La nada avanza sobre la inerme sociedad. Esa frase sintetiza el momento que vivimos. Con lentitud, el país se va disolviendo sumergido en la abulia y la fragmentación.
Lo que sucede con la Asamblea es símbolo de los tiempos: la institucionalidad estalla, el parlamento es guillotinado entre el oportunismo y el atropello. La Fuerza Armada Nacional es mancillada por grupos que asumen, usurpan, sus competencias, la están convirtiendo en una banda más que sigue las órdenes de grises de los pranes. La justicia perdió su imparcialidad y ahora es un barniz incapaz de maquillar las tropelías de los gobernantes. La economía cada vez se parece más a un juego de azar, una ruleta que gira a la voluntad del banco central franquicia de miraflores, y de dólar today; ese engendro que llaman petro recorre la economía como un zombie maligno, el Bolívar realmente no existe.
La masa, el pueblo, la gente, razón de ser, justificación de un país, pierde la cohesión mínima necesaria, padece la ausencia de un Estado. Mil cascajos ocupan el vacío, la amenaza de desgajamiento de la Patria es real, regresa la tentación de repúblicas subalternas: los individuos pierden visión, sentimiento nacional y entran en una batalla de todos contra todos en esos pequeños feudos. Algunos más humanizados tratan de reproducir las características de un país, legislan, tienen monedas; aunque los más son verdaderas pandillas, bandas al servicio de otras bandas.
Millones abandonan, buscan en otras tierras el sentido de la vida, otros en vano procuran las razones sagradas en sus entornos personales, los falsos dirigentes siguen danzando la música de sus intereses individuales, la política dejó de ser conducción social, fue degradada a un mercado alrededor del templo del oportunismo, del pragmatismo.
¿Qué hacer?
Para salvar al país hay que actuar, pero ¿hacia dónde, para qué, con quién?
La respuesta es compleja, no hay respuesta fácil, sólo nos atrevemos a adelantar algunos pasos: maduro y sus demoledores de la Patria: diosdado, jorge, delcy, padrino deben renunciar. Después, no se trata de ganar unas elecciones, de conquistas en el campo de la democracia burguesa. El mundo, el país necesiten un nuevo sistema de gobierno, éste fracasó rotundamente. Lo que se haga debe romper radicalmente con lo establecido so pena de seguir atrapado en las redes de la dominación capitalista.
La tarea es propia de unos dirigentes que acepten el reto de romper con lo convencional, que se congreguen alrededor de valores altruistas, de fraternidad, de espiritualidad; desligarse de la inmediatez individual, de la riqueza material, que eleven la vista hacia la cumbre de los próceres, que su vida por el bien universal llene su aspiraciones personales.
La tarea requiere una meta que justifique el sacrificio, no puede ser la riqueza de un golpe de suerte, no puede ser luchar para el lucro material, o el simple cambio de gobierno para seguir dando vueltas en la noria de la democracia burguesa. La meta debe ser la fundación de una nueva organización social que sirva de ejemplo al mundo, que demuestre que el hombre no es una pasión inútil, que la especie, que la vida tienen futuro en este planeta. Consagrar su vida a la tarea. La teoría existe, ya siglos de lucha y de estudio consolidaron la teoría que guíe la necesidad… hay esperanzas, de la nada surgirá la nueva Patria.