El guatepajarito, la política y los emprendedores empresarios

Estuve activa en la política por mucho tiempo. Después que me fui al pequeño fundo familiar en la mesa de Guanipa, vivo con ella de bajo perfil. Creo en la política, como creo en la física. Desde la política y con la fuerza social de los trabajadores, pueden hacerse cosas buenas y también muy malas; si hay gente con falta ciudadanía. Desde la física y con el uso fuerza, puede hacerse lo mismo.

Ahora, como les comenté en un artículo anterior, ando por mi isla en procura del proyecto de producción de ají y tomate margariteño. He estado dando vueltas por el conuco de Juancho Marcano, cuya ubicación es fácil. El conuco de Juancho (2 hectáreas) está bajando o subiendo el portachuelo. O sea, subir y bajar es también relativo. Todo depende de la ubicación.

Juancho Marcano y Emigdio Malaver que puede ser el otro socio de este proyecto productivo, tienen la habilidad de hablar con las matas. Estoy con otros amigos intentando manejar esa habilidad y en estos días, andaba con Juancho y Pipo (su perro) en su labor de diálogo que frecuentemente tiene con las matas. Una mata de mamey estuvo explicándole a Juancho sus dolencias: Oye Juancho -decía la mata- me duelen todas mis ramas. En las noches siento un hormigueo en mis hojitas y me estoy poniendo amarilla y seca.

No había terminado la mata de mamey de comunicarle a Juancho toda su patología, cuando inmediatamente; el periodista Juancho ya le tenía una respuesta: Hija, fíjate la mata de guatepajarito que cargas en tu ramas y está secándote. Mientras Juancho Marcano conversaba amenamente con la mata de mamey, le iba arrancando todo el guatepajarito que tenía en su ramas.

En tono de pregunta, Juancho me dijo: ¿Oyes las carcajadas de la mata de mamey? Al quitarle el guatepajarito de sus ramas -me decía Juancho-, le hago cosquilla y se ríe. Óyela reírse.

Salté de emoción al oír la risa de la mata de mamey. ¡Increíble! Mientras disfrutaba la risa de la mata de mamey, me llegó, como por arte de una magia blanca, el parecido que existe entre la mata de guatepajarito y los políticos venezolanos. Me desconté de ese hermoso escenario y comencé con un debate muy interno. Dije: Salvo algunas excepciones (Bolívar, Sucre, Maneiro y otros pocos que ahora no recuerdo), los parecidos entre los políticos venezolanos con el guatepajarito son incuestionable. ¡Secan!

¿Hay un político venezolano que por estar 4 años en una gobernación, alcaldía o en un cargo de importancia, esté jodido o pelando? ¿Hay uno? Si hay uno y está jodido, fue porque malbarató.

Cuadra o se ajusta, la esencia del guatepajarito y el ideal del "político" en Venezuela. El ideal del "político" en Venezuela no es la POLÍTICA. Su ideal es dejarse ver como político con la finalidad es ser como el guatepajarito y vivir de la mata hasta secarla. Un "político" que pasa cuatro años por una gobernación o una alcaldía no trabaja más nunca. Ya resolvió su vida secando la rama llamada alcaldía y la rama llamada gobernación de la mata que es Venezuela. Así la han ido secándola.

No me había percatado de esa simbiosis entre la mata de guatepajarito y los "políticos". Milemétricamente son la misma vaina. Juancho no me habló de esa simbiosis, pero la entendí a medida que él hablaba con la mata de mamey. Me decía Juancho una cosa que yo sabía. El guatepajarito amiga, es una planta parásita que nace en las ramas de los árboles porque los pajaritos colocan la semilla en esa ramas al hacer su necesidad. Al nacer y crecer el guatepajarito, se pega de los palos de las ramas y así, le va chupando toda la sabia y la seca.

Yo me decía en silencio, ¡qué vainas mas igualita! Así es, lamentablemente, el ejercicio de la política en Venezuela. No es esa la naturaleza de la política. La política para poder ser una acción sana, necesita de políticos y de ciudadanos y creo que ambos no existen todavía. No podemos evitar que los pajaritos coman la fruta de guatepajarito y se caguen en las ramas de las matas. Podemos evitar, que ese guatepajarito seque las ramas de la mata y luego a toda la mata.

Cuando estaba en ese debate muy interno y desconectado de la realidad Juancho-mata de mamey, sentí que el periodista con una rama del bejuco de la mata de guatepajarito me trae nuevamente al conuco y me dice: Mete ahí a los "emprendedores" empresarios. Ellos también son como una mata de guatepajarito; nos secan y de se quedan con la sabia de la mata Venezuela.



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Amaranta Rojas


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