"El único principio que no inhibe el progreso es: todo vale" (*)
"Se va constituyendo una dictadura del relativismo que no reconoce nada como definitivo y que deja como última medida sólo el propio yo y sus ganas"
Ratzinger, Homilía: Ecclesia n. 3.255 (2005), 22
"Ninguna actividad humana puede quedar más allá del bien y del mal; uno no se quita la ética como se quita el sombrero"
Adela Cortina
"Cuando la patria está en peligro se vale todo"
"El sentimentalismo al que conduce el relativismo puede a veces desembocar en actitudes crueles. Aunque parezca mentira, no hay persona más cruel que el sentimental, que da más importancia a lo que siente que a lo que realmente hace. Por eso, el sentimental suele ser también voluble, inconstante y egoísta."
Diego Poole
"Lo contrarío de ser moralmente imbécil es tener conciencia. (…) ¿En qué consiste esa conciencia que nos curará de la imbecilidad moral?"
Fernando Savater
"El todo vale es la peste de cualquier sociedad"
Antanas Mockus
I. Introducción
La ética busca el bien. Obrar bien para vivir bien. Por bien entendemos lo que perfecciona a un ser, lo que naturalmente le conviene. A un bebé le conviene respirar y alimentarse, lo mismo que a sus padres. En este sentido el bien es objetivo. Pero también es relativo, pues un recién nacido no debe comer lo mismo que un adulto. Ambos deben comer, pero no la misma cantidad ni los mismos alimentos. Para no perderse en el bosque enmarañado de los conceptos conviene aclarar que relativo significa relación, dependencia objetiva. Todo es relativo porque todo está relacionado en el espacio, en el tiempo y en el encadenamiento universal de causas y efectos. Asimismo, lo relativo es objetivo porque las relaciones son objetivas, se dan en la realidad: esta señora es objetivamente una mujer, pero también es objetivamente madre respecto a sus hijos, esposa respecto a su marido, hija respeto a padres, enfermera para sus pacientes, volante para los partidos políticos. Y cada uno debe tratarla como lo que objetiva y relativamente es: el enfermo no puede tratarla como si fuera su mujer, y el marido no puede tratarla como enfermera, ni como hija. Por tanto, lo relativo es objetivo. En cambio, aunque relativo y relativismo son palabras parecidas, su significado es opuesto. El relativismo es la concepción subjetivista de la realidad. El hombre libre tiene derecho a escoger entre diferentes conductas que respeten la realidad. Pero si escoge el relativismo hace violencia a la realidad y abre la puerta al "todo vale", por donde siempre podrá entrar lo irracional. El realismo, al sustituir las relacione reales por las subjetivas, al concebir de forma subjetiva la verdad y el bien, es una forma equivocada de orientar la conducta. Con una lógica relativista, el drogadicto al que se pregunta "¿por qué te drogas?" puede tranquilamente responder "¿y por qué no?". En pura lógica relativa vale todo, y ello hace imposible la ética.
II. Sobre el "anything goes" de Diosdado Cabello
Nunca ha sido fácil encontrar y seguir el bien y la verdad. Actualmente las dificultades y los escollos presentes en su camino son muchos y complejos. Quizás, en nuestra sociedad, alcanza un relieve especial la mentalidad del todo vale. Cuando todo vale, nada vale nada. Si todo es verdad, nada es verdad. Si todo es bueno, nada es bueno. Es decir, si no hay contrastación, vives en un estado moral de la sociedad, verdaderamente desmoralizado, que no tengas, en realidad, ninguna preferencia, que todo te valga igual. Un país necesita una sociedad civil organizada y fuerte al tiempo que cabal, capaz de determinar un nivel mínimo de moralidad exigible que determine el de competencia y eficacia, el de honradez y decencia del total de sus componentes; es decir, que regule la vida no solo de los ciudadanos comunes sino también la de las instituciones y la de aquellos que en cada momento las dirijan. ¿Tenemos esa sociedad civil así organizada? Todo indica que no o que, al menos, no lo suficientemente asentada, no lo necesariamente organizada y capaz. Cuando todo vale, nada vale nada. Mucho menos la conciencia. . Quien ya no es capaz de percibir la culpa en su conciencia, está espiritualmente enfermo, es un cadáver viviente, una máscara de teatro.
(*) Esta frase de Paul Feyerabend resume todas sus teorías críticas y es que este autor pensaba que solo el "todo vale" permitía el progreso. Tanto era así, que lo consideró un principio básico. Este todo vale se refería que, en principio, toda opción es valorable, no a que toda opción como tal sea potencialmente aceptable.