Eudis Girot, el madurismo y el economicismo cómodo

La situación es triste. Girot, un dirigente sindical, primero alerta que los cuerpos represivos intentan capturarlo, luego nos llega la noticia de su secuestro, no se sabe dónde lo tienen ni quién lo tiene: un desaparecido más de la dictadura madurista. A todas estas, el silencio, la quietud, pocas son las protestas. Girot desaparece en las tumbas y el país sigue su marcha fúnebre.

¿Qué pasa, que un dirigente sindical es secuestrado, desaparecido, y sus compañeros no protestan con fuerza, por qué toleran la agresión? La falla hay que buscarla en los valores instalados en la profundidad de la psiquis de los obreros y de la sociedad en general. Los dirigentes sindicales se han limitado a ser agentes comerciales, ellos transan el valor de la fuerza de trabajo con el patrón, a esa operación comercial se le llama contrato colectivo, de allí no han pasado, no han trascendido el economicismo.

El economicismo, aceptado por el capitalismo, a él consustancial, no sólo es un asunto económico, también supone unos valores éticos. El trabajador del economicismo se va tallando egoísta, sólo se preocupa por su bien material, se une sólo tras reivindicaciones materiales. Por supuesto que mide su acción como una operación comercial, pesa el beneficio de una acción con el perjuicio posible, no pasa esa línea, no corre riesgos más allá de esa línea, su visión no alcanza sino al próximo contrato colectivo, al beneficio inmediato, al bono conseguido. Y ya vamos entendiendo por qué no se protesta con fuerza el secuestro de Girot, no hay rédito material. Triste verdad, pero comprensible, así están formados.

Otra sería la historia si los dirigentes sindicales se encargaran de trascender el territorio economicista y, unido a él, junto a la necesaria reivindicación, propagaran el concepto del papel histórico de la clase obrera, la liberación de la clase y de toda la sociedad del capitalismo, la construcción del Socialismo, del Cristianismo tal como lo predicó Cristo, "amaos los unos a los otros", como lo enseñó Martí, "con todos por el bien de todos". La necesidad de luchar por una nueva sociedad, una relación humana donde cada uno aporte de acuerdo a su capacidad y reciba de acuerdo a su necesidad, en otras palabras, tomar el cielo por asalto.

De esta manera, con estas metas, la psiquis de los trabajadores se impregnaría de valores altruistas, la relación entre ellos sería de la hermandad de una causa noble, grande, a los Apóstoles que estos valores pregonen los defenderían los trabajadores, a la causa del Socialismo, de la propiedad social de los medios de producción y de la conciencia del deber social la defenderían. No se hubieran dejado arrebatar a la PDVSA Roja Rojita, Socialista, consciente de su papel histórico, de Chávez y de Ramírez, no hubieran dejado que llegara a los límites de la privatización, no hubieran dejado secuestrar a Girot.

El secuestro de Girot y la débil respuesta de las masas es una enseñanza para los dirigentes obreros, destaca su compromiso histórico, el reto no asumido, de formadores de una fuerza capaz de cambiar el mundo, de unos valores humanos que hagan posible ese cambio. Sólo con una masa así formada se podrá luchar por la reivindicación inmediata, por la defensa de sus líderes y por las metas superiores. Al contrario, la masa del economicismo es cómoda al capitalismo y permite sus crueldades.



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Toby Valderrama Antonio Aponte

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