"Que Stalin alcanzase su posición fue la suprema expresión de

la mediocridad del aparato".

León Trotsky…

El mediocre es enemigo de toda cosa nueva; por lo tanto es enemigo de toda revolución. Por fin Nicolás Maduro aceptó la grave situación por la que atraviesa el país, debido al efecto devastador causado por la dolarización de facto al pueblo venezolano https://es.noticias.yahoo.com/v%C3%A1lvula-escape-maduro-reconoce-avance-215600032.html. Los variados retos de hoy, frente a un futuro sombrío, ojala nos hagan despertar. Los pobres, las víctimas favoritas de las inclemencias de la hiperinflación, especulación, y dolarización, los niños y adolecentes victimas también de la desnutrición, deserción escolar, paternidad irresponsable, prostitución, y la violencia, merecen un cambio radical de actitud en el alto gobierno. Sabemos que muchos compatriotas desde sus trincheras de trabajo, les están haciendo frente a las duras pruebas de supervivencia hoy, frente al espeluznante alto costo de la vida.

Los problemas que sufrimos no son obras de Obama, Trump, y ahora Biden a partir del 29 de enero del 2021 en USA, ni del imperio yanqui, menos de los comunistas de Cuba (la culpa no es del ciego, sino de quien le da el garrote) sino de un ejército de charlatanes y de mediocres. No hace falta dar nombres. "Este es un país donde todos, aquí nos conocemos".

Aquí hay un ejército de burócratas que están socavando a la nación. El Presidente los conoce, solo él los conoce. Los más grandes ‘revolucionarios radicales’, mediocres y vividores, provienen de esa vieja izquierda trasnochada, y de los extintos frentes guerrilleros fracasados de las décadas de los años 70 del siglo XX, y ahora se le suman los llamados alacranes, personajes que han controlado, y manipulado al país en los últimos 21 años.

El fracaso en el esquema de gobernar que se implementó en el país es una de las causas de las debilidades de esta tragedia. El Presidente debe saber que muchos de estos personajes, continúan incrustados en su gabinete, haciendo daño.

Los revolucionarios, ni los opositores, son culpables de esta desgracia causada por esta tragedia socioeconómica venezolana del siglo XXI, debido a la grave situación que pasa actualmente el país. Los verdaderos responsables es el grupo de charlatanes. Que descuidaron el desarrollo de la construcción de viviendas publicas y privadas, la infraestructura publica, la vialidad, la destrucción de PDVSA, las empresas básicas de Guayana, y no construyeron un poderosa infraestructura de desarrollo, en una nación rica en recursos, hídricos, minerales, petróleo, gas, buenas tierras para el desarrollo agropecuario. Para verdades el tiempo perdido en 22 años.

En materia económica el país se estancó y los déficits nos asfixian. Nuestra dirigencia política oficialistas, y opositores, parecen no darse cuenta de la peligrosa situación que se nos viene encima. El venezolano promedio marcha directo al despeñadero. Y los de abajo vivirán de basurero en basurero, buscando desechos de comidas, entre cartones y latas, rodeados de ratas. Basta ver como se han multiplicado los niños, de la calle, en restaurantes, panaderías, semáforos y vías públicas, pidiendo dinero y comida.

La esperanza se desvanece cuando no escuchamos la voz de verdaderos revolucionarios. La agresión a la economía sigue su marcha, y las irresponsables devaluaciones diarias de nuestro signo monetario, han despertado nuevamente la fibra nacional. Valientemente deben despertar desde el silencio, lideres revolucionarios y opositores, y comiencen a enfrentar en los Tribunales de la Inclemencia del alto costo de la vida, a la poderosa tormenta hiperinflacionaria, especuladora y de la corrupción. Ellos y aquellas deben salvar de este desastre fielmente el Alma Nacional.

Muchos venezolanos no acudieron a las urnas electorales el pasado 6D, menos a la consulta opositora del 7 al 12 de diciembre del año 2020 en tiempos de elecciones muy cuestionadas. Pero de manera espontanea asistirán al llamado de la patria cuando existan temas puntuales que defender para ponerle fin a este desastre. En momentos difíciles la mística abunda.

