Fernando Mendes Vianna es uno de los grandes poetas contemporáneos de Brasil que hubiese querido tener el privilegio de conocer en persona. En torno suyo gravitó una áurea de personalidad regia, de sabiduría, de compromiso con la vida, el arte, la poesía y el país. Su sentir fue múltiple y hurgó en fuentes iberoamericanas las verdades y conocimientos que demandó su espíritu inquieto, su inquietud sensible. Por eso busco su obra, sus motivaciones creadoras y la percepción emitida en torno a la recepción de su Poética, y ato los cabos sueltos en una considerable muestra de visiones, reseñas, ensayos, notas, críticas y aproximaciones que abren el espectro de su hallazgo y de su dimensión lírica.
En 2007, un año después de su lamentable partida sideral, se le rindió un emotivo homenaje en la Feira do Livro celebrada en Brasilia con los poetas brasileños amigos presentes, y un público que aclamó su conocido poema "Oratório do corpos" con sentimiento de fraternidad y reconocimiento, mientras los poetas Joanyr de Oliveira, Presidente de la Asociación Nacional de Escritores de Brasil, su casi hermano Anderson Braga Horta y su esposa Tania, expresaban vivos estremecimientos de amor, respeto y admiración para el gran poeta Mendes Vianna, en este acto inolvidable. Desde entonces, su poesía nos conmueve, nos invita a su hallazgo y nos acompaña en sus insondables misterios.
En su nativa lengua portuguesa, llena de sugestivas y valientes expresiones líricas, presento acá el mencionado poema, acompañado de una—tal vez— rudimentaria traducción personal, que no aspira a otra cosa que acercarlo a nuestra castellamericana lengua y goce.
ORATÓRIO DO CORPO (trechos) / Fernando Mendes Vianna
Segue os ditames do teu corpo.
Ele sabe as tuas necessidades.
Atende quando ele grita "liberdade".
Segue teu corpo; ele sabe do que necessita,
sabe os caminhos da fome, do cio, da sede, do sono.
Sê humilde perante o corpo sábio, pois o corpo
pensa de acordo com as raízes mais profundas,
Pode sentir as raízes que te irmanam á criação.
….
O corpo não precisa desencantar-se, não precisa
de fadas, de demiurgos, de paraísos, de infernos.
Se for corpo de mulher, nenhum príncipe é necessário:
só um macho que acredite no sêmen.
como na hóstia de um deus apenas seiva,
e confie o corpo á fêmea como o padre confia o cálice ao altar.
Crê no teu corpo, confia no teu corpo, no corpo do homem,
no corpo da mulher.
Crê no corpo como na única ponte entre os homens;
e que acima do rio variável e enganoso da palavra,
a carne seja como um gesto em perene dádiva.
O corpo é mais antigo e belo do que a Cova de Altamira,
e a gruta do útero pode ser mais funda e clara
do que uma aurora que se abrisse no fundo da terra.
….
Vê, amigo melancólico, como é bela a moça que bota corpo:
ontem era como um coelho, hoje é uma novilha.
E tu, moça, minha amiga não fiques triste
a remoer a utopia dos contos de fadas:
vem comigo. Eu vou te mostrar
a beleza do corpo, o átrio, o pórtico, a nave, o chão, a abóbada!
Quero que escutes o silêncio de cristal do cio saciado, sêmen
semeado com luz
– a mais fértil luz.
Em corpo montarei teu corpo e montarás meu corpo,
e sairemos a galope, o corpo aberto á palavra do vento,
e verás que uma cópula é o mais belo dos corpos de baile, e o
mais equóreo corpo-a-corpo
ORATORIO DEL CUERPO
Sigue los dictados de su cuerpo.
Él sabe las necesidades tuyas.
Atiende cuando él grita "libertad".
Sigue tu cuerpo; él sabe lo que necesita,
conoce los caminos del hambre, el calor, la sed, el sueño.
Sé humilde ante el cuerpo sabio, porque el cuerpo
piensa de acuerdo con las raíces más profundas,
Puedes sentir las raíces que te hermanan a la creación.
….
El cuerpo no necesita desencantarse, no necesita
de hadas, de demiurgos, de paraísos, de infiernos.
Si es el cuerpo de una mujer, ningún príncipe es necesario:
sólo un macho que cree en el semen
como en la hostia apenas savia de un dios,
y confía el cuerpo a la mujer como el sacerdote confía el cáliz al altar.
Cree en tu cuerpo, confía en tu cuerpo, en el cuerpo del hombre,
en el cuerpo de la mujer.
Cree en el cuerpo como único puente entre los hombres;
y que por encima del río variable y engañoso de la palabra,
la carne sea como un gesto en perenne dádiva.
El cuerpo es más viejo y hermoso que la Cueva de Altamira,
y la gruta del útero puede ser más profunda y clara
que una aurora que se abriese en el fondo de la tierra.
….
Ve, amigo melancólico, qué hermosa es la chica que se bota cuerpo:
ayer era como un conejo, hoy es una novilla.
Y tú, moza, amiga mía, no estés triste
reflexionando sobre la utopía de los cuentos de hadas:
ven conmigo. Te voy a mostrar
la belleza del cuerpo, el atrio, el pórtico, la nave, el piso, la bóveda.
Quiero que escuches el silencio de cristal del calor saciado, semen
sembrado de luz
—la más fértil luz.
En cuerpo montaré tu cuerpo y tú montarás mi cuerpo,
y saldremos al galope, nuestros cuerpos abiertos a la palabra del viento,
y verás que una cópula es el más hermoso de los salones de baile, y lo
más acuático cuerpo a cuerpo.
