"Señor presidente:

le escribo esta carta,

que usted quizá lea si tiene tiempo...

Es necesario que sepa

que he tomado una decisión:

voy a desertar"

Boris Vian

Fuente: canción el desertor

La carta que le hizo llegar el ex gobernador de Mérida Alexis Ramírez, al Presidente Nicolás Maduro, a través de algunos medios y propagada, como ríos de aguas vivas en época de invierno a través de las redes sociales, es público y notorio que el remitente, siente la misma preocupación por la grave situación económica de Venezuela, a la que sufre la pareja (Mitzy Capriles de Ledezma y Antonio Ledezma) cuando escriben, desde su confortable aposento en España, que casi hacen llorar a Donald Trump, Luis Almagro, y al mismo autoproclamado, profundizando los surcos de sus rostros, para terminar de entorpecer una pequeña sonrisa y de esa manera ablandar corazones engañados.

Alexis Ramírez, estuvo ejerciendo el cargo de la gobernación del estado Mérida por más de 5 años, y en ese periodo, cuanta ave de las distintas especies que adornan el cielo merideño las hubieran encargados de llevar mensajes, quejas, reclamos, denuncias por corrupción y las arrecheras desatendidas de los habitantes, estoy seguro, que lo hubiesen cubierto, imposibilitándole su salida de la sede de dicho organismo, hasta haber rendido cuentas a los electores, que dignamente votaron por él, y terminaron más defraudados que un enamorado, al conocer la falta de fidelidad de su amante o pareja.

La carta pública de Ramírez, no presenta nada nuevo, la he leído en distintos formatos de otros personajes, y entre ellos destacan Trump, Pence, Pompeo, Guaidó; además el de la cara con doble postura: Ramos Allup, porque nadie sabe, si, está bravo o riéndose cuando habla; y el más incisivo e insistente Rafael Ramírez, quién en medio de su obsesión por ser presidente ha redactado varias, pero por el camino que llevan, se quedan en la vía, y va terminar tan frustrado, como Trump, después de la derrota, porque lo único que le falta es contratar un brujo para saber, porque no es correspondido, y lo ayude a cambiar los resultados, que no lo dejan dormir tranquilo; mas, cuando la fecha de la trasmisión de mando se acerca: 20 de enero.

Por mi parte, ni de vaina se me ocurre acusarlo de agente de la CIA, porque estoy muy claro, que los seleccionados para cumplir esa función, no es cualquier redactor de epístolas, para lavarse el rostro, como el infiel al ser descubierto por su pareja, y busca las mil y una manera para que lo perdone, y en medio de tantos intentos frustrados por las faltas cometidas, recurre a las cartas, y en estos momentos la tecnología se encarga de llevar al más apartado rincón, y el último que se entera es precisamente, a quien va dirigida la misiva. El otro pelón o pifia del señor Alexis Ramírez, es –decir– que no faltará el que lo acuse de haberlo comprado la derecha. La derecha no invierte sin saber las ganancias; la prueba está, cuando desde los Estados Unidos afirman que le han dado a la oposición más de 1200 millones de dólares.

El traidor termina por acusar, y la prueba más clara y convincente, es cuando se refiere a la dolarización de la economía venezolana para culpar al Presidente Nicolás Maduro de tamaño disparate, el cual se ha presentado en el país, promovida y orquestada por la derecha haciéndole creer a un grupo de incautos, que, esa era la solución de los problemas creados por el imperialismo y sus secuaces con el bloqueo al aplicar medidas criminales, impidiendo la entrada de comida y medicamentos. Esa carta, sirve para afianzar mi opinión: todo el que escribe contra Maduro, al comienzo es leído, pero después desaparece al no conseguir argumentos para seguir en la misma onda de los gobiernos estadounidenses. Vienen elecciones para gobernadores, por lo tanto el señor Ramírez, tiene la oportunidad de saber, que tanto es aceptada su posición frente al gobierno, y por lo que escribe, es muy distante, cuando se dirige al causante en parte de los males de nuestro país: el imperialismo estadounidense, el cual está ahí mismo, a 4500 km (2796 millas o 2429 millas náuticas).

¡LEALES SIEMPRE! ¡TRAIDORES NUNCA!