Entre todos mataron a las gallinas

La democracia burguesa es el instrumento político más eficaz que ha encontrado el capitalismo para permanecer por siglos. Se basa en la ilusión de cambio constante y el ocultamiento del fraude. La ilusión de cambio la consigue con la alternabilidad, que mantiene a la sociedad en un constante perseguir a sombras que se transforman cuando ya están al alcance de las manos, para regresar de nuevo con la esperanza de un cambio que nunca llega. Son las reglas del juego burgués.

El fraude, esencia del capitalismo que se expande a todos los rincones sociales, se sostiene en el espejismo de una legalidad igual para todos, oportunidades iguales para todos, la imparcialidad de los poderosos medios de creación de realidades que algunos incautos creen que son simples medios de comunicación, el interés de una clase se confunde con el interés de toda la nación, el patriotismo deja de ser un sentimiento noble, humanista, para ser una excusa para defender los intereses mezquinos de esa clase dominante.

En Venezuela, la ley, la falsa ética del patrioterismo, la ilusión del milagro americano, todo son huevos de gallina, también existen las gallinas que ponen los huevos de oro y los huevos del oro negro. La función de los gobernantes es mantener a las gallinas en plena producción de las yemas, así la población está tranquila mientras los burgueses se apropian de la riqueza social, sea del trabajo ajeno, o sea la extraída de las entrañas de la tierra.

Cuando el lumpen sindical toma el poder, las reglas del juego burgués se rompen, son sustituidas por las leyes de los salteadores de camino. Así, una a una fueron asesinando a las gallinas: la gallina que ponía los huevos de la justicia, de la ley burguesa, fue asesinada al producir leyes exprés que favorecían a los gobernantes, la impunidad de unos y la penalización a voluntad de los gobernantes. La gallina de los huevos de ética fue acribillada por el desafuero de enriquecerse, los medios de comunicación no disimulan sus mentiras y manipulaciones; todas las gallinas fueron despescuezadas, hasta la de los huevos de oro, y la del oro negro.

El gobierno madurista cometió el pecado más grande que puede cometer un gobierno capitalista: violó el juramento del secreto, se saltó a la macha las reglas del juego, entró a saco en la nación, no respetó las apariencias, develó el secreto, todo quedó desnudo.

Ahora, después que el madurismo descarado tumbó el tarantín, se sabe sin necesidad de estudiar mucho que las leyes son para favorecer a la clase dominante y perseguir a quien se salga del corral. Ahora se sabe que el cuerpo armado es para defender los intereses de la clase dominante, ahora se sabe de dónde proviene la riqueza de unos pocos: de la apropiación de la riqueza y/o el trabajo ajeno.

Ahora el que tenga oído y ojos puede entender que es el capitalismo el mal que nos aqueja, que apesta a la humanidad. Y sabe que la lucha de estas fracciones que hoy ocupan la escena política, guaidó y maduro, y sus similares, sólo pretenden levantar de nuevo el velo que cubre el fraude social.



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Toby Valderrama Antonio Aponte

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