"¿Ustedes saben de dónde viene al agua que llega a su casa?". Esta era la pregunta que hacia el profesor Portillo a sus estudiantes en la Universidad del Zulia, en el primer día de clases. Las respuestas eran variadas, algunas tan risibles, como que venia del Guri. Ahora le pregunto a Usted, estimado lector, ¿Sabe de dónde viene el agua que consume en su hogar?.
Para los que vivimos en la planicie de Maracaibo, el agua que llega a nuestros embalses, viene de los ríos, como el Socuy; que nacen en la Sierra de Perijá y sus alrededores, donde los bosques son parte del ecosistema que generan las condiciones para las lluvias que los alimenta.
Durante décadas estos bosques han estado amenazados por los promotores de la extracción de carbón, de hecho durante la cuarta república lograron instalar la industria minera en la zona, que ha dejado un herida ambiental profunda, expresada en la devastación y millones litros de agua contaminada, además de cientos de trabajadores enfermos, así como la pobreza de quienes han sido desplazados forzosamente.
Esta política minera siempre contó fuertes defensores, políticos tarifados y una prensa muda, quienes fueron férreamente enfrentados por los Yukpas, los Wayuu, así como las organizaciones sociales y ambientalistas de Zulia. Con la llegada de la revolución bolivariana, la voz de los que defienden la vida llego más lejos y logró que Chávez afirmara de manera contundente: "entre el bosque y el carbón, ¡me quedo con el bosque!". Y la extracción se comenzó a detener.
Los habitantes de la Sierra de Perijá y sus alrededores, así como la organización Homo Et Natural denuncian que desde diciembre se encuentran visitando la zona, personal técnico extranjero y hay movimiento de maquinaria pesada, custodiados por la fuerza armada nacional, para realizar estudios en el terreno y anuncian el inminente arranque de las operaciones mineras del carbón.
En las zonas susceptibles de explotación del carbón se mantiene el rechazo generalizado a la actividad minera. En Maracaibo también se rechaza esta iniciativa, que se ha querido pasar en silencio. Hoy parte de la clase política zuliana ha entendido el impacto de la explotación del carbón en nuestras vidas y la rechazan, así encontramos desde concejales, constituyentes hasta alcaldes pronunciándose enérgicamente en contra.
Optar por el carbón por tres lochas, equivale a suicidarnos como sociedad. Acabar para siempre con nuestras fuentes de agua dulce. Quienes están siendo seducidos por los mineros, quizás piensan que no serán afectados. Ignoran todo el debate mundial sobre el tema y se colocan del lado de quienes son una amenaza para la humanidad.
¿Entre el agua y el carbón? O entre ¿la vida y tres lochas?, no hay dudas ¡la vida!. Y hay que defenderla.