"Si humor gastar pudiera,
con más salud sospecho que viviera".
Lope de Vega
El caluroso salón acondicionada para vender tequeños, se encontraba abarrotado de ansiosos compradores; parecían atraídos por el olor penetrante despedido por la fritura de los pequeños envueltos de harina. Uno de los consumidores esperaba su turno para pagar, cuando llegó un amigo, y apenas lo vio le hizo la pregunta de costumbre llena de gran camaradería: ¿Cómo estás? El acompañante le quitó la palabra para responder con una interrogante con la voz en alto con cierta ironía, y el rostro serio, despertando comentarios entre dientes en algunos de los clientes; ¿Cómo va estar? Pero, al que iba dirigido directamente el saludo de amistad, rápidamente respondió, con una sonrisa sin atropellar las palabras: ¿Cómo voy a estar? ¡Estamos en Venezuela; en Perú los están matando a palo; en Colombia los están carrereando; en Ecuador los están agarrando para acusarlos de guarimberos! Le tocó el turno de pagar; se despidió del amigo, y al momento se escuchó la voz de un comprador sin dejar de sonreír ¡Se lo da, de chistoso el señor! ¿Qué jodedor?
