“La única ventaja de jugar con fuego
es que aprende uno a no quemarse”
Oscar Wilde
El “dictador” Nicolás Maduro, hace cualquier cosa para complacer a los opositores; falta verlos proponer la reunión para el diálogo en un viaje de recreo en uno de esos cruceros, donde pidan alargar los días, o les permitan tomar cualquier incitador para espantar el sueño, y así, aprovechar las horas con todos los placeres ofrecidos al humano, como a los jóvenes recién casados. Mientras Maduro, sigue pisoteando de esa manera la democracia en Venezuela; por el otro lado: Joe Biden e Iván Duque, se mantienen dando catedra de respeto y el buen manejo, de lo que en verdad significa la libertad en el buen sentido democrático.
En el pasado reciente Donald Trump, le había dado indicaciones a un joven inocente, con todas las características de un seminarista para que iniciara todas las escaramuzas posibles a manera de ensayo, garantizándole que no se preocupara por los heridos y muertos, aun, cuando se produjeran en las condiciones más espeluznantes, porque en toda obra de teatro, los espectadores tienen que acostumbrarse a las escenas dramáticas, así, los estén arrojando a una hoguera, porque eso, es, parte del drama y al final tiene su perdón, como ley de los gobiernos estadounidenses, con tal que ayuden a difundir la verdadera libertad.
Cumplido el plan establecido, con tan buenos resultados; no podía falta que, otros gobernantes, con menos inteligencia, pero dispuestos a oír, y copiar cualquier sugerencia de estos esclarecidos paladines del buen proceder democrático, se metieran en el grupo de acusadores de Nicolás Maduro, por haber seguido la predica del comandante Chávez, hasta cometer la osadía de presentarse a la reunión de la CELAC en México, manejando, como cualquier taxista de los muchos que abundan en la plaza Zócalo. Para rematar en la asamblea de la ONU que, casi se salía de la pantalla al leerle la cartilla al imperialismo, con la cantidad de atropellos a los pueblos de nuestra América.
El grave problema para los denunciantes de Maduro, es, que, todos los informes presentados llevan el sello, con el visto bueno, refrendados en dólares, y ni siquiera, con la ayuda del gran poder mediático puesto a correr por el mundo –en algunos casos con voz femenina, para ver si tragan el veneno– logran convencer a los que despiertan sobresaltados al ver la verdad; porque el mismo representante del gobierno de Biden, cuando vio las gráficas maltratando a los emigrantes haitianos en la frontera mexicana, les tiro la renuncia, como el que carga en la consciencia un peso muy grande, y no le queda otra, sino lavarse las manos, como Pilato, el límite de su sinceridad.
En ese jueguito perverso de la oposición que, no haya donde “esconderse” para dialogar, siempre está presente la comedida intención de Maduro, quien los sigue en cada paso que dan, a pesar de todas las complacencias, pero sin apartarles la mirada, porque después de los guarimbeos, y la consabida dirección criminal de cuanto gobierno se instala en la Casa Blanca, no se les puede dar un centímetro para que actúen a sus anchas, y menos, cuando siguen con las mismas amenazas de aplicar sanciones, sino no se someten al poder que, por largos años han desplegado en el mundo, y la primera receta es la fuerza y de eso conoce bastante el presidente de Siria, Bashar al- Ásad, país, sometido a un acoso y bloqueo criminal, como ningún país en el mundo. El último chantaje del diálogo es para reír, en medio de la poca seriedad de los dialogantes opositores, al usar un intermediario de no asistir el próximo 21 de noviembre, como observadores a las elecciones, si, el gobierno no los complace, con lo que en verdad quieren: manejar el proceso para cantar fraude, y nuevamente la amenaza de invasión de la armada gringa.
narciso_t_29@hotmail.com
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