Cuento o razón

En la paciencia está la diferencia

El chubasco utilizó toda su creatividad y pintó corazones en los copos de la matas de calas, mientras que le lanzó una cobija rojiza a las verdes ixoras del jardín, que miraban con admiración que ciertas orquídeas le habían ofrendado sus exóticas flores a la naturaleza, por brindarle el agua fresca y nutritiva de la lluvia.

El periodista Juancho Marcano, recorría emocionado su jardín, al cual lo limpiaba de determinadas malezas que aprovechan el aguacero para brotar en el terreno de las plantas. "Sin duda alguna que esa regadera natural que nace del empíreo, amigo Pipo, es lo más milagroso del mundo", le dijo el periodista a su perro.

Pipo, escuchó el comentario y estuvo de acuerdo, sin embargo no se quedó con una duda y preguntó:

- ¿Juancho y qué diablos es el empíreo?

- El periodista soltó la carcajada, pues se recordó de cuando trabajaba en un periódico, y le hizo la pregunta a un liceísta sobre esa palabra que cita el himno nacional de Venezuela, y dicho estudiante respondió: ¡Qué diablo sé yo, qué eso!. Luego de reírse, le respondió: "El empíreo es el cielo Pipo". "Carajo Juancho, y ¿por qué diablos no dices cielo que es más fácil y entendible? "Esa pregunta se la hubieses hecho al autor de dicho himno, Pipo", señaló el reportero.

En esa conversa estaban, cuando se presentó Evaristo, el amigo y vecino de conuco de Juancho, y después de los saludos, comentó: "Definitivamente ante la vida que vivimos hoy, Juancho, la paciencia debe marcar la diferencia, y lo mejor es que a medida que uno tiene más edad, se va volviendo más paciente y se le va calmando aquel apuro que tenía cuando joven de cambiar el mundo, pues uno se da cuenta que por mucho que hable, se queje o escriba, el orbe ni pendiente y sigue su camino como si no fuera con él. Por eso paciencia y más paciencia Juancho, aunque hay personas que, carajo, le agotan la tolerancia a cualquiera por sus estupideces e imprudencias. ¿Tú qué opinas?"

El periodista Juancho Marcano, contestó que estaba totalmente de acuerdo, y luego hizo pasar a Evaristo a la cocina y ahí ambos degustaron un café, para después seguir conversando sobre otras cosas.



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Emigdio Malaver

Margariteño. Economista y Comunicación Social. Ha colaborado con diferentes publicaciones venezolanas.

 emalaverg@gmail.com      @Malavermillo

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