El poeta Anderson Braga Horta es quien pone en mis manos, en lengua portuguesa, su valioso ensayo "Uma proclamação da vida", inserto en su libro Proclamações (Brasilia, Thesaurus, 2013) [1]; para resaltar la personalidad, la hondura vital y los rasgos íntimos en torno a la amistad, al compañerismo, al proceso de compartir la poesía como tesoro de dioses y compromiso de hombres con Mendes Vianna; además de las caracterizaciones de sus obras durante más de cincuenta años.
O poeta Fernando Mendes Vianna não era desses homens comuns, sujeitos á morte. Essa, pelo menos, a impressão que nos dava, aos amigos mais íntimos. (…) Não, ele parecia que nunca havia de morrer. E, no entanto, a morte foi uma das notas mais constantes e mais intensas de sua poesia. E os poemas que escreveu nas antevésperas de partir são espantosamente premonitórios do evento-meta, que nada fazia supor tão próximo. Disse ele, fechando um dos mais fortes poemas de A Chave e a Pedra (o "Políptico do Morto"), que "a morte é uma festa solitária". Mas Fernando, vivo, era uma festa efusiva para os amigos, para quem o visse e ouvisse dizendo versos próprios ou alheios. E, em verdade, apesar da presença constante da velha ceifeira em sua obra, pode-se dizer que sua poesia foi sempre uma proclamação da vida.
De estatura imponente, belo timbre e grande potencia vocal, sem inibições diante de qualquer público, tinha tudo para ser um intérprete talentoso. E o era. Falava com desenvoltura, num misto de erudição e fluência. Dono de vasta e profunda cultura, notadamente nos fatos e na essência da poesia, e familiarizado com os mais importantes idiomas ocidentais, discorria como poucos acerca daqueles fatos e daquela essência. (…) Encantava as pessoas, se bem que pudesse ser ferinamente sarcástico. Mas as vítimas acabavam perdoando-lhe as críticas mordazes, compensando-as na conta de sua imensa espontaneidade — tanto para o elogio quanto para a demolição. [2]
Nació Mendes Vianna en Rio de Janeiro en 1933 para alzar vuelo eterno y muldimensional el 10 de septiembre de 2006, dejando estos últimos años un vacío semejante a un eco dentro de un caracol, que persigue los ríos de Brasil, el ojo de sus aves, el silencio de sus piedras, el cantar de los cantares de este Caribe amazónico tan entrañable cuanto portentoso en belleza y misterios insondables. Percibo en ese ambiente de hoy, sacudido por tristezas de Covid y desesperanza, derrotas políticas y avatares de orden diverso, su extrañamiento; la falta de su presencia animadora, su carisma, su voz y su entrega plena a la vida y las batallas morales que el buen arte impone y propone en seres que, como él, asumen de manera responsable el camino de la poesía como vía de conocimiento y estadio de conciencia sensible.
EXÉQUIAS
Exit. fui.
enfim, fui-me.
Reintegrei-me no flume
de lume – a eternidade.
Enfim o fim da busca
da diferença entre
mentira e verdade.
Tudo agora é eternidade.
Tel quel, enfin, l’eternité
en lui même le change.
Nem humano, nem demônio
nem um sonho de anjo.
Plenitude total,
sem bem , nem mal.
Enfim a plenitude
do homem-animal.
De volta á minha
verdadeira condição
de elemento ígneo
do indígno
signo terráqueo.
Aleluia! aleluia!
não eterno
de mala e cuia!
(09 de agosto de 2006)
Este curioso y enigmático poema, casi que a manera de despedida, de adiós anticipado, de Fernando Mendes Vianna nos lo muestra el poeta Antonio Miranda en su muy conocido portal www.antoniomiranda.com.br como parte de ese espejo regio y deslumbrante de Mendes Vianna ante sí mismo, ante el otro de su ser que se hizo poesía y mundo, para mostrar al universo el talante de su realismo, pero en igual medida la sinceridad de su paso terráqueo. Nada le fue ajeno. Ni la muerte.
Sus obras tienen esa inquietud suya por subvertir un tiempo y una época de ardores y búsquedas, de encuentros y valientes revelaciones (cuando no rebeliones), como aquellos años sesenta, y los difíciles años setenta, más allá de dictaduras crueles, guerra fría y pobrezas domésticas que minaban su país y la región suramericana de incertidumbres, flagelos de todo orden, inquietudes inevitables e impulsos de crecimiento personal que luego serían su ejemplo ante nuevas generaciones.
Escribió así sus libros Marinheiro no Tempo e Construção no Caos (1958), A Chave e a Pedra (1960), Proclamação do Barro (1964), Poemas do antigo Egito (1964), Salmo para Órgão e Orquestra (1969), O Silfo-Hipogrifo (1972), Embarcado em Seco (1978), Marinheiro no Tempo: antologia (1986), Ah, Último Paraiso (1998), Antologia Pessoal (2001), A Rosa Anfractuosa (2004).
Anderson Braga Horta precisa varias claves del poeta Mendes Vianna, cercano como fue siempre, a su creación y encuentro. Poeta mordaz, de menudo sarcástico e irónico, espontáneo y sincero en el decir de la crítica, fuera ésta elogio o demolición, nos señala. Por ello, se le reconoció combativo contra el absurdo cotidiano y la trivialidad, entregado y dócil en el afecto humano solidario, firme en los empeños de sus ideales y luchas, por lo que Braga Horta afirma lo siguiente: "Sus sufrimientos poéticos no fueron fingidos, ni tampoco sus alegrías y goces. Fue algo real. Era un poeta culto y refinado que, como el legendario Midas, convertía todo lo que tocaba en oro, sólo que, afortunadamente, en el oro de la poesía".
