En la política, tanto como en ninguna otra actividad humana, el éxito está precedido por el triunfo de las ideas. Ya decía Martí: "una idea justa desde el fondo de una cueva puede derrotar un ejército". Lo contrario también es verdad: un ejército, un gobierno, una nación, cuando les falla la idea, están derrotados de antemano.
Bolívar, cabalgando la idea clara de la independencia, pudo superar las dificultades y triunfar en aquella empresa que al principio lucía imposible. Chávez, el 4 de Febrero, fue triunfante porque aquella gesta estaba guiada por una idea justa, y lo que aparentaba ser una derrota militar era, en realidad, una victoria política realizada por otros medios.
El capitalismo, los dominantes temen a estas ideas poderosamente subversivas, por eso las combaten en todos los terrenos, las deforman, las intentan desprestigiar, contra ellas enfilan sus poderosos medios de comunicación, a su cultura, persigue a sus portadores, los crucifican, los confinan a las cárceles, al exilio. El capitalismo ha tenido éxito en esta lucha contra los portadores de las ideas revolucionarias, aunque paradójicamente en esta batalla las ideas revolucionarias se han perfeccionado, deslastrado de dogmatismos, de superficialidades, comprendido su fuerza.
Hoy, el chavismo auténtico, el socialista, el que se opone a las dos caras de la moneda capitalista, al guaidosismo y al madurismo, es guiado por ideas poderosas, justas, resguardadas en el Plan de la Patria, en su propuesta de organización popular con visión de sociedad, de humanidad. Es heredero directo de las luchas emancipadoras de la humanidad, de Cristo, de Bolívar, de los mejores ensayos por organizar las sociedades siguiendo el precepto de las relaciones de cooperación, amorosas, y no de las relaciones de despojo del trabajo social, egoístas; de profundo respeto al ser humano, a la naturaleza, a la vida.
La traición del madurismo ha depurado las filas y las ideas del chavismo revolucionario. Ahora está demostrado que para este país no hay salida capitalista en cualquiera de sus versiones, ni en volver a la cuarta república, ni en la entrega, en la subasta de la Patria que propone el madurismo. Ni en el capitalismo apátrida de la clase media, ni el capitalismo forajido del lumpen sindical marginal. No hay dudas, hoy las ideas revolucionarias son más fuertes, se sabe quiénes son los enemigos, sus ideas, y se conoce el rumbo a seguir.
El madurismo está agotado, el pragmatismo, la carencia supina de ideas sólo le sirvió para desbaratar el legado del Comandante, despilfarrar las riquezas de la nación. Ahora sin ideas, yace inerme a merced de los buitres del capital extranjero, es un cadáver ambulante con los días contados. No tiene ideas, no tiene más futuro que desaparecer.
El futuro de la causa revolucionaria se anuncia victorioso, posee las ideas, de ellas se desprende todo lo demás. Los hijos fieles, leales de esta Patria, tienen a la mano la principal arma, las ideas, para emprender el rescate de la Patria. Más allá de las vicisitudes de la inmediatez, de los meandros del camino, las ideas justas derrotarán ejércitos y guiarán la construcción del mundo feliz que garantice la felicidad de todos y la permanencia de la especie humana.
Más allá de las dificultades de hoy, de las apariencias negativas, hay esperanzas, están los hombres justos y las ideas justas… el triunfo es inevitable…
¡CON CHÁVEZ, SU PENSAMIENTO Y SU EJEMPLO, ¡TRIUNFAREMOS!