Cuando la conversa es entre amigos

El periodista Juancho Marcano, el perro Pipo y la mata de mango, como tres grandes amigos que son, se encontraban reunidos en el conuco del citado comunicador y conversaban sobre cosas que a los tres les parecían interesarles.

- En otros tiempos, dijo Juancho, cuando yo era apenas un niño, la Tacarigua de Margarita era famosa por sus conucos productivos y más aún en el cultivo del maíz, que permitía la elaboración de las exquisitas cachapas que le dieron fama al lugar por hacer este producto de maíz tierno, como uno de los mejores de la isla.

- Por estos mismos conucos cuando tú, Juancho, no habías llegado por estos lares, había matas de variadas frutas; claro, había más matas de mango, las cuales como eran mis hermanas, que ya murieron, las conocía muy bien y eran capaces de producir, en tiempos de cosecha, cualquier cantidad de mangos, los cuales hasta se perdían, pues en todos los sembradíos los agricultores tenían árboles de nuestro fruto y era tanta la producción que muchos se perdían y otros se los echaban a los cochinos para engordarlos. Ahora es diferente, pues hay menos matas de mango y son muchas las personas que vienen y sin respetar lo ajeno, nos caen a piedras y a palos para tumbarnos nuestros frutos, dijo la mata de mango.

- Como yo para esos tiempos no existía, pues soy muy joven, puedo decir que por lo que ustedes manifiestan, los conucos en estos pueblos eran muy floridos y productivos, acotó el perro Pipo.

- Así es, Pipo, pero, claro, cuando llovía, de lo contrario, el látigo de la sequía cuereaba sin cesar a las plantas y las entristecía, sin dejarlas producir ni siquiera un fruto para las guacharacas hambrientas, dijo Juancho.

- Exactamente, dijo la mata de mango, pues aunque llovía más, no dejaba de presentarse de vez en cuando unas largas sequías, que hasta hacían que algunos agricultores abandonaran el lugar y se fueran a otras tierras a buscar el pan para sus familias.

- Eran otras épocas y otras circunstancias y las cuales no volverán y hay que tener que adaptarse a estos otros y difíciles tiempos, señaló el periodista, y se despidió de la mata de mango y convidó a Pipo para el regreso a casa.



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Emigdio Malaver

Margariteño. Economista y Comunicación Social. Ha colaborado con diferentes publicaciones venezolanas.

 emalaverg@gmail.com      @Malavermillo

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