El madurismo es un fenómeno único en el continente, y quizá en el mundo. Se trata de la llegada al poder de una fracción lumpen sindical y su adláteres de la pequeña burguesía, hijos todos del rentismo y de la democracia burguesa, de la cuarta república.
Su conducta en el gobierno superó al pragmatismo y entró en una nueva forma de gobierno que podríamos calificar como "cinismo tosco", caracterizado por una pérdida total de visión estratégica y una manipulación grotesca de la realidad, es el reino de la mentira y de la excusa. Esta conducta conduce a ninguna parte diferente al fracaso rotundo. Veamos.
El gobierno madurista, fiel a sus orígenes, camina sin más meta que permanecer, un día es un triunfo aun si es a costa de debilitar el clavo que lo sostiene, no le importa nada más que ganar un día detrás del otro. Así va viviendo y va destruyendo al país, a sus instituciones, a la espiritualidad, es un decreto de "tierra arrasada," es peor que un ejército invasor. Está claro que esta manera de gobernar va directo al precipicio. Ahora inventaron una excusa para paliar el miedo a un alzamiento militar: la unión cívico-militar. Allí aflora la mayor características del gobierno: el cinismo.
La unión civico-militar en boca del madurismo es un cinismo mayúsculo, deforma, degrada la unión militar-civil como degradaron y deformaron el legado de Chávez transformándolo en un vulgar extractivismo, en un rentismo desaforado y una repartición grosera. Ahora desfiguran la sagrada unión cívico-militar, la que sirvió de fundamento a la guerra de independencia, a la liberación de un continente, a la unión cÍvico-militar del 4 de febrero. Aquellas gestas la convierten en un sarcasmo deprimente de unos jóvenes militares repitiendo las galimatías, las excusas de los políticos agotados, colocando así a las Fuerzas Armadas al lado de la destrucción del país. La unión civico-militar no es un fin, es un medio para lograr un objetivo, o mejor, es una propuesta de vida, de Patria, tiene un contenido, un color. Ésta que nos proponen los guaidó y los maduro es la unión cívico-militar para la disolución de la Patria; unos entregándosela a los gringos, los otros a los chinos y los rusos.
A Dios gracias que todo tiene su opuesto, así la unión cívico-militar del madurismo-guaidosismo tiene con seguridad científica su complemento dialéctico, su contraparte, allí adentro vive lo contrario a esta mamarrachada a la que asistimos en estos días, allí adentro vive el espíritu de Bolívar, de Sucre, Argimiro, Ponte Rodríguez, y vive inmenso el Chávez auténtico, el de la "lucha contra la lógica del capital."
Esos jóvenes militares que sirvieron de mampara a la antipatria de unos y de otros, merecen oír, la tercera posición, no sólo al gobierno embustero, ni a los guaidó gringos. Ojalá esos jóvenes puedan tener acceso a la información que yace bajo la brutal censura del gobierno y de los dueños de medios. Aún estamos esperando que uno de los presidentes, maduro, responda el reto que le hizo el Ministro Ramírez para discutir la cuestión petrolera y otros temas. Ojalá el teniente diosdado permita en su programa toda esa información que merecen los jóvenes militares, ojalá la censura permita que toda esa información llegue a los medios, sea posible la entrevista a la otra parte, que los militares que no se comen la excusa del bloqueo, que saben que destruyeron a PDVSA y desde allí comienzan nuestros males, que conocen de cerca la incapacidad del gobierno, del fiscal, de la justicia tarifada, puedan oír, manifestarse, que allá a la Academia Militar pueda volver entrar la otra posición, el Chavismo auténtico…