Destaca además, la participación de Mendes Vianna como Miembro de la Asociación Nacional de Escritores, de la Academia Brasiliense de Letras, de la Academia de Letras do Brasil y ex presidente de la Unión de Escritores del Distrito Federal, destacándose como buen traductor del Siglo de Oro español (especialmente sonetos de Francisco de Quevedo, acompañado de José Jeronymo Rivera y de Anderson Braga Horta, en la obra Poetas do Século de Ouro Espanhol, (2000 ) y de Victor Hugo — Dois Séculos de Poesia (2002); y recitador notable de "poesía ajena". En su obra Proclamação do Barro señala Braga Horta que este destacado poeta brasileño, Fernando Mendes Vianna "asume plenamente la condición humana y se compromete en la lucha superior por la emancipación y el ascenso de la especie, en todos los planos". Sentir nuestroamericano que se corresponde con un alma visionaria, estudiosa de su realidad inmediata y contextual, de su tiempo y de la vida como suma de huellas inenarrables.
Otros autores —poetas y críticos—, como Joanyr de Oliveira dan cuenta de su queja y pesadumbre por las transformaciones de la ciudad y la barbarie de las metrópolis que conducen al extrañamiento del hombre frente a la Natura, especialmente en torno a la joven capital Brasilia; Augusto Frederico Schmidt, Domingos Carvalho da Silva, Antônio Olinto, Eduardo Portella, Oswaldino Marques, Sérgio Milliet, Tristão de Athayde, José Guilherme Merquior y Almeida Fischer entre otros, aportan personales visiones respecto a las obras de Fernando Mendes Vianna, en épocas y momentos diversos; bien con señalamientos de orden formal, semiótico, tradicional o novedoso, según fuera el caso, pero siempre con gran respeto y moderada certidumbre ante el gran nombre de Mendes Vianna para la poesía contemporánea de su país.
Por su notable "pensamiento crítico nacional" Luiz Fernando de Sá Mendes Vianna, a quien alguien calificó como "el poeta pensador" (en el sentido de una poesía de matices filosóficos), mereció diversos premios, entre los que destacaron Mención de Honor del Premio Quijote, en Rio Grande do Sul, Mención de Honor del Premio Olavo Bilac, la elección de Proclamação do Barro, por un grupo de críticos, como uno de los diez mejores libros de poesía de 1964; el Trofeo Casimiro de Abreu, en el I y II Torneo Nacional de Poesía Hablada, en Niterói, en 1969 y 1970; el premio INL 1972, y el premio del Instituto Nacional do Livro, en 1987, para Marinheiro no Tempo.
Al caracterizar los aportes de Mendes Vianna a la poesía brasileña contemporánea, Anderson Braga Horta, en el mencionado ensayo "Uma proclamação da vida", sintetiza de este modo cuanto dejó en su creación el grande poeta nacido en Rio de Janeiro:
La poesía de Fernando Mendes Vianna nació bajo el signo de la libertad y bajo este mismo signo floreció y dio sus frutos. Explosión libertaria, es decir, se une al imperio de sangre; sin embargo, es poesía altamente intelectualizada, en su expresión, y poesía de pensamiento, en su contenido. Esta mente y corazón libertarios actúan en brazos de una rebelión radical y una búsqueda constante de uno mismo, que implican la paradoja de la disciplina dentro de la indisciplina. Poesía de fuerte instrumentación y voz vehementemente humana, se transfunde en el cuerpo verbal adecuado a su pensamiento y sentimiento profundamente real —por eterno— de los problemas del hombre, como ser único y como célula social, pero se niega a tomar ninguna demostración pseudo-vanguardista. La conciencia, o mejor dicho, la asunción de esta compleja máscara, que es él mismo, lleva a Mendes Vianna, desde el primer libro, a discernir en el poeta un ser prometeico, luciferino: un demiurgo, sí, pero un rebelde, orgulloso de su titánica soledad (ver, por cierto, los poemas "Lúcifer, a Grande Lua" e "Auto-Epitáfio do Senhor da Noite"— "Lucifer, la gran luna" y "Auto-epitafio del señor de la noche"). Poesía de contrastes, me siento tentado a aplicarme a sí misma su metáfora más constante. Y yo diría, entonces, que lo que varía en la obra de Mendes Vianna es la magnitud de la ola, el mar es el mismo, único en la síntesis de sus propias contradicciones. [3]
Por su lectura a fondo — acuciosa y entregada—, Braga Horta pergeña una temática abierta a los cuatro vientos, en la que se manifiestan asuntos de orden universal (mar y soledad, amor y rebelión, toro y caballo, mitología y mundo clásico —con ángeles y demonios incluidos—, tiempo y cotidianidad, urbe y sueño, metáfora y desafíos infinitos del verbo, incluso, en el terreno de lo metafísico-religioso y lo social), tanto como los de orden inmediato: la brevedad frente a la "torrencialidad" del poema extenso, verso depurado e incisivo frente a la proclama de largo aliento. Eso si, mostrando siempre su inocultable resplandor. De ahí que Braga Horta y José Guilherme Merquior adviertan en Proclamação do Barro (1964), "problemas del hombre total", de orden antropológico, político y metafísico transformados en preocupaciones relativas a la libertad corporal del ser. En libertad plena del ser humano. Sobre todo caos, sobre toda piedra. Más allá del magma originario del barro, de ser necesario.
La voz poética de Fernando Mendes Vianna habla desde vertientes abiertas, no exentas de experimentalidad y misticismo, "siendo a la vez manso y rebelde, descriptivo y descarado, elegíaco y prometeico, apolíneo y dionisíaco, en su afán de tocar todo, de sentirlo todo, de participar en todo, perderse en el universo, en sus pasiones, en sus abonos, en sus horrores" (A.Braga Horta, Proclamações, pág. 164). Leámoslo, entonces, en su sonoridad singular:
POÉTICA
Nas quatro paredes do meu quarto
crucificado no crepúsculo
em trêmulos reflexos nos muros,
o mar sorri
um sorriso enigmático e oblíquo.
