¿Guaidó tiene militares? ¿Cuál es su plan B?

El Apóstol Martí sentenció: "En política, lo único verdadero es lo que no se ve". Sabias estas palabras que deben guiar a los que luchan por la humanidad. Las clases dominantes, explotadoras de la naturaleza y del humano, son expertas en mentir, en esquivar la verdad. En Venezuela sufrimos hoy una epidemia de marchas de las fuerzas antihumanas, guaidó convoca y el gobierno acata. Pero, ¿qué significan las marchas, qué es lo que no se ve, para dónde van, cuál es su verdad? Veamos.

Una primera aproximación. Lo que flota en el ambiente es el "síndrome de Abril": se sospecha, guaidó convoca las marchas porque tiene unos militares esperando una excusa para justificar un golpe. Con ese pensamiento marcha mucha gente, revivir Abril. El gobierno, o mejor la fracción "guerrerista" e inmediatista, responde con una contramarcha y unas declaraciones tan necias que desarman a su militancia, subestiman a guaidó y a su jefatura gringa.

La jefatura gringa está desarrollando el plan de desmontaje de la oportunidad Socialista que inició con el asesinato de Chávez. Hoy están en una fase de concreción de la fase política, ya la fase económica está bien adelantada: mataron a PDVSA, dejaron la situación a punto de privatizar todo. La fase espiritual es un éxito, el Socialismo está desprestigiado, el individualismo fundamenta al sistema capitalista.

Con las marchas ensayan una excelente distracción que lubrica las elecciones. Mientras los bandos desfilan y se insultan, en la tarde se reúnen para construir un cne; mientras los pendejos desfilan, sus dirigentes pactan. Al final, piensan, todo desembocará en una elecciones, de cualquier tipo, no importa, lo fundamental es activar el opio de los pueblos. Si la batalla se ubica en lo electoral todo está consumado, el rebaño volvió al redil, lo subalterno sustituirá la lucha verdadera, el Socialismo será pospuesto por dos siglos, el país regresará a la cuarta república.

No obstante, no todo es color de rosa para el gobierno y para su compinche, la oposición gringa. Las dos bandas tienen un enemigo difícil de dominar, imposible de engañar: es la realidad, que siempre tiene la última palabra. Vivimos una hecatombe como pocas veces se ha visto, el país está arrasado. En estas circunstancias, cualquier plan político mojigato fracasará. Esto no lo resuelven elecciones, ni cne, esas son ilusiones de lloronas de la cuarta. El país requiere una conmoción política de gran magnitud, un remezón espiritual que lo despierte del marasmo. Este terremoto social es inevitable, fracasarán las elecciones, fracasarán los acuerdos clandestinos, y entonces, tendrá la palabra la partera de la historia, la violencia.

La decisión de la profunda crisis estará en el territorio militar. Puede ser que la derecha gringa tenga militares, en ese caso el golpe con cualquier excusa será de ellos; puede ser que sean pura espuma, en ese caso todo dependerá de si Chávez dejó allí adentro una llama que prospere, se restituya la verdadera unión cívico-militar; puede ser que venga una dictadura fascista, el fantasma de un "general rastrero" siempre está presente.

Son tiempos finales para el ideario chavista tan vapuleado por la canalla madurista, son tiempos que nos dirán si el pensamiento, el sueño del Comandante Chávez, se desvanecerá en la traición histórica, o si allá adentro se rebelará la huella revolucionaria que él pudo dejar.



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Toby Valderrama Antonio Aponte

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