El arbolito de navidad y las bolas de Maduro

"Quien tiene la voluntad tiene la fuerza"

Menandro

La humilde mujer desempolvaba el viejo arbolito de navidad; muy parecido a un pino canadiense; pequeño, pero bien cuidado, como para no dejar pasar diciembre sin ninguna señal de las costumbres arraigadas en lo profundo del alma de los venezolanos, cuando llegó un compadre todo lleno de optimismo, con el entusiasmo reflejado en el rostro, para terminar de estimularla en su ferviente tradición: "Muy bien comadre, pero no veo los adornos, y menos las luces". No había terminado de hablar, cuando escuchó la voz firme en medio de una sonrisa, que parecía iluminar el poco espacio de la sala ¡No se preocupe, voy a ponerle la voluntad y las bolas, que le ha puesto Maduro en estos años de lucha, porque nadie como él, ha dado ejemplo!

El compadre se despidió para marchar, cuando la matrona lo detuvo con la gentileza propia de los que no pierden el don de gente, y nunca se les va una visita, aunque sea con un cafecito: "Espere para que lleve, un poquito de la "gasolina" de los pobres en el estómago; pero le adelanto este café esta más desabrido y falso que la oposición, porque lo he pasado varias veces por la borra; el kilo está muy caro" El hombre largó la carcajada mientras absorbía el brindis, pero en el rostro se notaba la desaprobación, porque ni siquiera el azúcar le daba algo de gusto, y en nada se asemejaba a café.

El hombre se lo bebió de un solo sorbo, como para pasar de una sola vez el desagradable guarapo, pero ese breve momento lo utilizó para reconocer la aseveración de la matrona, quien no estaba equivocada, cuando se atrevió a lanzar semejante afirmación hacía el Presidente, en medio de tantas dificultades, que golpea precisamente a los de abajo, para terminar agregando antes de marcharse: "El Presidente Maduro ha dado muestras de firmeza y seriedad en su mandato, sin dejar ninguna duda; así, sigan colocando en medio del camino todos los obstáculos posibles. Quien no quiera reconocer esta gran verdad, la cual sobresale, como la misma figura del mandatario, simplemente está haciendo lo posible por detener el ímpetu indomable del Presidente, por vencer las grandes dificultades del pueblo".

La conversación la finalizó la mujer, dándole algunas recomendaciones al compadre: "Olvídese de adornos y luces, porque el arbolito se va quedar, como lo esta viendo; lo que necesitamos es bolas y voluntad en el próximo desafío: las elecciones del domingo 6, y no podemos fallar, ni en medio de la oscuridad" El visitante se quedó mirándola, como aceptando el reto, para finalmente interrogarla con cierta curiosidad y picardía: ¿Cómo hacen ustedes las mujeres, porque los hombres aparentemente no tenemos problemas? Al instante levantó el rostro, para responderle con el impulso de nuestras mujeres venezolanas comprometidas por la patria ¡Ustedes los hombres le ponen testículos, mientras nosotras las mujeres le ponemos ovarios, como si estuviéramos pariendo, pero eso sí, todo sea por Venezuela, Maduro y el pueblo venezolano! El compadre se marchó con un gesto de aprobación, moviendo la cabeza de arriba abajo sin dejar de sonreír con una miranda, como pensando ¡Resteada la comadrita!.



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Narciso Torrealba


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