POÉTICA
En las cuatro paredes de mi cuarto
crucificado en el crepúsculo
entre trémulos reflejos en los muros,
el mar sonríe
una sonrisa enigmática y oblicua.
(Trad. Manuel Moreno Jimeno y Ricardo González Vigil).
O MIGRANTE
Emigrante e imigrante de mim mesmo,
sem passaporte sigo nos mares e ares.
Não me atrapalha o mundo e seus lindes,
e cruzo qualquer pátria clandestino.
Limites impressos em códigos e mapas
não são fronteiras, não, para um poeta.
Inferno é o mundo máximo. O resto,
pegadas vãs – pó e pó, barro no barro.
Vou e volto dentro do eu-planeta,
ao sopro do poema – vento no velame
do barco da carne. O corpo voa!
Não me detém o mundo: suas alfândegas,
feitas de mofo, o vento as leva
- enquanto chego e parto a qualquer hora.
EL MIGRANTE
Emigrante e inmigrante de mi mismo,
sin pasaporte sigo en los mares y aires.
No me detiene el mundo ni sus lindes,
y cruzo cualquier patria clandestino
Límites impresos en códigos y mapas
no son fronteras, no, para un poeta.
Interior es el mundo máximo. Lo demás,
pisadas vanas -= polvo en el polvo, barro en el barro.
Voy y vuelvo dentro del yo-planeta,
al soplo del poema – viento en el velamen
del barco de la carne. ¡El cuerpo vuela!
No me detiene el mundo: sus aduanas,
hechas de moho, el viento se las lleva
-mientras arribo y parto a cualquier hora.
(Trad. Manuel Moreno Jimeno y Ricardo González Vigil).[4]
Ritmo y lenguaje se arman como un puente sobre un río que deja fluir el motivo, la música, el discurrir vital y la entrega. Todo decir le pertenece, "sin censura", a decir de uno de sus estudiosos. Toda forma de expresión poética cae en sus manos y es sobre pesada. El poeta Mendes Vianna fue artero jugador de los infinitos gestos que se nos presentan en poesía como crisoles posibles, como armaduras de guerra, de su creación sin fronteras. Por ello, lo barroco y lo romántico no le parecieron extraños, ni son campos extraños en algunas de sus obras. Una última reflexión de Anderson Braga Horta en su ensayo "Uma proclamação da vida", a propósito del "último vuelo" (O Último Vôo) de Mendes Vianna, nos lo revela prolífico y suntuoso en sus variantes expresivas, en sus aportes a la mejor poesía brasileña moderna; en la firmeza de su legado incuestionable:
Fernando conhece tudo de seu mister. Sabe o que fazer com as idéias —que entram na circulação sangüínea do poema sem o transformar em panfleto—, segura nas mãos as rédeas da metáfora (e nele a metáfora mostra, não raro, um vigor quase selvagem), permite-se jogar, sem se perder nos desvãos do acaso, um jogo luxuriante e luxurioso com a palavra. Ele brinca amorosamente com as palavras. Não se trata de um brincar vão, ou infantil, senão de um lúdico tratar de ânsias e essências, de idílios e de dramas, de pensamento e sensualidade, e o resultado desse jogo é sempre um artefato poético de profunda e faiscante beleza. [5]
Son muchos los símbolos y los signos de este grande poeta sueltos en la brisa de su Brasil natal, en su Brasil de fuegos y flora, de mares y "amorosas manifestaciones" del ser, así como de los misterios de la vida y de su búsqueda incesante de verdades y revelaciones. Acaso en su estatuto de sueños y vigilias, de transitoriedad y eternidad, como si de veras su vuelo fuera apenas un adiós momentáneo.
ESTATUTO
Um severo estatuto
preside esta procura:
dizer o sol e o luto
em carne e ossatura.
Poluto ou impoluto,
água do poço ou da altura,
a flor do canto não dura
sem o caroço do fruto.
ESTATUTO
Un severo estatuto
determina esta tienta:
decir el sol y el luto
en carne y osamenta.
Poluto o impoluto,
agua de pozo o de altura,
la flor del canto no dura
si no tiene hueso el fruto.
(Trad. Manuel Moreno Jimeno y Ricardo González Vigil). [6]
Finalmente, un par de valiosos trabajos sobre el poeta Fernando Mendes Vianna se los debemos a la investigadora, traductora y filóloga española Alicia Silvestre Miralles, correspondiente uno, a la traducción que ella hace de una selección de textos del poemario A rosa anfractuosa [7]; y, el otro, un corto pero interesante ensayo titulado "La poesía de Fernando Mendes Vianna en español, un estudio de la penetración de la traducción de literatura brasileña en la cultura hispanohablante" [8], que invito a consultar como parte de nuestro interés por este grande poeta suramericano, cuya obra poética nos invita a conocer desde los misterios de la poesía —también los que son propios de la vida y de la inteligencia humana en toda su dimensión—.
Pariaguán, Venezuela, 23 de agosto de 2021
REFERENCIAS
[1] Anderson Braga Horta, "Uma proclamação da vida", en Proclamações (Brasilia, Thesaurus, 2013); pp. 147-174).
[2] Ibídem, pp.148-149.
[3] Ibídem, pág. 155. Traducción del autor de este ensayo.
[4]Consultado en: http://www.antoniomiranda.com.br/iberoamerica/brasil/fernando_mendes_vianna.html
[5] Anderson Braga Horta, art. cit., pág. 169.