Si la oposición desea tener un futuro cierto tienen que dejar de ser tan permisivos con el gobierno bolivariano. Existe una gran cantidad de venezolanos que no pertenece a ninguna agrupación política, y que nadie los ha logrado aglutinar. Las quimeras no provocan cambios precisos. Únicamente lo logra el trabajo apasionado y desinteresado, y las ideas certeras que se introduzcan en el corazón de la gente.

No podemos como sociedad andar desunidos, sin planes, plazos, ni metas planificadas. No es razonable vivir especulando y esperando que algo nos salve. Los responsables de tantos problemas jamás resarcirán este daño al país. La apatía es mala consejera. En estos momentos parecemos almas en pena buscando sosiego. Que ciudadanos luchando por verdaderos cambios sociales, donde muchos asumen posiciones irresponsables, que nos deja a todos postrados y deprimidos.

La impotencia asfixia, utilizar a Miraflores como refugio, debilita como gobierno. Algunos burócratas, endurecidos por tanta soberbia, están botando piedra. Otros dirigentes se marchitan esperando los anhelados cambios que nunca llegan. Los eufemismos embotan, y la esquizofrenia, a causa de este desastre aguarda. Todo en defensa de ese pueblo ganada en una supuesta batalla que nunca se dio... ¡la revolución bolivariana!

En este lloroso cielo venezolano perezosamente dormita junto a la tragedia, la traición, en cómodos bunkers residenciales. Como si no existiera esta hecatombe, insistimos en dejar en manos de unos irresponsables nuestro destino. Muchos burócratas de turno, son grupos de revolucionarios dispersos y erráticos, en el arte de gobernar. Algunos recorren un camino, y otros viajan por otro cruzándose en el mismo lugar de la incompetencia. Por más vuelta que den siempre llegan al mismo punto y a la misma conclusión: Si continuamos actuando en solitario y en actitud pasiva, la cruel servidumbre nos aguardara en cualquier esquina del 2021. Flotamos en el espacio rodeados por cuerpos extraños. La derrota, cual ave de rapiña, espera ansiosa la caída.

En los próximos meses si esto sigue así nos devastarán, y luego será más difícil recuperar al país. Venezuela se nos va de las manos y seguimos indolentes.

Es urgente Presidente Nicolás Maduro que actuemos rápidamente en un Proyecto de País que responda a las verdaderas necesidades de nuestro pueblo. Olvidémonos por un momento de los políticos y la politiquería, después de todo, ellos están sujetos a la voluntad de una mayoría que busca la conformación de un gobierno eficiente.

No queda mucho tiempo para poner ‘orden en la pea’. Hacemos un vehemente llamado a todas las organizaciones sociales para conformar un gran frente anti-eficiencia, y contra el desastre económico. Todos los grupos sociales organizados, tienen una cita con la patria. Un verdadero proyecto de país nos aguarda. No permitamos que sean los mediocres de siempre los que nos gobiernen eternamente.

El PSUV, con su sectarismo ha dividido a los militantes, y es muy doloroso tener que decirlo. Las pasadas elecciones del 6D, fueron un chiste. La oposición se aprovechó de la discapacidad dirigente para atraer al militante. Y unos ‘revolucionarios’ utilizaron la fe de muchos militantes para captar los votos marginales y silvestres necesarios que les permitiera coronarse. La revolución permanece entrampada y no logra nada. La ineficacia controla la escena, y no tiene contrincante que la enfrente realmente.

Solamente unidos, sin mediocres ni ignorantes es que lograremos desafiar a la neo oligarquía. Una inmensa desilusión se apodera del país. En estos álgidos momentos, usted Sr. Presidente, y nuestro pueblo, formamos parte de una masa amorfa casi invisible. El pueblo no tendrá piedad, a la hora de cobrar. No hay nada peor en la vida, que vivir agachado. Venezuela es de todos. Defendámosla. No podemos seguir esperando el nacimiento de un nuevo ángel bendito salvador.