Son públicas y notorias las rastreras "gestiones" que por años han realizado perversos personajes como Julio Borges y Leopoldo López para promover el asedio en contra de su propio país. Solo maldad y odio destilan estos furibundos apátridas. Ellos han dirigido personalísimamente la siniestra cruzada planetaria para que instituciones y organismos internacionales procedan a bloquear ilegal y unilateralmente recursos, cuentas y activos pertenecientes al pueblo venezolano.

Muy pocos países se dan el lujo de contar con una profusa banda de delirantes apátridas, que orgullosos se muestran públicamente ejecutando acciones dolosas contrarias a los intereses nacionales. Así de rastrera es la baja calaña de estos seudopolíticos que conforman la fauna de fracasados opositores que jamás en 20 años han podido acceder a las máximas instancias del poder político por la vía electoral. Por el contrario, su agenda está llena de intentos de golpes de Estado, magnicidios y en paralelo han montado todo un esquema de persecución internacional para lograr el perverso bloqueo financiero de las instituciones gubernamentales, mermando el buen funcionamiento del aparato económico y productivo.

Lamentablemente, la cruzada de bloqueo financiero en contra del país emprendida por la extrema derecha apátrida, dirigida por Borges, López y Guaidó, ha encontrado eco en algunos países gobernados por la extrema derecha conservadora, que ha terminado por hacerle caso a los disparates de estos desequilibrados personajes.

Entre los casos más vergonzosos de bloqueo a los servicios financieros solicitado por Julio Borges se encuentra el del Banco de Inglaterra. Esta institución, equivalente al Banco Central de toda Gran Bretaña, es responsable de los Fondos Consolidados del gobierno, las divisas y las reservas en oro. Según señala en su portal (https://www.bankofengland.co.uk/gold): "El Banco de Inglaterra tiene una de las bóvedas de oro más grandes del mundo. Somos el segundo mayor custodio de oro en el mundo, después de la Reserva Federal de Nueva York… Nuestras bóvedas de oro aguantan 400,000 lingotes de oro". De allí, que uno de los principales servicios del banco sea el de prestar sus bóvedas para la "custodia segura" (almacenamiento) de las posiciones en oro de los bancos centrales o instituciones financieras de todo el mundo. Este oro forma parte de las reservas de los bancos centrales o se depositan en garantía, como colaterales a préstamos o créditos solicitados por los países.

En el caso de Venezuela, el Banco Central contrató durante años los servicios de custodia de nuestro oro en las bóvedas del Banco de Inglaterra, es decir, todo el oro allí almacenado en nombre del BCV pertenece única y exclusivamente a la República Bolivariana de Venezuela. A nadie más. La negativa de devolver el oro a su legítimo propietario es un exabrupto jurídico del Gobierno Británico y está claro para los expertos que "El Banco de Inglaterra retiene el dinero de otro país con fines políticos".

Por eso ha señalado certeramente el embajador Moncada que "Venezuela demanda en tribunal británico al Banco de Inglaterra por robarse 31 toneladas de oro venezolano en su resguardo. El saqueo es un crimen de exterminio al negar al pueblo medios vitales para enfrentar la peor pandemia en un siglo. ¡Es la guerra colonial contra Venezuela!". El Gobierno Bolivariano ha solicitado encarecidamente al tribunal que, ante el bloqueo financiero unilateral impuesto por Estados Unidos y el Gobierno Británico, los recursos generados por la venta del oro sean entregados a la Organización de Naciones Unidas para que Venezuela pueda acceder a insumos para hacer frente a la pandemia del Covid-19.

Como paradoja, la dolosa actuación del Banco de Inglaterra se ha interpretado como una confiscación de facto, unilateral y discrecional del banco sobre los activos de un cliente. Este caso, expuesto ampliamente ante los medios y ahora en tribunales, generará un precedente negativo que afectará la reputación e intereses comerciales del Banco de Inglaterra. A partir de ahora, ningún Banco Central, institución financiera o corporación privada querrá depositar allí sus posiciones en oro, temiendo que este banco, de manera unilateral, pueda disponer o decidir su congelamiento ante cualquier capricho, acontecimiento o divergencia política. El Banco de Inglaterra es ahora una institución politizada de alto riesgo, poco fiable para sus temerosos clientes.

Quedan más ejemplos de la perversa confabulación criminal de la extrema derecha mundial con los apátridas venezolanos. El caso del bloqueo de las cuentas en los bancos corresponsales es quizás el más grave. Las unilaterales sanciones de Estados Unidos han generado el cierre progresivo de todas las cuentas internacionales del BCV, PDVSA y FONDEN. Aquí nos encontramos con el monopolio que representa el sistema SWIFT (Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication), el cual enlaza a "más de 11.000 organizaciones bancarias y de valores, infraestructuras de mercado y clientes corporativos, en más de 200 países y territorios, a quienes facilita una comunicación segura y un intercambio de mensajes financieros estandarizados de una forma fiable". En el caso de las sanciones unilaterales e ilegales del Departamento del Tesoro norteamericano, ninguno de los bancos afiliados al SWIFT se atreve a realizar operaciones con instituciones públicas del Estado venezolano por miedo a las represalias de los inclementes inquisidores norteamericanos.

En la práctica, el Gobierno Bolivariano no puede recibir fondos (por ejemplo depósitos por la venta de petróleo o de oro) y mucho menos puede pagar a proveedores y acreedores (como los tenedores de bonos). Las sanciones norteamericanas se lo impiden totalmente.

El sistema SWIFT también se convirtió entonces en un arma de dominación política, subordinada a los perversos caprichos e intereses de Estados Unidos. Pero nadie se rinde. En respuesta al monopolio que representa el SWIFT, varios países como Rusia, China y la India han iniciado desarrollos tecnológicos para crear sistemas alternos de transferencia financiera y pagos en sus propias monedas. Frente al bloqueo criminal del imperio norteamericano, los países se unen para dar la batalla.