[6] Consultado en: http://www.antoniomiranda.com.br/iberoamerica/brasil/fernando_mendes_vianna.html
[7] Mendes Viana, Fernando, «Traducción de una selección de poemas de A rosa anfractuosa», trad. Alicia Silvestre Miralles, Hermēneus. Revista de Traducción e Interpretación, 21 (2019): 633-643. Consultado en: https://zaguan.unizar.es/record/98439/files/?ln=es
Por José Pérez
Fernando Mendes Vianna es uno de los grandes poetas contemporáneos de Brasil que hubiese querido tener el privilegio de conocer en persona. En torno suyo gravitó una áurea de personalidad regia, de sabiduría, de compromiso con la vida, el arte, la poesía y el país. Su sentir fue múltiple y hurgó en fuentes iberoamericanas las verdades y conocimientos que demandó su espíritu inquieto, su inquietud sensible. Por eso busco su obra, sus motivaciones creadoras y la percepción emitida en torno a la recepción de su Poética, y ato los cabos sueltos en una considerable muestra de visiones, reseñas, ensayos, notas, críticas y aproximaciones que abren el espectro de su hallazgo y de su dimensión lírica.
En 2007, un año después de su lamentable partida sideral, se le rindió un emotivo homenaje en la Feira do Livro celebrada en Brasilia con los poetas brasileños amigos presentes, y un público que aclamó su conocido poema "Oratório do corpos" con sentimiento de fraternidad y reconocimiento, mientras los poetas Joanyr de Oliveira, Presidente de la Asociación Nacional de Escritores de Brasil, su casi hermano Anderson Braga Horta y su esposa Tania, expresaban vivos estremecimientos de amor, respeto y admiración para el gran poeta Mendes Vianna, en este acto inolvidable. Desde entonces, su poesía nos conmueve, nos invita a su hallazgo y nos acompaña en sus insondables misterios.
En su nativa lengua portuguesa, llena de sugestivas y valientes expresiones líricas, presento acá el mencionado poema, acompañado de una—tal vez— rudimentaria traducción personal, que no aspira a otra cosa que acercarlo a nuestra castellamericana lengua y goce.
ORATÓRIO DO CORPO (trechos) / Fernando Mendes Vianna
Segue os ditames do teu corpo.
Ele sabe as tuas necessidades.
Atende quando ele grita "liberdade".
Segue teu corpo; ele sabe do que necessita,
sabe os caminhos da fome, do cio, da sede, do sono.
Sê humilde perante o corpo sábio, pois o corpo
pensa de acordo com as raízes mais profundas,
Pode sentir as raízes que te irmanam á criação.
….
O corpo não precisa desencantar-se, não precisa
de fadas, de demiurgos, de paraísos, de infernos.
Se for corpo de mulher, nenhum príncipe é necessário:
só um macho que acredite no sêmen.
como na hóstia de um deus apenas seiva,
e confie o corpo á fêmea como o padre confia o cálice ao altar.
Crê no teu corpo, confia no teu corpo, no corpo do homem,
no corpo da mulher.
Crê no corpo como na única ponte entre os homens;
e que acima do rio variável e enganoso da palavra,
a carne seja como um gesto em perene dádiva.
O corpo é mais antigo e belo do que a Cova de Altamira,
e a gruta do útero pode ser mais funda e clara
do que uma aurora que se abrisse no fundo da terra.
….
Vê, amigo melancólico, como é bela a moça que bota corpo:
ontem era como um coelho, hoje é uma novilha.
E tu, moça, minha amiga não fiques triste
a remoer a utopia dos contos de fadas:
vem comigo. Eu vou te mostrar
a beleza do corpo, o átrio, o pórtico, a nave, o chão, a abóbada!
Quero que escutes o silêncio de cristal do cio saciado, sêmen
semeado com luz
– a mais fértil luz.
Em corpo montarei teu corpo e montarás meu corpo,
e sairemos a galope, o corpo aberto á palavra do vento,
e verás que uma cópula é o mais belo dos corpos de baile, e o
mais equóreo corpo-a-corpo
ORATORIO DEL CUERPO
Sigue los dictados de su cuerpo.
Él sabe las necesidades tuyas.
Atiende cuando él grita "libertad".
Sigue tu cuerpo; él sabe lo que necesita,
conoce los caminos del hambre, el calor, la sed, el sueño.
Sé humilde ante el cuerpo sabio, porque el cuerpo
piensa de acuerdo con las raíces más profundas,
Puedes sentir las raíces que te hermanan a la creación.
….
El cuerpo no necesita desencantarse, no necesita
de hadas, de demiurgos, de paraísos, de infiernos.
Si es el cuerpo de una mujer, ningún príncipe es necesario:
sólo un macho que cree en el semen
como en la hostia apenas savia de un dios,
y confía el cuerpo a la mujer como el sacerdote confía el cáliz al altar.
Cree en tu cuerpo, confía en tu cuerpo, en el cuerpo del hombre,
en el cuerpo de la mujer.
Cree en el cuerpo como único puente entre los hombres;
y que por encima del río variable y engañoso de la palabra,
la carne sea como un gesto en perenne dádiva.
El cuerpo es más viejo y hermoso que la Cueva de Altamira,
y la gruta del útero puede ser más profunda y clara
que una aurora que se abriese en el fondo de la tierra.
….
Ve, amigo melancólico, qué hermosa es la chica que se bota cuerpo:
ayer era como un conejo, hoy es una novilla.
Y tú, moza, amiga mía, no estés triste
reflexionando sobre la utopía de los cuentos de hadas:
ven conmigo. Te voy a mostrar
la belleza del cuerpo, el atrio, el pórtico, la nave, el piso, la bóveda.
Quiero que escuches el silencio de cristal del calor saciado, semen
sembrado de luz
—la más fértil luz.
En cuerpo montaré tu cuerpo y tú montarás mi cuerpo,
y saldremos al galope, nuestros cuerpos abiertos a la palabra del viento,
y verás que una cópula es el más hermoso de los salones de baile, y lo
más acuático cuerpo a cuerpo.
