La realidad se escurre entre las limitaciones de los sentidos y la esplendidez de la electrónica, capaz de crear realidades virtuales más reales que la realidad natural, y la fuerza infinita de la imaginación humana, capaz de crear Dioses y derribarlos, capaz de hacer poesía y de imaginar razones para la guerra.
Hay razones para dudar de la existencia de Chávez, los videos que presenta el circo de los miércoles en la noche, por supuesto que no son documentos, no coinciden con el Chávez que recordamos (¿Que soñamos?). Existen muchos testimonios de personas que lo vieron, lo tocaron, aunque muy pocos siguen sus pensamientos, al contrario, lo adaptan a su conveniencia, ocultan lo que no les conviene y sacan con pinzas imágenes y frases para construir un Chávez adaptado. Han construido un Chávez que oculta a Chávez. Esta suplantación se irá afincando con el paso de los años, cuando ya no quede nadie que pueda dar testimonio directo, nadie que lo vio y habló con él, nadie que dé cuenta de su pensamiento, nadie que defienda al Chávez auténtico, víctima del Chávez construido por los dominantes usurpadores.
No es la primera vez que en la historia de la humanidad ocurre esto, sucedió con Cristo, deformado de mil maneras hasta ponerlo de soporte de las clases dominantes, de los mercaderes que expulsó del templo. El caso de Bolívar es más cercano a nosotros y por eso más dramático, lo asesinaron, lo mataron de tristeza al ver su obra, la Gran Colombia, destruida y luego se hacen llamar bolivarianos, en los fragmentos del sueño del Libertador. No obstante, siempre habrá cristianos auténticos, de los militantes del amaos los unos a los otros, siempre habrá bolivarianos de los de la Gran Colombia y no los de la xenofobia entre hermanos. Y siempre habrá Chavistas auténticos, aunque hoy sean pocos, sean perseguidos de mil maneras; las ideas, los sentimientos no mueren.
Hoy es urgente, vital, dar organicidad al movimiento Chavista auténtico, que es darle vida al Comandante. Es necesario demostrar que Chávez existió. ¡Chávez Vive! no es una consigna vacía, vive en la continuidad de su pensamiento y de su acción.
Las fuerzas de la restauración en sus más variadas versiones se agrupan, todas son caimanes del mismo charco, tienen la misma esencia: el olvido y la deformación de Chávez, proponen el regreso a la dictadura que ellos llaman democracia, pero ya la conocemos, es la cuarta república superada por el sueño de Chávez y reinstalada por esta pesadilla. Ya el Chávez auténtico nos enseñó con su acción que la cuarta república debe ser superada, que es posible construir una sociedad verdaderamente libre, soberana, que trascienda la política barata, que sea territorio de humanidad, de felicidad, garantía de vida. Proponer volver a la cuarta república, a la democracia burguesa, es ignorar al Chávez, intentar lapidarlo, pretender que nunca existió, hacernos creer que aquellos que vimos fue un sueño bueno para el olvido…
¡CHÁVEZ VIVE!