Escribimos este texto consciente del riesgo actual de decir incomodidades para la cúpula dirigente, el castigo es el olvido en alguna ergástula. Sin embargo, tanta infamia, tanta injusticia no puede dejarse pasar sin un grito aunque sea en el desierto, no obstante caiga en tierra infértil.
Es inadmisible la condición de los Generales presos, Baduel, Rodríguez Torres, y más de cien oficiales militares que yacen en las cárceles en condiciones vejatorias. Todos los días vemos noticias de las familias clamando por visitarlos, la familia del General Baduel declara meses sin verlo, el General Rodríguez Torres necesita atención médica que se le regatea, no sabemos la situación de los demás oficiales, pero suponemos iguales condiciones, igual injuria. Nos preguntamos, ¿cuál es el delito que justifica ese trato inhumano, cuál es la textura moral de un gobierno que comete esas injusticias? Pero sobre todo, por encima de todo, ¿Qué pasa con los militares? ¿Por qué permiten ese trato a sus compañeros de armas, por qué participan en ese oprobio?
La cultura militar del mundo tiene como componente fundamental el trato digno de los militares, máxime si son connacionales, si son miembros de la misma fuerza. Un oficial, aun cometiendo un delito, es tratado con respeto a su dignidad, con respeto a su honor militar. Esa conducta no es accidental, es un pilar del espíritu de cuerpo, es pieza fundamental en la cohesión, de la moral militar.
De aquí, que más allá de la conducta de estos políticos que hoy nos gobiernan, vejatoria para los oficiales, lo que ya es incomprensible, sabemos que lo que hoy están allí en Miraflores lo están por la entereza, la valentía, de los que hoy están presos y maltratados, o es que se va a olvidar la conducta del General Baduel en Maracay. Puede haber divergencias, discrepancias. Lo entendemos, lo que es inaceptable es el trato deshonroso, la crueldad. Lo que es incomprensible, es la conducta de los compañeros de armas de estos prisioneros ¿Cómo permiten esta situación que lesiona a los oficiales como individuos, pero más lesiona a la fuerza como institución, como pasión, espíritu que viene desde los días de la independencia?: ¡Ejército Libertador!, ¿Cómo es posible que el Ejército del Libertador trate de esta manera canallesca a sus propios oficiales, peor trato del que supone daría a sus prisioneros una fuerza invasora.
Se debe impedir que este gobierno que lo ha destruido todo, acabe, devaste también lo más preciado de nuestra historia militar. Es hora, si no es por otra cosa, sea por la defensa del honor, de la lealtad a los miembros de la institución que los militares se pronuncien.
Los que hoy comandan la fuerza con cuál cara, cómo justifican esta conducta evasiva. Y los políticos civiles tampoco dicen nada, es que se ha perdido el humanismo, por qué luchan, que le proponen al país, todos, unos injurian y los otros callan…
Nos despedimos con las palabras de Marx, "he dicho y he salvado mi alma"
¡LIBERTAD PARA LOS OFICIALES PRESOS!