El poeta Anderson Braga Horta es quien pone en mis manos, en lengua portuguesa, su valioso ensayo "Uma proclamação da vida", inserto en su libro Proclamações (Brasilia, Thesaurus, 2013) [1]; para resaltar la personalidad, la hondura vital y los rasgos íntimos en torno a la amistad, al compañerismo, al proceso de compartir la poesía como tesoro de dioses y compromiso de hombres con Mendes Vianna; además de las caracterizaciones de sus obras durante más de cincuenta años.
O poeta Fernando Mendes Vianna não era desses homens comuns, sujeitos á morte. Essa, pelo menos, a impressão que nos dava, aos amigos mais íntimos. (…) Não, ele parecia que nunca havia de morrer. E, no entanto, a morte foi uma das notas mais constantes e mais intensas de sua poesia. E os poemas que escreveu nas antevésperas de partir são espantosamente premonitórios do evento-meta, que nada fazia supor tão próximo. Disse ele, fechando um dos mais fortes poemas de A Chave e a Pedra (o "Políptico do Morto"), que "a morte é uma festa solitária". Mas Fernando, vivo, era uma festa efusiva para os amigos, para quem o visse e ouvisse dizendo versos próprios ou alheios. E, em verdade, apesar da presença constante da velha ceifeira em sua obra, pode-se dizer que sua poesia foi sempre uma proclamação da vida.
De estatura imponente, belo timbre e grande potencia vocal, sem inibições diante de qualquer público, tinha tudo para ser um intérprete talentoso. E o era. Falava com desenvoltura, num misto de erudição e fluência. Dono de vasta e profunda cultura, notadamente nos fatos e na essência da poesia, e familiarizado com os mais importantes idiomas ocidentais, discorria como poucos acerca daqueles fatos e daquela essência. (…) Encantava as pessoas, se bem que pudesse ser ferinamente sarcástico. Mas as vítimas acabavam perdoando-lhe as críticas mordazes, compensando-as na conta de sua imensa espontaneidade — tanto para o elogio quanto para a demolição. [2]
Nació Mendes Vianna en Rio de Janeiro en 1933 para alzar vuelo eterno y muldimensional el 10 de septiembre de 2006, dejando estos últimos años un vacío semejante a un eco dentro de un caracol, que persigue los ríos de Brasil, el ojo de sus aves, el silencio de sus piedras, el cantar de los cantares de este Caribe amazónico tan entrañable cuanto portentoso en belleza y misterios insondables. Percibo en ese ambiente de hoy, sacudido por tristezas de Covid y desesperanza, derrotas políticas y avatares de orden diverso, su extrañamiento; la falta de su presencia animadora, su carisma, su voz y su entrega plena a la vida y las batallas morales que el buen arte impone y propone en seres que, como él, asumen de manera responsable el camino de la poesía como vía de conocimiento y estadio de conciencia sensible.
EXÉQUIAS
Exit. fui.
enfim, fui-me.
Reintegrei-me no flume
de lume – a eternidade.
Enfim o fim da busca
da diferença entre
mentira e verdade.
Tudo agora é eternidade.
Tel quel, enfin, l’eternité
en lui même le change.
Nem humano, nem demônio
nem um sonho de anjo.
Plenitude total,
sem bem , nem mal.
Enfim a plenitude
do homem-animal.
De volta á minha
verdadeira condição
de elemento ígneo
do indígno
signo terráqueo.
Aleluia! aleluia!
não eterno
de mala e cuia!
(09 de agosto de 2006)
Este curioso y enigmático poema, casi que a manera de despedida, de adiós anticipado, de Fernando Mendes Vianna nos lo muestra el poeta Antonio Miranda en su muy conocido portal www.antoniomiranda.com.br como parte de ese espejo regio y deslumbrante de Mendes Vianna ante sí mismo, ante el otro de su ser que se hizo poesía y mundo, para mostrar al universo el talante de su realismo, pero en igual medida la sinceridad de su paso terráqueo. Nada le fue ajeno. Ni la muerte.
Sus obras tienen esa inquietud suya por subvertir un tiempo y una época de ardores y búsquedas, de encuentros y valientes revelaciones (cuando no rebeliones), como aquellos años sesenta, y los difíciles años setenta, más allá de dictaduras crueles, guerra fría y pobrezas domésticas que minaban su país y la región suramericana de incertidumbres, flagelos de todo orden, inquietudes inevitables e impulsos de crecimiento personal que luego serían su ejemplo ante nuevas generaciones.
Escribió así sus libros Marinheiro no Tempo e Construção no Caos (1958), A Chave e a Pedra (1960), Proclamação do Barro (1964), Poemas do antigo Egito (1964), Salmo para Órgão e Orquestra (1969), O Silfo-Hipogrifo (1972), Embarcado em Seco (1978), Marinheiro no Tempo: antologia (1986), Ah, Último Paraiso (1998), Antologia Pessoal (2001), A Rosa Anfractuosa (2004).
Anderson Braga Horta precisa varias claves del poeta Mendes Vianna, cercano como fue siempre, a su creación y encuentro. Poeta mordaz, de menudo sarcástico e irónico, espontáneo y sincero en el decir de la crítica, fuera ésta elogio o demolición, nos señala. Por ello, se le reconoció combativo contra el absurdo cotidiano y la trivialidad, entregado y dócil en el afecto humano solidario, firme en los empeños de sus ideales y luchas, por lo que Braga Horta afirma lo siguiente: "Sus sufrimientos poéticos no fueron fingidos, ni tampoco sus alegrías y goces. Fue algo real. Era un poeta culto y refinado que, como el legendario Midas, convertía todo lo que tocaba en oro, sólo que, afortunadamente, en el oro de la poesía".
