4 de febrero y 27 de noviembre del 92 en el Táchira

Hace tiempo que un grupo de compatriotas estábamos, aquí, en San Cristóbal, conspirando contra los nefastos gobiernos de la cuarta.

En la primera intentona, cuándo Chávez inmortalizó aquel “por ahora”, no logramos establecer una red de información con Caracas. Todo se quedó en la simple intención, por falta de consistencia y coordinación en la organización de los eventos a nivel local y nacional.

Unos meses antes del 4 de febrero nos reunimos por primera vez en mi casa Samuel López Rivas (precursor en el Táchira del movimiento, fue candidato a gobernador y ahora colaborador de Bernal en Caracas), Wilmar Araque (Diputado regional actualmente) y yo. A altas horas de la noche nos dedicábamos a hacer propaganda subversiva con los escasos recursos que contábamos para aquel entonces. El material se distribuía en sitios estratégicos de la ciudad, como las paradas de autobuses, barriadas y en algunas instituciones de educación superior.

Un tiempo después, empezamos a tener contacto con los organizadores del movimiento en las distintas regiones del país específicamente con la gente de Maracaibo, Maracay, Valencia y Caracas. Luego, para la asonada de noviembre, consolidamos un importante grupo clandestino, precisamos las estrategias y diseñamos un sistema de códigos para comunicarnos a través del teléfono y del fax, tanto con la gente que se fue incorporando, como con la de las otras ciudades con las que habíamos intercambiado información. Todo se hizo de manera clandestina, hasta tal punto que mucha gente comprometida hoy lo ignoraba. Es así que llamamos a la gente del MAS, del MIR, del PCV y de otros partidos políticos a participar pero nuestra invitación fue, inexplicablemente, rechazada., alegando que de Chávez para abajo estábamos locos. Ahora muchos de ellos están en el gobierno, en altos cargos y funciones,

es decir ahora no están todos los que son, ni son todos los que están.

En ese momento, para noviembre, se incorporan al movimiento, los profesores de la Universidad de Los Andes: Ramón Moreno como líder (quien ha venido participando activamente y en diferentes oportunidades en el gobierno revolucionario), Arturo Linares, Edith Guerrero Lugo (actual cónsul de Venezuela en Cúcuta – Colombia), Heriberto Gómez Zabaleta, Ely Caicedo Pinto y algunos profesores y estudiantes de la UNET, entre estos el profesor Luís Vargas. .

Ramón Moreno había logrado contactar algunos militares y activistas políticos de Caracas y de aquí, de San Cristóbal, quienes se identificaron siempre con seudónimos. Recuerdo al General Muller Rojas, con quien nos reunimos en varias ocasiones, a Odreman y al profesor Pernalete Camacaro, consecuente luchador gremial y militante del MEP.

Posteriormente nos reunimos con alguna gente del sector de la Ermita, expertos en telecomunicaciones, recuerdo de “Cheo”, quien logró intervenir, a través de las antenas, algunas emisoras de radio locales, para transmitir nuestros mensajes revolucionarios y persuadir a la gente ha participar en el movimiento de aquel noviembre. La fecha en la cual se había decidido ejecutar la acción para derrocar el nefasto gobierno de Carlos Andrés Pérez, fue modificada varias veces, causando incertidumbre en muchos de quienes estábamos comprometidos con la causa.

Aquella madrugada del 27 de noviembre todos creímos que se había logrado el propósito de nuestra causa, pero no fue así. La sorpresa mayor fue al encender el televisor y observar, en Venezolana de Televisión, aquel grupo de personas que se identificaron como los líderes del movimiento, quienes eran completamente desconocidos por nosotros.

Luego participamos, como candidatos a diputados y senadores, en las elecciones del 95 con la Causa R. Andrés Velásquez, cobardemente, entregó el triunfo a Caldera, primer indicio de traición y decadencia de ese falso y mediocre seudo líder, ahora comprometido con la oligarquía, el imperialismo y la ultra derecha nacional, paz a sus restos.

El “por ahora” continuaría manteniéndose por otro tiempo más, pero no en vano estas y otras luchas sirvieron para consolidar un proceso que continúa sembrando semillas de esperanzas en todos nosotros, aún cuando sabemos que participan personas sin compromiso ideológico y de patria, que han secuestrado los espacios de participación y ponen en riesgo los verdaderos objetivos de la Revolución Bolivariana, no obstante, algunos de nosotros, quienes hemos sido relegados, desde nuestros limitados espacios de participación ciudadana, la continuaremos defendiendo con el mismo compromiso y la convicción de aquel tiempo y ahora.


eliel@ula.ve


Esta nota ha sido leída aproximadamente 4729 veces.



José (Pepe) Camargo

Lic. en Ciencias Sociales - UniAtlantico. Docente en Riohacha-La Guajira. Colombia

 joseeduardocamargo24@gmail.com

Visite el perfil de José Camargo para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: