"El amor mueve el Sol y las estrellas"
Dante Alighieri
A raíz de mi artículo (EL ODIO NO CREE EN MEDALLAS OLÍMPICAS) me llegaron al correo dos mensajes de lectores, totalmente contrapuestos; cada uno, con su punto de vista político, en medio de la controversia de las medallas de nuestros atletas en las olimpiadas de Tokio. El primero se identifica, como Carlos Alberto Sánchez, quien termina su comunicación algo presumido y arrogante: "Espero que te dignes a responder o mencionarme en el portal de aporrea como un simple pensador objetivo, con mucho bagaje deportivo y que esta lejos de su amado país" A las pocas horas, llegó el segundo de otro leyente, Eduardo Sayegh Chidiac, incitándome a no perder el tiempo, con los que viven cultivando el odio. Parece que se habían puesto de acuerdo para retarse, utilizándome, como mediador o juez
La misiva del emigrante Carlos Alberto Sánchez –Según su propia confesión– es más de lo mismo, entre el arsenal de veneno regado a lo largo y ancho del país, por todas las redes sociales, tratando de desvalorizar la valiente actitud del escogido por el comandante Chávez, Nicolás Maduro, para su reemplazo; cuando sabía que, su inmortalidad se acercaba, y nadie mejor que él, para buscar las manos para entregarle nuestra bandera, y la continuidad de un proceso que, con todas sus fallas le garantiza al pueblo, una de las necesidades indispensables para poder vivir, como es la plena libertad; a pesar del repetido llanto desesperado de los que siguen, con las palabras: DICTADURA Y REEEGIMEN, como pidiendo el desayuno, almuerzo y cena –porque, casi todos se acuestan bien comidos– pero no las dejan de pronunciar, como si estuvieran en la ceremonia nupcial.
El señor del reconcomio competitivo, Carlos Sánchez, casi encarecidamente me pidió que tuviera la dignidad de responderle o nombrarlo, como si la dignidad de una persona, se mide o se aprecia, cuando se cae en dimes y diretes, con alguien que, precisamente enciende la polémica para figurar, o aparecer, como hacía un personaje, amigo y camarada, quien compartió conmigo la venta de "TRIBUNA POPULAR" periódico del PCV, hasta que llegó la crisis y se lo llevó; al compañero le gustaba figurar, hasta más no poder, y no había entierro que, no se hacía presente, y era el primero en agarrar el féretro, precisamente por donde estaba la cabeza del fallecido, por lógica siempre aparecía en todas las fotografías del momento.
Para complacer al polémico lector, sigo dignamente respondiéndole y defendiendo lo que puedo defender, porque hay muchas cosas, entre ellas la corrupción que, simplemente con recordarla, entiendo perfectamente lo difícil de luchar contra un flagelo, el cual se devora parte del bienestar de los venezolanos, facilitándole el trabajo al imperialismo, y a los corruptos de gobiernos anteriores, para que aparezcan escudándose en el olvido, como unos verdaderos angelitos, y solamente les falta el visto bueno de los feligreses para acompañar a José Gregorio Hernández, en su nuevo rol de integrante de la iglesia católica.
He leído en repetidas oportunidades, el cuestionamiento del señor Carlos Alberto Sánchez, contra el presidente Maduro, y a mí persona; eso me permite llegar a la lamentable conclusión: las redes sociales, enfermaron a un número considerable de connacionales, hasta convertirlos en una especie de público virtual, con su inseparable bullaranga, semejante a lo implementado en los estadios, desde el mismo momento de propagarse la pandemia; paradójicamente lo pusieron en práctica para contener una enfermedad, mientras de este lado se ha regado, como la misma pandemia, y mire que el daño es inmenso, porque le busco explicación a lo planteado por el señor Carlos, y me encuentro a otro delirante opositor.
En ningún momento, hice alarde de ser un erudito en los deportes, como lo recalca el amigo, en su largo escrito; copio textualmente: "De verdad al leer tu correo –no es correo, es un artículo–veo lo poco que sabes de deporte. Simplemente te empeñas en defender una gestión política y administrativa del gobierno de Maduro. Todos los deportistas que han ido a Tokio 2020, lo han hecho por méritos propios sin ninguna o escasa ayuda del gobierno de turno" Más adelante dice lo siguiente: "Si leyeras más en materia deportiva serías más cauto en tus comentarios. La gente se molesta simplemente porque un deportista no debe ni puede tomar una posición política, porque simplemente el deporte es la máxima expresión de libertad y confraternidad. De hecho ese es el espíritu de los JJOO".
Al terminar de leer el correo, me hizo pensar en tantos personajes, como el arrogante opositor Carlos Sánchez, que para meter la "pata", lo único que hace falta, es que abran la boca; como lo hizo Guaidó, cuando se "llevó" para el estado Barinas, al general José Antonio Páez, y después alguien le dijo, que no había nacido allá; o, a la "experta" petrolera Delsa –Jennifer–Solórzano, quien pensó que era mejor, vender los barriles sin el hidrocarburo, o el otro, Capriles Radonski, y sus 5 puntos cardinales, para terminar desorientando a los pocos seguidores que le quedan.