Destaca además, la participación de Mendes Vianna como Miembro de la Asociación Nacional de Escritores, de la Academia Brasiliense de Letras, de la Academia de Letras do Brasil y ex presidente de la Unión de Escritores del Distrito Federal, destacándose como buen traductor del Siglo de Oro español (especialmente sonetos de Francisco de Quevedo, acompañado de José Jeronymo Rivera y de Anderson Braga Horta, en la obra Poetas do Século de Ouro Espanhol, (2000 ) y de Victor Hugo — Dois Séculos de Poesia (2002); y recitador notable de "poesía ajena". En su obra Proclamação do Barro señala Braga Horta que este destacado poeta brasileño, Fernando Mendes Vianna "asume plenamente la condición humana y se compromete en la lucha superior por la emancipación y el ascenso de la especie, en todos los planos". Sentir nuestroamericano que se corresponde con un alma visionaria, estudiosa de su realidad inmediata y contextual, de su tiempo y de la vida como suma de huellas inenarrables.
Otros autores —poetas y críticos—, como Joanyr de Oliveira dan cuenta de su queja y pesadumbre por las transformaciones de la ciudad y la barbarie de las metrópolis que conducen al extrañamiento del hombre frente a la Natura, especialmente en torno a la joven capital Brasilia; Augusto Frederico Schmidt, Domingos Carvalho da Silva, Antônio Olinto, Eduardo Portella, Oswaldino Marques, Sérgio Milliet, Tristão de Athayde, José Guilherme Merquior y Almeida Fischer entre otros, aportan personales visiones respecto a las obras de Fernando Mendes Vianna, en épocas y momentos diversos; bien con señalamientos de orden formal, semiótico, tradicional o novedoso, según fuera el caso, pero siempre con gran respeto y moderada certidumbre ante el gran nombre de Mendes Vianna para la poesía contemporánea de su país.
Por su notable "pensamiento crítico nacional" Luiz Fernando de Sá Mendes Vianna, a quien alguien calificó como "el poeta pensador" (en el sentido de una poesía de matices filosóficos), mereció diversos premios, entre los que destacaron Mención de Honor del Premio Quijote, en Rio Grande do Sul, Mención de Honor del Premio Olavo Bilac, la elección de Proclamação do Barro, por un grupo de críticos, como uno de los diez mejores libros de poesía de 1964; el Trofeo Casimiro de Abreu, en el I y II Torneo Nacional de Poesía Hablada, en Niterói, en 1969 y 1970; el premio INL 1972, y el premio del Instituto Nacional do Livro, en 1987, para Marinheiro no Tempo.
Al caracterizar los aportes de Mendes Vianna a la poesía brasileña contemporánea, Anderson Braga Horta, en el mencionado ensayo "Uma proclamação da vida", sintetiza de este modo cuanto dejó en su creación el grande poeta nacido en Rio de Janeiro:
La poesía de Fernando Mendes Vianna nació bajo el signo de la libertad y bajo este mismo signo floreció y dio sus frutos. Explosión libertaria, es decir, se une al imperio de sangre; sin embargo, es poesía altamente intelectualizada, en su expresión, y poesía de pensamiento, en su contenido. Esta mente y corazón libertarios actúan en brazos de una rebelión radical y una búsqueda constante de uno mismo, que implican la paradoja de la disciplina dentro de la indisciplina. Poesía de fuerte instrumentación y voz vehementemente humana, se transfunde en el cuerpo verbal adecuado a su pensamiento y sentimiento profundamente real —por eterno— de los problemas del hombre, como ser único y como célula social, pero se niega a tomar ninguna demostración pseudo-vanguardista. La conciencia, o mejor dicho, la asunción de esta compleja máscara, que es él mismo, lleva a Mendes Vianna, desde el primer libro, a discernir en el poeta un ser prometeico, luciferino: un demiurgo, sí, pero un rebelde, orgulloso de su titánica soledad (ver, por cierto, los poemas "Lúcifer, a Grande Lua" e "Auto-Epitáfio do Senhor da Noite"— "Lucifer, la gran luna" y "Auto-epitafio del señor de la noche"). Poesía de contrastes, me siento tentado a aplicarme a sí misma su metáfora más constante. Y yo diría, entonces, que lo que varía en la obra de Mendes Vianna es la magnitud de la ola, el mar es el mismo, único en la síntesis de sus propias contradicciones. [3]
Por su lectura a fondo — acuciosa y entregada—, Braga Horta pergeña una temática abierta a los cuatro vientos, en la que se manifiestan asuntos de orden universal (mar y soledad, amor y rebelión, toro y caballo, mitología y mundo clásico —con ángeles y demonios incluidos—, tiempo y cotidianidad, urbe y sueño, metáfora y desafíos infinitos del verbo, incluso, en el terreno de lo metafísico-religioso y lo social), tanto como los de orden inmediato: la brevedad frente a la "torrencialidad" del poema extenso, verso depurado e incisivo frente a la proclama de largo aliento. Eso si, mostrando siempre su inocultable resplandor. De ahí que Braga Horta y José Guilherme Merquior adviertan en Proclamação do Barro (1964), "problemas del hombre total", de orden antropológico, político y metafísico transformados en preocupaciones relativas a la libertad corporal del ser. En libertad plena del ser humano. Sobre todo caos, sobre toda piedra. Más allá del magma originario del barro, de ser necesario.
La voz poética de Fernando Mendes Vianna habla desde vertientes abiertas, no exentas de experimentalidad y misticismo, "siendo a la vez manso y rebelde, descriptivo y descarado, elegíaco y prometeico, apolíneo y dionisíaco, en su afán de tocar todo, de sentirlo todo, de participar en todo, perderse en el universo, en sus pasiones, en sus abonos, en sus horrores" (A.Braga Horta, Proclamações, pág. 164). Leámoslo, entonces, en su sonoridad singular:
POÉTICA
Nas quatro paredes do meu quarto
crucificado no crepúsculo
em trêmulos reflexos nos muros,
o mar sorri
um sorriso enigmático e oblíquo.
