El tema de la vanguardia es polémico, tiene que ver con un punto vital de la Revolución, su incorrecta compresión anula cualquier esfuerzo revolucionario, lo condena al fracaso.
Los teóricos del capitalismo, sus defensores estratégicos, conocen la importancia de la vanguardia y contra ella enfilan sus más pulidos argumentos. Variadas son las tesis contra la vanguardia y a favor de lo espontáneo, en contra de la organización y la disciplina. Junto a eso el capitalismo apunta sus venenos directamente contra los líderes de la vanguardia y hasta contra los posibles líderes; ser líder, pensador contra el capitalismo, es un riesgo, a nada teme más, a nada ataca más el capitalismo que a un líder, a una vanguardia.
No es sitio para un estudio de estas tesis, todos las conocemos por intuición, hemos visto las oposiciones a organizar verdaderamente a la sociedad, los bombardeos a los fundamentos de la organización. Un ejemplo es la canallada del carnet de la patria, la plataforma patria, monumentos de la fragmentación, de la individualización, órdenes electrónicas de un centro de control que nadie conoce, que nadie ve a los ojos, es el embrión de un "gran hermano" como lo presagió Orwell, intento de amaestrar a la masa, condicionamiento del individuo.
La experiencia nos dice que el destino de las luchas revolucionarias depende de la vanguardia, y éstas dependen de su claridad ideológica. La experiencia señala que la masa sin vanguardia sólo puede producir motines que son absorbidos con facilidad por el sistema, allí está el 27 de febrero, claro ejemplo de explosión social sin objetivos políticos. La masa sin vanguardia no sabe retirarse para preparar una nueva ofensiva, se consume como un petardo destructor.
En los últimos años hemos sido sometidos a un proceso de desmontaje de la vanguardia, primero el asesinato del líder, después la usurpación de su nombre, de su imagen por la traición, luego la persecución inclemente de los posibles líderes. Aunado a esto se aplicaron a la masa una serie de "terapias venenosas" que la despolitizaron, hasta el punto imposibilitarla para la visión larga, la identificación de la estrategia, sólo puede ver la zanahoria enfrente, lo inmediato.
De esta manera, es fácilmente manipulable, por un bono oportuno dejar de ver la entrega del petróleo, por una promesa vaga calla frente a la venta de las empresas básicas, por flojera acepta los argumentos a favor del capital. Ya algunos escritos en Aporrea denuncian la manipulación de la masa, con un pernil, con una mortadela, y los escritores alertan sobre el silencio del partido de diosdado y maduro, que usurpó las siglas del PSUV de Chávez. Es que este partido del madurismo enterrador tiene esta conducta no por error, sino que obedece a su ideología pragmática, manipuladora.
Ardua tarea de la gente de buena voluntad revolucionaria, despertar a la masa, derrotar la conseja de que el "pueblo sabe" que el conocimiento llega como por arte de magia, que no es necesario pensar, indagar, cuestionar, estudiar, de esta manera se tragan las consignas de la manipulación como esa de "Traidores nunca", cuando son traidores descarados a Chávez. Ardua tarea la de intentar que la masa piense en el futuro, esa es la única manera de salvarnos, de poner la energía social al servicio de un cambio que traiga felicidad sólida a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos, que garantice la existencia de la Patria.
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