Están linchando a un ser humano, a un Ministro que se la jugó con Chávez, siempre. Están linchando al Ministro Rafael Ramírez y lo que se oye es el silencio cómplice. Es necesario hablar, salir al frente, correr los riesgos que sean necesarios frente a la canalla, se debe demostrar que todavía hay dignidad, que la humanidad no está perdida.
El gobierno madurista, desde su mismo inicio, enfiló su veneno contra la figura chavista que podía oponerse a la deriva hacia la traición al legado de Chávez. No le perdonaron que denunciara los errores que se estaban cometiendo. El madurismo no perdona a la disidencia. Primero, lo persiguieron, quisieron llevarlo a la cárcel, enterrarlo en vida, callarlo. Luego, lo quisieron aplastar con la fuerza de los medios de comunicación del Estado, todos allá arriba se confabularon contra él, unos pocos callaron, la mayoría siguió la comparsa de ataques. Al final, no pudieron opacarlo. Ahora aparecen con la canallada de una investigación de la Asamblea que es unánime capitalista, antisocialista, antichavista, unos del madurismo y los otros sus compinches, con esta investigación persiguen apuntalar un pedido de extradición: primero acusaron, ahora pretenden fabricar las pruebas.
La Asamblea no es imparcial, todos tienen algo que cobrarle. Unos no olvidan que él fue parte fundamental en el equipo dirigente que rescató a PDVSA de las fauces de la meritocracia que pretendió tumbar a Chávez; a los otros los guía el odio del renegado por la familia traicionada. No le perdonan su actuación en contra de la oligarquía de la cuarta, ni su consecuencia con el legado de Chávez.
¿Hasta dónde puede llegar el odio de la cúpula madurista? La historia nos habla de persecuciones terribles. Nos recordamos de Trotsky, de Julio Antonio Mella. Y nos preguntamos también, ¿hasta dónde puede llegar el silencio de unos dirigentes flácidos? Estos son hechos que ponen a prueba a los pueblos y a sus dirigentes, los colocan frente a la historia. La actitud de hoy signará la vida de todos.
Este linchamiento no es algo fortuito, no es tampoco que los defensores de saab el mercachifle sean perseguidores de la corrupción. Al contrario, se trata de un episodio de la lucha entre el chavismo auténtico y la barbarie restauradora madurista. Es parte del avance del desmontaje del legado de Chávez. Ingenuos los que piensen que este odio contra el Ministro no está relacionado con la venta de PDVSA, o con la instauración de las zonas económicas esclavas, o con la ley del secreto antibloqueo. Este linchamiento resume esta batalla, y define los campos en pugna y la ubicación de las personas. ¿Dónde se situarán los petroleros que vivieron los días del sabotaje petrolero?, ¿dónde los que vivieron los golpes?, ¿dónde los que convivieron con el Ministro en el gabinete?, ¿dónde se situará Diosdado, jefe de la bancada del PSUV, se dejará arrastrar a tanto oprobio? ¿Lo dejarán linchar?
Nosotros estamos en el campo de la justicia, que es volver a Chávez, salir del madurismo. Nosotros estamos con Chávez en esta confrontación contra el madurismo y la derecha gringa, unidos ahora en la Asamblea para entregar la Patria.
¡CON CHÁVEZ!
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