- Te digo, Pipo, que actualmente el mundo de las personas anda alborotado y éstas no son capaces de comportarse como humanos para enfrentar todo un vendaval de infortunio que sopla por sus alrededores y que amenaza con extinguirlos.
- Es verdad, amiga, y por lo que le escucho a Juancho y a su amigo Evaristo, no es fácil salir de una peste que llaman Covid – 19, producida por el coronavirus, que cada vez se hace más fuerte y la ciencia no haya un antídoto para erradicar dicha enfermedad.
La mata de mango y el perro Pipo, conversaban tranquilamente en el conuco del periodista Juancho Marcano, mientras éste aporcaba unas matas de ají y berenjenas, aprovechando las caídas de unos pequeños chubascos que no son los que esperan los agricultores de la Tacarigua de Margarita, pero hay que reconocer que refrescan las plantas y por lo menos les estiran la vida hasta que lleguen los verdaderos aguaceros y las hagan florecer y producir, para alegría de los pocos conuqueros que quedan en el lugar.
- Así es la cosa, amigo Pipo, yo no acabo de entender que por lo que tú me dices y por lo que he hablado con Juancho, cómo es posible que si están pasando por una situación tan grave, porqué los hombres no entienden de una vez, que deben comportarse civilizadamente y ser humanos y cuando digo esto, quiero decir que sean colaboradores, compresivos, bondadosos y solidarios con todos aquellos que necesitan ayuda.
El perro Pipo, escuchó muy atento a la mata de mango y luego agregó: “Mira, amiga, si los hombres no son capaces de cuidarse, pues han vivido destruyéndose los unos a los otros y acabando con los animales y las plantas, no pensemos que ellos ahora se van a unir y a luchar para combatir esta pandemia, porque cada quien está por sus intereses personales y ahí se deja ver eso de que sálvese quien pueda”.
Pipo dijo esto y se tuvo que despedir de la mata de mango, pues el periodista Juancho Marcano, lo llamó para el regreso a casa.