"Aprendí que no se puede dar marcha atrás,
que la esencia de la vida es ir hacia adelante.
En realidad, la vida es una calle de sentido único"
Agatha Christie
El Presidente Nicolás Maduro, a pesar de seguir montado en la cabalgadura de este pensamiento de la escritora del género policial, la británica Agatha Christie, como si lo hubiera agarrado para guiar su propia vida; no han podido meterlo en uno de los tantos laberintos, estratégicamente diseñados por los enemigos encargados de parar el carruaje de la historia en su lento, pero seguro trajinar pasando páginas en busca de la luz para concretar las grandes transformaciones de la humanidad.
La tarea que le dejó su maestra y guía, no es cualquier cosa. Los dos sabían de lo complicado en el más mínimo movimiento por los antecedentes históricos del inspirador de este movimiento libertario, como es el hombre de las dificultades: Simón Bolívar, quien supo sortear, cuanto obstáculo y trampa le colocaron en el camino para definitivamente enrumbar el terruño venezolano, hasta derrotar los colonizadores españoles, aún, cuando siguen con la espina clavada en el alma, después de su expulsión definitiva por un ejército orgulloso de llevar en la conciencia el verdadero sentido de la patria.
A Nicolás Maduro, lo empezaron atacar subestimándolo, como si hubiera pecado por ser obrero y chofer. A la oligarquía venezolana les duele ver en la presidencia a una persona, formada políticamente en una populosa parroquia de la gran Caracas. No podían creer, que ese amante de la salsa y los ritmos caribeños, fiel acompañante hasta sus últimos días de un llanero probado en los aguazales de Elorza, el Comandante Chávez, quien le prendió la chispa en el corazón a los venezolanos por lo nuestro, y al pasarle el testigo de la lucha, como el que encomienda su misma vida en el esfuerzo y la valentía de un soldado, que aprende la fidelidad en la lucha diaria por su patria, y termina tomando la responsabilidad más digna que un mortal puede recibir.
En medio de la acalorada disputa política en nuestro país, se han presentado grotescos personajes, fabricados en el laboratorio imperialista y puestos en escena, como juguete viejo que echan andar por medio de cuerda, y por más que su funcionamiento este programado siempre es deficiente al encontrarse con la realidad, aun con grandes contradicciones, pero las ruedas de la historia, nos llevan indetenible hacia adelante, y nadie puede esperar el camino expedito, cuando precisamente lo que se quiere es transformar el mundo frente a un enemigo tan poderoso y peligroso: el imperialismo.
De Nicolás Maduro, han inventado todo lo que se les antoja, pero ni de vaina se atreven a tildarlo de cobarde, y menos, cuando ha sabido capear el temporal en momentos tan críticos, como en las pasadas guarimbas, que casi incendian a Caracas, buscando el motivo para que el imperialismo invadiera, con el pretexto de una situación incontrolable. Ahora, cambia el decorado, los que se creían dueños del espacio de la Asamblea Nacional, salen cabizbajos, viendo a su lado el paso triunfante de los auténticos diputados con las figuras del Libertador Simón Bolívar, y el Comandante Chávez por delante, las fuerzas impulsoras de este movimiento.
En cada intervención de su apretada agenda de trabajo, los adversarios, y sobre todo, algunos de los que aparentan andar en el camino de la izquierda, agarran de cada discurso lo que más les conviene para arremeter con odio incontrolable, hasta terminar coincidiendo de manera lamentable, sin ninguna vergüenza con el imperialismo y el desinflado pelele: GUA-IDO, quien sin pensarlo se metió en un verdadera maraña, y no le queda otra, como dicen un viejo refrán: ¡O corre o se encarama! Pero, con solamente pensar el tiempo que tiene dándose la mano, con lo más rancio y sanguinario del gobierno estadounidense, es motivo más que suficiente para que le preparen la celda, donde tendrá que meditar sobre sus arrebatos vanidosos de poder, utilizado por los enemigos de la patria, hasta en el modo de caminar.
El aparato mediático del imperialismo, ahora, más que nunca tiene una tarea urgente: tapar el asalto al capitolio en Washington, algo nada fácil, aun, con la desinformación que existe en el mismo pueblo estadounidense, pero ese arrebato de prepotencia incitado por el desequilibrado Trump, es, lo que han hecho a través de la historia en distintas partes del mundo, y trataron de ejecutar en Venezuela en el 2002, con sus colaboradores inmediatos. En los últimos meses han tratado de hacerle creer al común del pueblo, que la dolarización es obra de Nicolás Maduro; son muchas las amas de casas, que amanecen con un billete de 10 o 20 dólares desesperadas cambiándolos, porque al ir de compras tienen que gastarlo todo o salen perdiendo, cuando hacen la transacción cambiaria, según, como amanezca la moneda estadounidense, y todo por "culpa" de Maduro. Tamaña mentira es una de las tantas estrategias de los eternos hambreadores. La Asamblea Nacional tiene que actuar sin mucho protocolo, y discurso, porque tiene los argumentos suficientes para enfrentar estos enemigos de la patria. ¡Es ahora o nunca!.