Bien lo dijo el poeta Neruda:
Yo conocí a Bolívar una mañana larga,
en Madrid, en la boca del Quinto Regimiento,
Padre, le dije, ¿eres o no eres o quién eres?
Y mirando el Cuartel de la Montaña, dijo:
"Despierto cada cien años cuando despierta el pueblo".
Despierto (la Revolución) cada cien años cuando despierta (la conciencia) el pueblo. La Revolución cumple ese ciclo, cien años los pueblos dormidos y un instante de conciencia. Estos instantes de conciencia de los pueblos, a estas "chispas que encienden la pradera" los ha continuado un largo periodo de adormecimiento, de contrarrevolución, de barbarie.
¿En cuál periodo nos encontramos, adormecimiento, o en instante de conciencia? ¿De qué dependen estos periodos, qué los condiciona? Sin dudas, nos encontramos en el periodo de confrontación decisivo entre la conciencia y el adormecimiento. El intento feroz de la contrarrevolución por adormecer al pueblo y la resistencia, débil, es verdad, del bolivarianismo por mantener la conciencia. El resultado de esta confrontación determinará el futuro de la Patria, entraremos en tiempos de oscuridad, similares pero peores a la cuarta, se profundizará el paisaje lúgubre del madurismo, o el pueblo y su dirigencia retomará la conciencia que hizo posible el milagro del chavismo.
La batalla decisiva es en el terreno espiritual, en la conciencia. El madurismo embustero pretende, con miedo y mentiras, crear una realidad ficticia que aplaste la capacidad de reacción de la población, intentan impedir que la gente tome conciencia del gran fraude que es el madurismo. Es muy astuto, hay que reconocerlo, años de triquiñuelas en el ejercicio sindicalero, en mantener a los obreros sin conciencia de su papel histórico, los entrenaron. Lo primero que hicieron fue dejar al chavismo auténtico, el Socialista, sin líderes, a unos los metieron en las tumbas, a otros los exiliaron, a todos los desprestigiaron, los neutralizaron. Así la masas sin dirigentes revolucionarios, fue fácil víctima de la barbarie. Inventaron enemigos: los culpables de la miseria, son otros, no hay vacunas culpa de otros, no hay moneda culpa de las páginas de internet, no hay petróleo culpa de las medidas, se va la luz culpa de la iguana y los rayos electromagnéticos… Ahora el capitalismo avanza sin ninguna vergüenza. Ya declaran abiertamente, en ese circo que es la asamblea, que venderán en las zonas económicas especiales el esfuerzo, la fuerza de trabajo de los venezolanos como si fuera gallina magra. Se sienten seguros de que aplastaron la conciencia, todos adormecidos. Llegó la hora de la desfachatez del madurismo.
Se caen las caretas del madurismo y de la oposición gringa, actúan agarrados de la mano, su enemigo es común: El Chavismo auténtico, el Socialista; sus metas las mismas, sólo difieren en cuestiones, forma, en lo principal coinciden. Llegarán a acuerdos, y en el caso de que la cúpula del madurismo se ponga necia, el mismo madurismo la quitará del medio. Allí adentro todos van con un cuchillo entre los dientes.
Del chavismo se espera un instante de conciencia, como el 4 de febrero, en 1810, el Asalto al Cuartel Moncada. "Una chispa que encienda la pradera", que resista a la ola de adormecimiento, de desencanto. Entonces, podremos decir junto a Neruda:
"Libertador, un mundo de paz nació en tus brazos.
La paz, el pan, el trigo de tu sangre nacieron,
de nuestra joven sangre venida de tu sangre
saldrán paz, pan y trigo para el mundo que haremos".