¡Tacarigüeros! ¿Quiénes son?

Chucha, donde estamos ahora ubicados, es la parte del Portachuelo pa´bajo. Desde este lugar, tienes la oportunidad de ver esta belleza de valle. Esta parte Chucha, corresponde a la Parroquia Matasiete, conocida internacional y nacionalmente como la tierra de la cachapa. Te estoy hablando Chucha de Tacarigua, que es una de las parroquias del Municipio Gómez en Margarita (Nueva Esparta). Si nos ajustamos a los datos que aporta el INE, no sería ni técnica ni humanamente correcto decir, que Tacarigua tuvo una población proyectada para el 2020 de 7,134 habitantes. Para Tacarigua Chucha, no calza esta categoría o término demográfico de habitantes.

Es otra situación. Si una comisión de sociólogos o demógrafos, tiene la posibilidad de venirse a Tacarigua y pasar unos 15 minutos en la placita donde está la iglesia del Gran Corazón de Jesús o sentarse en la calzada donde antes estuvo el gran Bar Tropical, los miembros de esa comisión regresarían a las oficinas el INE de Caracas totalmente alentados y pensando, cómo se inventan una vaina para meter a los tacarigüeros en el censo y en los registros del INE.

Yo que veo a la demografía como muy cerca Chucha, diría (si es que el INE me lo pide a esta Chela), que según la proyección de la población para el 2020, la Parroquia Matasiete tiene 7.134 chispa encendidas. Son seres, que toman la vida como un humor de una alto nivel de complejidad, pero (ahí está la vaina) con una sencillez y facilidad que seguramente nadie podrá igualar. Tacarigua es un reservorio humano-natural de humor y hay además una situación, que hace únicos a los tacarigüeros. Cada tacarigüero, tiene un conuco en su alma. Ese hecho Chuca, le da una connotación muy especial. Usted baja el portachuelo y entra a un mundo muy particular. Hasta ahora ignoro las razones, por la cuales la alcaldía no ha generado un tipo de impuesto que obligue a todos los que pasen por Tacarigua, bajarse da la mula como un impuesto por respirar humor libremente.

Chela, ¿eres tacarigüera?

No Chucha. Soy del Municipio Gómez. Soy del pueblo donde nació Cherra. Pero me siento asimilada a Tacarigua.

Estas 7.134 almas Chucha, son como esas nubes milagrosas que sueltan lluvias de humor. Esta situación, coloca a Tacarigua en una condición muy difícil de describir. Hay un pequeño detallito, que reclama una investigación paralela. No se cómo se va enfrentar la situación para medianamente entender por ahora, desde dónde puede establecerse una separación entre las matas, los animales y esta "chisperero de humor" que tiene Tacarigua.

Yo me percaté de este asunto, cuando leí el librito Sin Corazón en el Pecho de Roberto Malaver. Un gran libro con un excedente de humor. En esa oportunidad comprobé, los vínculos entre los tacarigüeros con los animales. En aquella histórica carrera de bicicleta, el perro de Israel en estratégica alianza con los que envidiaban al fuño de Andreíta, se juntaron y le pidieron al perro que tumbara al fuño, cuando embalado y escapado en la carrera, venía bañarse de gloria para acumular los amores de las carajitas de Tacarigua ese día. El perro de Israel cogió línea y tumbo al fuño de Andreíta y se le acabo la gloria.

Ya no tengo duda de este hecho único, porque frecuentemente leo las conversaciones entre el perro Pipo, los pájaros y las matas con el periodista Juancho Marcano, que Millo (Emigdio Malaver) describe en sus trabajos. Ahí fue que me dije Chucha, en este pueblo pasa una vaina buena pero muy rara.

Además de estos diálogos, supe de una historia real, que me llevó a establecer, que en esta hermosa Parroquia del Municipio Gómez de Margarita se da unos casos únicos e increíbles pero monumentos de verdad. En Tacarigua se da un triángulo antropológico que naturalmente habrá que calificar con una palabra que aún no existe. Si tienen duda de la falta de frontera entre el hombre sencillo, humilde, gran humorista que tiene su corazón en el pecho, un conuco en el alma y su amistad profunda con los animales, deben leer el librito del Profesor David Guerra. En ese librito con característica de una gran libro y muy sencillo además, hay un relato real que ya lo he contado en otras ocasiones.

María Tango fue tal vez la primera mujer de este mundo auténticamente feminista, luchadora y bregadora. No le pedí tregua al hombre. Ella tuvo un perro y cuando esta gran mujer murió, su perro cavó un hueco al lado de la tumba de María Tango y se echó a morir ahí. No hubo ser en San Sebastián (Tacarigua Adentro), que fuera capaz de arrancarlo de ese hueco. Entrega total.

Cuando un tacarigüero va a ver a la Virgen del Valle, se cuida mucho y va como escondió. En este caso, son gente toda circunspecta y de una formalidad sospechosa. Esta manera de ir a ver a la Virgen del Valle, es como los tacarigüeros evitan que la Virgen sepa lo milagroso que es el humor de estos seres. Si la Virgen del Valle sabe esto, que es lo único que no sabe y le va con el cuento a Jesús, Tacarigua se queda como Ortiz.

Supe de este humor complejo y muy sencillo de los tacarigüeros, también a través del librito (gran obra) de David Rodríguez Malaver: Amores de mi Pueblo y otros relatos. Esta es otra vaina de los tacarigüeros, publican unos libritos que son como un gallo tapao. En esos libritos vienen camiones de humor y cuando uno lo lee, se siente muy bien y lleno de vida. Es como tomarse un tinajón hecho en El Cercado, lleno con jugo de ciruelas amarillas.

Ahora para variar y hacernos más complicado esta labor de tener un término que permita describir a estos jodedores de la vida, acaba de publicarse otro librito: Humor de Madre de Roberto Malaver. Son apenas 34 páginas pero es como el Ferry María Rosario de antes, lleno de chispa muy bien contada. En este otro librito (gran Obra) se ve el humor tal y como lo describe Millo. La chispa y las ocurrencias corren por las calles, callejones y quebradas. Chispas saliendo de los conucos y corazones que los tacarigüeros llevan por dentro.

Son 34 páginas donde se siente esa chispa y esa manera tan particular del tacarigüero ver las situaciones que vive y siente. Leer Humor de Madre es gozarse un buen momento. Disfrute Humor de Madre, como me gocé la obra de David Rodríguez Malaver y David Guerra. Gocé Humor de Madre, como me gocé en mi tiempo de joven, la sabiduría del gran José Joaquín (Cheguaco) y el fino humor de Chuo González y Meliton en el tiempo de estudiantes en el Liceo Rísquez. Llegará el día, en que puedan publicarse las obras completas de los tacarigüeros y no habrá espacio en este mundo para guardar el humor que se esconde entre matas, conucos y animales.

En Humor de Madre, están las ocurrencias de: Ely el de María Pilar, Dámaso Guzmán (Machito), Gustavo Rodríguez, Rafael Gil (Chaleco), Cándido Sánchez, el gran maestro y otros muchos seres cargados de fino humor.



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Amaranta Rojas


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