La conciencia enmudecida dentro de la toga y el birrete

Me quiero referir a la desagradable, penosa situación que está aconteciendo dentro de nuestra Alma Mater, UCV y también en la Universidad de Carabobo.

Quiero referirme al tweet de estos días elevado por el profesor José Marín Díaz, y que habla, con mucha firmeza acerca de la "élite de los primados" y la acusación de "resentidos" a los que se atreven a denunciarlo.

Para los lectores que no saben, desde el mes de octubre del pasado año, pero al parecer mucho antes, las autoridades rectorales de la UCV decidieron pagarse y darse el vuelto. Me explico, decidieron asignarse unas primas, que se llaman de responsabilidad, entendidas como emolumentos por ser autoridad. Claramente, como una manera poco ortodoxa de elevar su sueldo que en los últimos años se ha visto muy disminuido. Se lo auto aplicaron estas autoridades rectorales, por decisión tomada por ellos mismos, me cuentan, en la privacidad de una comisión de mesa. Luego de recibirlas ellos solos por casi un año, muy democráticamente, decidieron extenderlas a los docentes que tuviesen algún cargo de dirección dentro de la universidad. Me refiero, por ejemplo, a los decanos, los directores de escuela, de postgrados, de institutos, etc. Y, además, por alguna razón sacada muy leguleya mente debajo de la manga, consideraron que ese monto extra, aparte del sueldo, fuese muy apropiado aplicarlo también a quién, habiéndose jubilado antes de recibir este extra monetario, hubiese sido autoridad.

Lo que no cuadra en este asunto es la gran falta de transparencia que se ha manejado al respecto. Parece que las autoridades rectorales lo mantenían bajo siete candados pues estuvieron recibiéndolo, muy discretamente, desde julio 2018. Los docentes sorteados y sortarios, todos ellos ejerciendo cargos de alguna autoridad, fueron sorprendidos favorablemente, en octubre del pasado año, cuando se encontraban en un acto en el Aula Magna por la Defensa de la Autonomía. Notaron una cantidad extra importante en su depósito de la nómina, pero nadie sabía de donde venía y cuál era la causa. Y algunos otros profesores, exentos del beneficio, se dedicaron a estudiar el misterio hasta descubrir la auto asignación de unas primas de responsabilidad, por las autoridades rectorales, que no pasó nunca por la aprobación del Consejo Universitario.

Este tema está tomando un poco de aire y publicidad en estos días, pues los docentes universitarios acabamos de recibir nuestro bono vacacional. Y ese considerable aumento en las novedosas primas de responsabilidad, se reflejan y tienen alto impacto, en el bono vacacional.

Me informan compañeros muy preparados al respecto, que están luchando por sus derechos, que el reciente bono vacacional de la Rectora de la UCV fue de 299 millones de bolívares, mientras los vicerrectores cobraron cada uno 276 millones.

Pero, apreciados lectores, ¿cuánto cobraron los profesores titulares a dedicación exclusiva, sin el beneficio de esas primas? Apenas entre diez y doce millones de bolívares. ¿Es o no es una abismal diferencia?

Y ya en estas mismas páginas trató este asunto el articulista Eligio Damas, siempre muy leído, lo que pasa con el bono vacacional de la Rectora de la UCV. Lo tomó como un ejemplo porque, ciertamente, no es la única autoridad que está disfrutando de estas extraordinarias, altas primas, sino también toda la élite de los primados, mientras no decidan acogerse a la orden del Tribunal Supremo de Justicia de hacer elecciones. Les parece probable, que justo ahora, recibiendo estas primas bastantes altas, ¿vayan a soltar el cambur?

Bien por ellos, pues realmente los sueldos universitarios han perdido completamente valor. Un interesante artículo de Luis Fuenmayor*, señala, por ejemplo, que el sueldo de un profesor Titular a Dedicación Exclusiva (máxima categoría académica) era, en 2001, de 2.573 dólares mensuales. Pero en el 2015 ganábamos 56 dólares, en abril de 2019, menos de nueve dólares y, en septiembre 2019, apenas cinco dólares mensuales. Todo esto sin incluir las primas de familiar, de antigüedad, e, incluso, las primas de cargo que ya tenían establecidas las autoridades, y que nada tienen que ver con estas "nuevas" primas de responsabilidad. Pero en 1982, antes del famoso viernes negro, ¡un titular ganaba 3.472 dólares!

Ya otros se dedicarán a estudiar y reportar las causas de este terrible comportamiento de los sueldos universitarios, que refleja lo que acontece en todo el país.

Lo que quiero resaltar en este artículo, es que esos beneficios se los han aplicado únicamente a los que tienen cargos de autoridad, los que usan frecuentemente toga y birrete para asistir a los actos académicos. Y ser una autoridad no significa, en este momento, estar en el mayor escalafón académico. Pero en la UCV hay aproximadamente 8.300 docentes, y sólo una mínima parte, ¿alrededor de unos 1000? se beneficia.

Me refiero al otro grupo, que seguramente, en una alta proporción, son docentes activos, con muchos años de antigüedad, que hicieron toda su carrera académica hasta alcanzar las más altas posiciones. Y muy probablemente en algún momento, les ha tocado ser autoridad, pues son cargos que se rotan, como debe ser en una universidad plural.

Pues hablo en nombre de ellos, de compañeros que me han comentado la enorme distorsión e injusticia que se ha implementado con estas primas. Compañeros que dependen sólo y únicamente del sueldo universitario para subsistir.

Me pregunto ¿quién ha permitido esta distorsión? Son recursos muy cuantiosos que seguramente están amparados en alguna partida presupuestaria, aprobada por el MPPES.

Y se ha regado la voz, me llegó de varias vías, de que como las autoridades de la UCV y de la Universidad de Carabobo, son las más críticas al Gobierno de Nicolás Maduro, el oficialismo acuerda, y se ha hecho la vista gorda para acallar así sus críticas.

Y tristemente, ante la justa protesta de la mayoría de estos docentes universitarios, discriminados, que necesitan y no reciben ese pago extraordinario, se escuchan insultos de parte de colegas, incluso autoridades, que sí lo reciben, tildándolos de resentidos, iscariotes, envidiosos. Y hay profesores que se inhiben, pues creen que los acusarían hasta de muertos de hambre.

Y está ocurriendo una división al interno de la universidad. Y un ambiente adverso y contrario para las altas funciones que se esperan de ella.

Como estoy leyendo "El Sueño del Futuro" de Ernesto Mayz Vallenilla, que me tiene embelesada, repito aquí sus palabras, pues vienen al caso: "Definimos a la universidad como la institución que debe simbolizar la mejor ciencia y conciencia del país…El reconocimiento de la dignidad del prójimo es la única defensa y salvaguarda para que el hombre no sea utilizado por el hombre como un simple medio o instrumento al servicio de sus apetitos de poder. Convivencia basada en el respeto, la tolerancia e, incluso en el amor. ¿No es en ello acaso donde radica, esplende y se revela lo verdaderamente superior de la Universidad?"

* Luis Fuenmayor, Universidades, No. 83 enero-marzo 2020



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Flavia Riggione

Profesora e investigadora (J) Titular de la UCV.

 flaviariggione@hotmail.com

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