"En ocasiones veo muertos… (El Sexto Sentido) Una de las más recordadas, extraída de la mítica película que protagoniza Bruce Willis".
Fin de la frase.
"Dejen los nervios....Me informan que el equipo del destructor de Anzoátegui Luis Marcano anda como loco porque los números no le dan para ganarme y sueñan dividirnos (como lo están ellos) con un minúsculo grupo abstencionista. Tu sabes que soy YO el que te va a dar la mama de las palizas el #21N. No te escudes en ellos". Mensaje del alacrán candidato, a la gobernación de Anzoátegui, este 21 de agosto de 2021, por las redes sociales. Fin de la cita.
El circo, como espectáculo del alacrán corrupto, payaso e inmoral, como candidato a gobernador, en esta entidad federal degrada la política actual, y debilita aun más la democracia venezolana. Lo constituye el nauseabundo mensaje de marras arriba citado.
La vida política está cambiando mucho en Anzoátegui, transformada en un circo de baja estofa, con las declaraciones de este corrupto-payaso-candidato, ahora sus habitantes viven en un torbellino electorero: se apunta ahí cualquier estupidez declarativa, y se desatan, las reacciones. Y el pueblo, y ciertos políticos, habitualmente remotos, y ajenos a estas pazguatadas, irrumpen en el escenario cantinflerico electoral de este alacrán-payaso, tomando posiciones ante las idioteces de este sujeto.
Unos corean sus estupideces, y las celebran con cinismo, y otros las cuestionan e incluso pueden llegar a insultarle, como bien se lo merece este nuevo rico de la politiquería anzoatiguense.
Cuando se habita en semejante frenesí, y con tanta degradación moral, resulta difícil seguir confiando en los políticos tradicionales, y ojalá Luis José Marcano el candidato del psuv, no caiga en el circo de este sujeto, y en la lentitud de las instituciones, que no actúan en contra de este neo ricachón politiquero de baja estofa. La revolución está en crisis. Se lo contaba en una entrevista a un moderador de un programa de radio el pasado miércoles: "Es uno de los desafíos que tenemos los políticos con formación: aprender cómo hacer funcionar una democracia en una época en la que el establishment de la politiquería, degrada esta actividad tan noble".
La política, y la democracia venezolana: "hoy con individuos como este alacrán no es más que un circo". Cuando se ausculta el prontuario politiquero del alacrán de marras, para mostrar cuánto han cambiado las cosas en Venezuela, desde que inició su camino a la obtención de dineros de dudosa procedencia, de manos de un empresario, que se hizo célebre por ser el Jeque de Cabo Verde, con una braga color naranja, y que conoce muy bien las fórmulas para conectar con las mafias. Cómo muere la democracia política, es uno de los peligros de la degradación del discurso público. "El uso habitual que el alacrán corrupto, hace de los insultos, las descalificaciones, la intimidación, las mentiras, y las trampas ha contribuido de manera inevitable a animalizar tales prácticas". El estilo del alacrán tiene cada vez más rechazo; también en Anzoátegui, pareciera existir políticos que quieren remedarlo.
La política como un circo, es aberrante. Y no hay que olvidar que en los circos el protagonismo lo tienen sobre todo los payasos, las fieras, y los trapecistas. Es lo que, en gran medida, se está viendo en esta campaña electoral regional del 21 de noviembre del 2021, esa que teóricamente empezó ya, pero que parece instalada desde hace ya mucho tiempo, como una cantinela de fondo de la que resulta difícil abstraerse. Todos los opositores tarifados hacen un poco el payaso, para seducir a los posibles votantes con sus chistes malos, y con su cándida inhumanidad. Y se presentan también como unas carmelitas descalzas, que van a templar a las fieras corruptas que amenazan con destruir nuestra calidad de vida. Y hacen piruetas en las alturas, como los trapecistas, para distraernos de las cuestiones verdaderamente importantes. De la hiperinflación, y los negocios turbios que destruyen el país. Unas elecciones, cuando la democracia venezolana la han convertido en un circo, ya no tiene mucho que ver estas lacras politiqueras, con la competición entre programas distintos para resolver los problemas de un Estado, y un país.
Tampoco hay que extrañarse. El desfile de candidatos opositores tarifados, para hacerse querer por los votantes, hoy tiene mucho de espectáculo de la más baja ralea. Lo que tal vez en estos momentos ha cambiado es la magnitud, de las conciencias hambrientas del sufrido pueblo anzoatiguense. Antes los políticos tenían que esforzarse en llegar al más alejado rincón de cada estado para llevar sus mensajes, y reunir a los cuatro gatos que vivieran allí para contarles sus planes de gobierno. No tenían otra que articular un discurso para ser escuchados. Hoy el viaje a los remotos confines de esta entidad federal, forma parte de ese ruido continuo que decae, con este alacrán que no sacará 5000 votos el 21 de noviembre, y que no cala su putrefacto mensaje en unos públicos decepcionados, cuando lo ven llegar con su sequito de aduladores, en lujosas camionetas adquiridas con dineros de la corrupción. Por eso lo que importa más es la payasada, el látigo que estalla contra las temibles fauces de los feroces enemigos, y la pirueta inverosímil que deslumbra por su arrojado cinismo. Es también responsabilidad de los ciudadanos anzoatiguenses, y de los medios de comunicación, que la democracia funcione en épocas de transición.