Diosdado, como siempre, saltó adelante a quemarse, a embarrarse, no deja de ser teniente, demasiado teniente, no olvida los días de obediencia en la Academia, lo único que se le ocurre para defender, para consagrarse con su superioridad, es decir que el informe sobre derechos humanos de la ONU fue pagado, de esa manera despacha esa terrible evidencia.
El informe de la ONU es creíble, y eso le da una importancia trascendente. Habla el informe de los asesinatos de las faes, son creíbles; habla el informe de torturas, son creíbles, allí está el marino muerto frente a un juez; dice el informe de allanamientos sin orden judicial, creíbles, allí está la operación "tuntún"; expone el informe el conocimiento del alto gobierno de todos estos desmanes, es creíble, recordemos los aplausos y los vivas de maduro a las faes, la exposición de videos de presos políticos para burlarse, desprestigiarlos.
Si a estas violaciones de los derechos humanos añadimos las actuaciones de la fiscalía, del tsj actuando a la carta según conveniencia de los cinco del madurismo, tendremos un cuadro de represión además de creíble innegable. La conclusión es clara: este gobierno es altamente represivo en todos los terrenos. No puede ser de otra manera, el madurismo no tiene otra opción que la escalada represiva, que hoy se ve atenuada por la cuarentena aunque, sin duda, recrudecerá cuando la suspendan. Veamos.
El madurismo traicionó a Chávez: le dieron la misión de impulsar el Socialismo, y no aguantó ni dos pedías, en las primeras veinticuatro horas invitó a los capitalistas a palacio, cisneros y mendoza, emblemas de lo contrario al chavismo, fueron recibidos con sonrisas y golpecitos en la barriga. Fue el anuncio del nuevo rumbo del gobierno.
Al traicionar a Chávez, reflejaron esa infamia al resto de la sociedad, la mentira fue norma de gobierno; la zancadilla, el provecho personal, la felonía norma de la política. Esa ética del capitalismo impregnó a la sociedad. La organización social fue dinamitada con el carnet de la Patria, el partido fue transformado en agencia amordazada, sin discusión, sana crítica. El pragmatismo del lumpen sindical marcó la acción de gobierno.
Esa moral se extendió con una mancha de aceite al resto de la sociedad, la ética del egoísmo, del individualismo contaminó a todas las instituciones, la conciencia de pertenencia a la sociedad desapareció. En esas condiciones la sociedad no podía funcionar, solucionar nada, todo se empantana en la mezquindad individual.
El gobierno, sin sociedad, sin organización ni moral social no puede funcionar, el país se va fragmentando en parcelas, en reinos de barro, en pranatos diminutos. Al perderse la cohesión espiritual de la sociedad vienen los éxodos millonarios, y la rebeldía individual, al no haber política que encauce la incomodidad, se recurre a la respuesta individual, cada uno es juez y ejecutor, la protesta adquiere mil formas diferentes, desde el arrebato, el saqueo, hasta tumbar al prójimo, se instauró el todos contra todos.
Ahora las mentiras no convencen, el gobierno habla como las voces en el desierto, promete, asegura y es igual que los murmullos de un loco en la plaza Bolívar, no tienen ni audiencia ni resultados. Sólo queda la represión, y esa alta represión es señal de la debilidad del gobierno, de su incapacidad para mantenerse en el poder, la dominación sólo por la fuerza le sale cara y es inútil. Temprano la represión desbordará al gobierno y todo habrá acabado.
Depende de los que pueden administrar a la partera de la historia que el alumbramiento sea con el menor dolor posible.
¡DISOLVER LAS FAES, DISOLVER AL GOBIERNO DE MADURO!