No se podía esperar otra cosa de la Central, la que abrió sus puertas a
Fabricio, a la resistencia contra la oscuridad del pacto de punto fijo, la
de Bianco, la de Fidel, el refugio del pensamiento libertario. Estuvo
dormida, pero ahora despierta señalando el camino a esta Venezuela
maltratada por sus hijos.
En una reunión de los obreros universitarios, con asistencia de algunos
factores de movimientos políticos y representantes de otros gremios
universitarios, se propuso y se aprobó la creación de un Comité de Defensa
de los Derechos Humanos de los Presos Políticos y Exiliados. Este Comité,
en su primera reunión, aprobó enviar una carta a la Comisionada Bachelet
denunciando la violación criminal y consuetudinaria de lo derechos humanos
de los presos y los exiliados. Asimismo, se hizo hincapié en la violación
del derecho a la defensa de los presos y exiliados, el linchamiento
judicial que contra ellos se comete por parte de los que debían ser
garantes de la justicia y las leyes, como el contralor y el mismo
presidente maduro que acusan, sentencian, califican sin mediar juicio,
investigación, sin ninguna prueba, sólo a voluntad de sus conveniencias.
Todos estas violaciones bajo la vista complaciente del fiscal general de la
Republica.
Cuando la lucha por los derechos humanos se concretiza, se encarna en los
presos y exiliados, toma una importancia trascendente. Los derechos humanos
son la base de toda reivindicación, del salario, de la alimentación, de
vivienda, de la salud. Y cuando esa lucha se focaliza en una reivindicación
altruista, que no tiene que ver con intereses particulares, sino con
intereses que nos tocan en nuestro humanismo, entonces todas las luchas
cobran sentido, se hacen parte de algo más importante que la lucha
parcelada y a la vez la condiciona. En la manera como una sociedad trate a
sus individuos, se condensa toda su esencia, o más directo: la calidad de
una sociedad está dada por la calidad del trato a su individuos, al hombre,
que como nos recordó alguna vez Chávez: debe ser la raíz de todas las
cosas.
Es así, la lucha por los presos políticos y exiliados es preludio de todas
las luchas. Se aprobó también dar concreción a esta lucha, que no sea sólo
una declaración, y se acordó nombrar una comisión de abogados encargada de
estudiar la demanda judicial en apego a la justicia, al contralor, al
presidente de la republica por el abuso de autoridad, el escarnio a que
someten a los presos y exiliados. De igual manera, estudiar la demanda
judicial del fiscal general que calla, se abstiene cuando de manera
marrullera sentencian, acusan, calumnian a exiliados y presos que no tienen
derecho a la defensa, faltando de esta manera a su deber como funcionario.
Así, la Universidad Central de Venezuela, de la mano de sus obreros,
regresa a luchar contra las sombras, da un paso que es guía de la lucha no
sólo por las reivindicaciones concretas sino yendo a la raíz de las
carencias. Invitando, haciendo posible aglutinar en un solo empeño a todas
las luchas particulares, buscando las soluciones allí donde se origina el
mal.