"Mostrarse asustado sin motivo aparente,
es dar a conocer que se tiene razón de temer"
Séneca
En una emisora colombiana–Wradio– entrevistaron al ex mayor del ejército de Venezuela Clíver Alcalá, quien en el corto tiempo que duró el encuentro se volvió una sopa en un colador, a tal punto que dejó a los entrevistadores hablando entre ellos, porque supuestamente tenía una llamada muy importante. En los 15 minutos y algunos segundos el personaje antes señalado, dejó ver todas las debilidades de un cazador, cuando desconoce el terreno, y a medida que va metiéndose en esa enmarañada jungla por muy armado que vaya, ante cualquier ruido, más son las ganas de devolverse, que de empuñar las armas para defenderse.
En la entrevista el interrogado terminó por señalar a otros "infectados" –y no precisamente con el coronavirus– en el complot contra el gobierno de Nicolás Maduro; entre ellos al Presidente colombiano Iván Duque–sin darse cuenta– y directamente al autoproclamado Juan Guaidó, quien después de este señalamiento puede decir cualquier cosa, menos salirse de esta maraña en el cual se encuentra metido de pie a cabeza, y solamente las bravuconadas de los manda más del gobierno estadounidense, y la paciencia del gobierno venezolano lo mantienen en la calle haciendo de las suyas, como un niño travieso en una fiesta de cumpleaños.
Toda esta maquinación en contra del gobierno de Venezuela, se ha convertido en una cadena, el cual es cortada en el momento oportuno por los cuerpos de seguridad del estado, pero ahora en hora buena fue troceada por una alcabala en territorio colombiano con un cargamento de armas muy valiosa y peligrosa, despejando cualquier duda del nido donde se gestan todas las macabras intenciones de Trump, Duque, Guaido y de Clíver Alcalá al confesar antes los radioescuchas todos los movimientos abortados de manera fortuita por la policía colombiana.
Después de este capitulo radial, teniendo, como protagonista principal a un traidor muy consentido, vino la lógica reacción del gobierno venezolano al tener en las manos, todos los argumentos necesarios para contratacar al (grupo de la muerte) antes señalado, porque nada de lo que viene sucediendo en el terreno político es producto de la casualidad. La sincronización, como lo viene ejecutando la camarilla enfermiza de la oposición con Guaido a la cabeza por momentos parece casi perfecta; para no bajar la guardia, ni siquiera en estos momentos tan peligrosos por la pandemia, y es precisamente la forma, como lo viene haciendo el gobierno; porque apenas se atreven a montar la trampa se la desbaratan de manera certera.
Sin embargo, no podemos obviar la poderosa maquinaria al servicio de los oscuros intereses de los vende patria. Al día siguiente de haberse abortado la mortífera maniobra, apareció el fiscal general de los EEUU, William Barr, acusando al Presidente Nicolás Maduro, y otros funcionarios de su gobierno de narcotráfico, tráfico de armas, lavado de dinero y corrupción poniéndole precio a sus cabezas; para después desmentir la noticia por la misma fuente informativa, pero consiguieron a medias lo que buscaban: tapar la caída estrepitosa de sus títeres en Colombia.
El descaro de Donald Trump, no tiene límites. En estos momentos los Estados Unidos se encuentra sufriendo los embates de la pandemia del coronavirus, ocupando el primer lugar de casos de infectados, y un número de muertes bastante preocupante, y este señor, lejos de abocarse con la seriedad del caso, se encuentra haciendo la guerra contra nuestro país en capítulos, sin importarle las críticas y advertencias. Todo, como preparando el terreno para ejecutar la obsesión de un grupito de venezolanos–una invasión– tan desquiciados como él: María Corina, Julio Borges, Guaido entre otros. Frente a estas amenazas el gobierno, y el pueblo amante de la paz se encuentran en pie de lucha por el peligro que representan tan igual a la pandemia; aun, cuando la desbandada anda en una verdadera procesión, pero por los dólares nunca faltan los mercenarios.
