La crisis económica producida por el gobierno no es sólo un asunto material, esa realidad tiene consecuencias, se refleja en el comportamiento social, en la psiquis, del gobierno y de toda la sociedad. Veamos.
El gobierno enfrentó la grave situación económica con la misma incapacidad con que la había creado: evadiendo. Al principio dijo "no pasa nada, Dios proveerá"; luego, cuando la crisis se hizo evidente, usó la mentira como argumento, buscó culpables, se olvidó del Socialismo y se entregó al capitalismo en cuerpo y alma. La crisis siguió profundizándose, y el madurismo fue forzado a reprimir: comenzó reprimiendo a los líderes chavistas críticos, los condenó sin juicio a las tumbas, al exilio, allí se mueren; después creó cuerpos especiales para reprimir a los pobres. Esta conducta -evadiendo, mentiras que ahora se las creen ellos mismos, buscando culpables, olvido del socialismo, entrega al capitalismo- constituyen las bases psíquicas y políticas del fascismo que toma cuenta del gobierno madurista.
La inmensa penuria que padece la sociedad, los altos niveles de pobreza, lo extendido de la miseria, la fragmentación social, la guerra de todos contra todos, la ruptura de la relación esfuerzo-logro, la búsqueda de culpables externos, crean las condiciones materiales y psíquicas para que prospere en amplios sectores de la población desesperada la conducta fascista del gobierno.
La combinación gobierno deslizándose al fascismo y sociedad paupérrima es explosiva, disolvente, y si a eso añadimos el vacío brutal de la política, de líderes, de ideas, entonces debemos entender que la nación, la Patria corre alto peligro de su disolución.
En esta hora aciaga es urgente que lo mejor de la sociedad actúe, enfrente el reto histórico, es necesario salvar la Patria. El daño moral causado por la conducta del gobierno y de la oposición gringa debe ser reparado, se debe rescatar el sentido de pertenecía a la sociedad, la relación fraterna, el sentido de colectivo no como pandilla egoísta, mezquina, sino con visión social.
Por supuesto que el madurismo padre y madre de la crisis moral y material está incapacitado para la tarea, debe irse. Es necesario un nuevo gobierno, que tenga el suficiente prestigio y coraje para proponerle al país su reconstrucción moral, y una nueva realidad económica social, que liquide la forma hipócrita de gobernar, que refleje sobre la sociedad un nuevo modo, diferente de la ética forajida, de la política tramposa, clientelar, que hemos padecido con este gobierno. Los gobernantes que vengan deben destacarse por su austeridad, su seriedad en los argumentos, por no mentir jamás, por su alta credibilidad, alto nivel de humanismo.
Vivimos un momento estelar, la costra política -gobierno y oposición- está desprestigiada, sus trampas ya no funcionan, nadie cree sus trucos, ellos mismos se derrotaron, las instituciones están demolidas, el Estado se derrite. Hoy se cumple el axioma de que "las crisis son Revolucionarias", hay condiciones para refundar la República, los líderes tienen la palabra.
Pero también existe el peligro, y eso hay que alertarlo, de que la masa, los pobres de la tierra, las clases golpeadas con la crisis, en su desespero y en el vacío de una dirección humanista, apoyen soluciones de fuerza terribles. La historia nos enseña que en condiciones similares ha surgido lo peor de la especie, hitler, pinochet, mussolini…
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¡PATRIA SOCIALISTA O MUERTE… VENCEREMOS!
