Monotemáticos y majaderos (I de III)

El capitalismo en tu casa. El capitalismo es también una conciencia piche, o mala conciencia, mezquina, que se achica en el interés personal, el cual se concentra en muy pocas familias y personas, hasta que brota un enorme engendro de sus entrañas. Su existencia se paga con la vida de toda nuestra especie y de otras especies, por eso debe controlar volúmenes de gente, debe mentir, manipular a la base humana que sustenta la pirámide social. Gasta millones anuales en literatura político-ideológica (yo conozco algunas instituciones clásicas: CATO Institute, Heritage Foundation, Montpeleran…, USAI, Cedice; ideólogos de todo tipo, universidades especializadas, "tanques pensantes" del liberalismo; y sus primos que operan "en el campo" produciendo noticias: "observatorios de la libertad" que vigilan a gobiernos y estados enemigos, "periodistas y médicos, sin fronteras", la CIA y sus equivalentes europeos e israelí, más otras subespecies, "Manistas blancas", "SOS Cuba"…, en fin: sospecha siempre de los campeones de la libertad).

Pero el capitalismo se reproduce con más eficiencia a través Hollywood, el cual piensa por nosotros junto a la televisión y la manipulación en las redes sociales. Su único punto de vista es la necesidad de dominar a la masa explotada, consumidora y trabajadora, a través del miedo, la corrupción moral y la uniformidad. Eso es lo que hacen productoras como HBO, Disney, Netflix y sus similares en todo el planeta. La idea que tienen de distraer y divertir es exacerbar todo lo malo que hay en el ser humano y uniformar su pensamiento en el fatalismo capitalista (irónicamente en nombre de la libertad); no ayudan a la gente a pensar sino que la obligan a sentir, ¡con eso basta! Casi todas las producciones de Netflix, por ejemplo, describen una sociedad inevitablemente podrida; según Netflix debemos resignarnos a que el planeta se descomponga en las tripas del capitalismo. (Sus héroes suelen ser locos, asesinos en serie, violadores, policías traumados, corrompidos morales, contrahechos, demonios asesinos, y homosexuales con lo cual se lavan la cara en los derechos sexuales, y pueden aparecer en cualquier dimensión del tiempo, inclusive en tiempos paralelos …, más todo lo retorcido que pueda llegar a las oficinas de sus escritores). Más abajo, el mundo está amenazado por un resto político y de países realmente subyugados y estigmatizados por la Casa Blanca, el Pentágono, o quien sea que gobierne el mundo capitalista occidental. Yendo de mayor a menor, la primera amenaza son los socialistas, luego los musulmanes, terroristas; rusos, chinos, sirios, iraníes, terroristas; cubanos, venezolanos, dictadores, migrantes, y terroristas…, todos "enemigos de la democracia y la libertad", es decir, del estilo de vida "americano", terroristas aliados o mezclados con narcotraficantes, tratantes de personas, yakuzas, mafia rusa, carteles colombianos y mexicanos, etc. Una lista de enemigos expedida por EEUU y refrendada por Canadá y la Comunidad Europea plus (más Inglaterra), como insumo ideológico para las oficinas de "creativos" y humildes guionistas.

Y en otro plano, más para consumo interno, están sus comedias, y series para televisión anodinas, hechas para gente simple que no piensa o no quiere pensar, sino llorar y reír, otra forma de distracción decadente, pero dulce, donde todo es pulcro y huele bien, incluyendo los negros perfilados, "latinos" y "asiáticos" con caras de blancos, ¡Cero migrantes! ¡Cero finales abiertos! ¡Cero angustia!…

¡¿Cómo se puede descansar de la infame televisión nacional con tanta basura mediática internacional?! No hay forma de que la sociedad pueda escapar de la mala conciencia capitalista, de la obstinación occidental por el control de las mentes. Mientras la pandemia pasa, Netflix nos estandariza revolviendo nuestras miserias para que terminemos juzgando al mundo de una sola manera. Pero los pacientes más radicales, mientras pasa la pandemia, pelean por sus derechos a tener Directv, como toda gente decente.

El capitalismo es una estructura ideológica que atrapa nuestras pasiones y las recupera en favor del sistema, y en esta súper manipulación, por ejemplo, los homosexuales quieren ser admitidos, comprendidos por el sistema, y los negros, y los enanos, las mujeres, (algunos socialistas) etc., que se los llame LGBT (¿?),o afroamericanos (pero de color negro), o bajitos (¡¡¡). No hay cosa más vergonzosa que negar las diferencias dentro de una sociedad profundamente clasista y prejuiciosa –como dice Yulimar – para que te digan "afroamericano de mierda": ¡suena más decente!, o bajito de mierda, y ni hablar de los LGBT (como se reirían ahora Marcel Proust, Wilde, Gide, o Lorca con semejante eufemismo ridículo, que pretende respeto en una sociedad burguesa injusta, clasista, pacata y solapada; "vicios privados, pública virtud" es su lema), LGBT, o sea, homosexuales que quieren ser diputados, concejales, o tener poder para defender sus derechos a ser empresarios, burócratas, capitanes asesinos de pueblos…, pero con la dignidad de ser un LGBT. Lo mismo pasa con las feministas, que se quieren "liberar" en el trabajo, sin liberar a la sociedad de la explotación humana, capitalista (las "feministas" que contratan mujeres para que les hagan sus oficios, mientras van a la empresa, a la Asamblea Nacional, que ¡ni siquiera son capaces de contratar hombres para que les laven las pantaletas!... ¡mucha pacatería moralista y seudo política!

El capitalismo recupera todo lo que no se puede defender de su sistema de control social e ideológico, que no se expresa con ideas y acciones verdaderamente revolucionarias, claras y contundentes. Esto pasa igual con los socialistas flojitos, avergonzados, que a veces son y otras no. Mientras existan esos complejos insuperados de ser inferiores por el hecho de ser negros, enanos, mujeres, homosexuales, presos (¡privados de libertad!!), de ser pobres pero humildes…, o socialistas; sin consciencia de clase y de lo que somos de diferentes al resto, al común, no hay manera de ser libres. Pero, este será otro tema, la libertad…



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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