POÉTICA
En las cuatro paredes de mi cuarto
crucificado en el crepúsculo
entre trémulos reflejos en los muros,
el mar sonríe
una sonrisa enigmática y oblicua.
(Trad. Manuel Moreno Jimeno y Ricardo González Vigil).
O MIGRANTE
Emigrante e imigrante de mim mesmo,
sem passaporte sigo nos mares e ares.
Não me atrapalha o mundo e seus lindes,
e cruzo qualquer pátria clandestino.
Limites impressos em códigos e mapas
não são fronteiras, não, para um poeta.
Inferno é o mundo máximo. O resto,
pegadas vãs – pó e pó, barro no barro.
Vou e volto dentro do eu-planeta,
ao sopro do poema – vento no velame
do barco da carne. O corpo voa!
Não me detém o mundo: suas alfândegas,
feitas de mofo, o vento as leva
- enquanto chego e parto a qualquer hora.
EL MIGRANTE
Emigrante e inmigrante de mi mismo,
sin pasaporte sigo en los mares y aires.
No me detiene el mundo ni sus lindes,
y cruzo cualquier patria clandestino
Límites impresos en códigos y mapas
no son fronteras, no, para un poeta.
Interior es el mundo máximo. Lo demás,
pisadas vanas -= polvo en el polvo, barro en el barro.
Voy y vuelvo dentro del yo-planeta,
al soplo del poema – viento en el velamen
del barco de la carne. ¡El cuerpo vuela!
No me detiene el mundo: sus aduanas,
hechas de moho, el viento se las lleva
-mientras arribo y parto a cualquier hora.
(Trad. Manuel Moreno Jimeno y Ricardo González Vigil).[4]
Ritmo y lenguaje se arman como un puente sobre un río que deja fluir el motivo, la música, el discurrir vital y la entrega. Todo decir le pertenece, "sin censura", a decir de uno de sus estudiosos. Toda forma de expresión poética cae en sus manos y es sobre pesada. El poeta Mendes Vianna fue artero jugador de los infinitos gestos que se nos presentan en poesía como crisoles posibles, como armaduras de guerra, de su creación sin fronteras. Por ello, lo barroco y lo romántico no le parecieron extraños, ni son campos extraños en algunas de sus obras. Una última reflexión de Anderson Braga Horta en su ensayo "Uma proclamação da vida", a propósito del "último vuelo" (O Último Vôo) de Mendes Vianna, nos lo revela prolífico y suntuoso en sus variantes expresivas, en sus aportes a la mejor poesía brasileña moderna; en la firmeza de su legado incuestionable:
Fernando conhece tudo de seu mister. Sabe o que fazer com as idéias —que entram na circulação sangüínea do poema sem o transformar em panfleto—, segura nas mãos as rédeas da metáfora (e nele a metáfora mostra, não raro, um vigor quase selvagem), permite-se jogar, sem se perder nos desvãos do acaso, um jogo luxuriante e luxurioso com a palavra. Ele brinca amorosamente com as palavras. Não se trata de um brincar vão, ou infantil, senão de um lúdico tratar de ânsias e essências, de idílios e de dramas, de pensamento e sensualidade, e o resultado desse jogo é sempre um artefato poético de profunda e faiscante beleza. [5]
Son muchos los símbolos y los signos de este grande poeta sueltos en la brisa de su Brasil natal, en su Brasil de fuegos y flora, de mares y "amorosas manifestaciones" del ser, así como de los misterios de la vida y de su búsqueda incesante de verdades y revelaciones. Acaso en su estatuto de sueños y vigilias, de transitoriedad y eternidad, como si de veras su vuelo fuera apenas un adiós momentáneo.
ESTATUTO
Um severo estatuto
preside esta procura:
dizer o sol e o luto
em carne e ossatura.
Poluto ou impoluto,
água do poço ou da altura,
a flor do canto não dura
sem o caroço do fruto.
ESTATUTO
Un severo estatuto
determina esta tienta:
decir el sol y el luto
en carne y osamenta.
Poluto o impoluto,
agua de pozo o de altura,
la flor del canto no dura
si no tiene hueso el fruto.
(Trad. Manuel Moreno Jimeno y Ricardo González Vigil). [6]
Finalmente, un par de valiosos trabajos sobre el poeta Fernando Mendes Vianna se los debemos a la investigadora, traductora y filóloga española Alicia Silvestre Miralles, correspondiente uno, a la traducción que ella hace de una selección de textos del poemario A rosa anfractuosa [7]; y, el otro, un corto pero interesante ensayo titulado "La poesía de Fernando Mendes Vianna en español, un estudio de la penetración de la traducción de literatura brasileña en la cultura hispanohablante" [8], que invito a consultar como parte de nuestro interés por este grande poeta suramericano, cuya obra poética nos invita a conocer desde los misterios de la poesía —también los que son propios de la vida y de la inteligencia humana en toda su dimensión—.
Pariaguán, Venezuela, 23 de agosto de 2021
REFERENCIAS
[1] Anderson Braga Horta, "Uma proclamação da vida", en Proclamações (Brasilia, Thesaurus, 2013); pp. 147-174).
[2] Ibídem, pp.148-149.
[3] Ibídem, pág. 155. Traducción del autor de este ensayo.
[4]Consultado en: http://www.antoniomiranda.com.br/iberoamerica/brasil/fernando_mendes_vianna.html
[5] Anderson Braga Horta, art. cit., pág. 169.
[6] Consultado en: http://www.antoniomiranda.com.br/iberoamerica/brasil/fernando_mendes_vianna.html
[7] Mendes Viana, Fernando, «Traducción de una selección de poemas de A rosa anfractuosa», trad. Alicia Silvestre Miralles, Hermēneus. Revista de Traducción e Interpretación, 21 (2019): 633-643. Consultado en: https://zaguan.unizar.es/record/98439/files/?ln=es