y en el Ecuador, pedir la bendición; y los más interesados, y destacados economistas al estilo chatarrero, multiplican sus voces a los cuatros vientos, dando explicaciones para convencer, que todo es, el mismo engendro, y por eso se están produciendo estas tormentas sociales.
La "apabullante" genialidad e inteligencia de estos señores, les permite emitir sus opiniones, como un mandato divino, y el que se atreva decir lo contrario, es un estúpido ¡buena manera de convencer! Sin embargo, las ruedas de la historia van dejando las huellas bien marcadas, y quien no las quiera ver, es por ignorante, ciego, o sencillamente ha sido amaestrado por el aparato ideológico del imperialismo. Ningún gobierno en este lado del continente, ha hecho tanto esfuerzo por aliviar las penurias del pueblo, como lo hizo el Comandante Chávez, y a continuación el propuesto –no enchufado– Nicolás Maduro; pero entre las guarimbas, la hiperinflación inducida a través del dólar, y las criminales medidas del gobierno estadounidense, han decretado la paralización de la economía, frenando el desarrollo del país, mas no el esfuerzo y la dignidad de los aguerridos amantes de la patria. La tarea prioritaria de los enemigos, es no dejar florecer el árbol del socialismo, porque después se convierte en un ejemplo a seguir.
Lo que pasa en Ecuador, está muy claro: un Presidente electo con el voto popular, esperanzado de ver la continuación del que lo antecedió, y de la noche a la mañana se convierte en un traidor, siguiendo las órdenes del FMI, para beneplácito del gobierno estadounidense, y la oligarquía ecuatoriana. Todo esto nos presenta varias lecciones muy interesantes, entre ellas: el apoyo del pueblo es lo más importante. En Venezuela, todo estaba circunscrito, donde gobernaba el guarimbero mayor Capriles Radonsky–la elite de la gran Caracas– se apagaron, precisamente por la falta de apoyo popular, y no han resucitado a pesar de todos los esfuerzos, porque cualquier careta que se pongan los delata. La otra enseñanza ecuatoriana, tiene que ver con la moneda, dolarizaron la economía, y los problemas se ahondaron, y ahora están, como el que se pinta el pelo, el tinte caro, y las canas siguen apareciendo. La otra gran reflexión que podemos sacar, es que nos quieren aplicar la frase –Ley Campoamor– basada en el texto del famoso poema de Ramón de Campoamor: "Y es que en el mundo traidor / nada hay verdad ni mentira: / todo es según el color / del cristal con que se mira".