Detengamos la locura ¡No a la guerra con la hermana Colombia!

Las noticias indican que la guerra con Colombia escaló hasta niveles ya de inminente enfrentamiento directo. Hace días estaba en un nivel donde cualquier falso positivo precipitaría las acciones, y ahora los raros sucesos de la frontera les han dado excusa a los insensatos, a los guerreristas de lado y lado, para saciar sus torcidas expectativas. El capitán diosdado, de manera irresponsable, llama a zafarrancho de combate, el presidente azuza, la oligarquía colombiana moviliza sus tropas.

La guerra toca las puertas, ya está aquí, el madurismo acorralado no encontró otra salida a su ineptitud que precipitar una guerra con la hermana Colombia. La oligarquía colombiana que gobierna ese país por siglos acepta la vía de la guerra, los capitalistas bailan, los perros de la guerra babean pensando en sus ganancias. Es un conflicto entre dos gobiernos antipopulares: uno traidor al Socialismo, despojado de ideas, sin rumbo; el otro, la oligarquía colombiana que tiene sometido ese pueblo a sangre, cualquier disidencia es degollada.

La locura bélica ocupa la escena, el nacionalismo ramplón aparece en las calles, la bola de nieve baja la colina, amenaza con crecer, hacerse inmanejable, adquirir su propia autonomía. O la detenemos ahora o será tarde, los hermanos nos veremos envueltos en una guerra absurda que no sabemos dónde terminará.

Es necesario una reunión de los factores sensatos de lado y lado de la frontera, formar un Comité Bolivariano de Paz que desmonte las pretensiones belicistas, que propicie acercamientos, que recuerde la hermandad de las dos naciones, que explique al pueblo desposeído, el que perderá a sus hijos en la confrontación, los intereses oscuros que mueven esta guerra, que organice todo tipo de acciones por la paz, que haga un llamado a los organismos internacionales para que contribuyan decididamente a la paz.

Aquí adentro, a nosotros nos compete llamar al pueblo a manifestarse contra la locura de la guerra, que el gobierno del madurismo sepa que no puede hacer con el país lo que le da la gana. Arrasó con la economía, con la organización social, ahora nos lleva a la liquidación en una guerra absurda. Hay que obligarlo a echar marcha atrás. Que las paredes hablen, que los dirigentes se manifiesten, que las masas se movilicen. Que el madurismo sepa que no puede manipular al pueblo con nacionalismos ramplones que terminan en fascismo.

Y si los esfuerzos son vanos, si ya no se puede detener la locura, entonces, hacer lo que será inevitable tarde o temprano, cambiar la jefatura por otra que minimice los daños, que conquiste la paz con el menor daño posible. El destino de la Patria está en juego, en las próximas horas hay alta posibilidad de entrar en una guerra que ya esta declarada por los insensatos. Es la hora de los grandes, los que tienen visión de Estado, de país, los que tienen el poder de evitar el conflicto; es la hora de la verdadera unidad cívico- militar, es la hora de luchar por la paz y que ésta no sea una consigna hueca, vacía. Tienen la palabra los dirigentes.

¡CHÁVEZ ES PAZ!



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Toby Valderrama Antonio Aponte

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