Venezuela ha sufrido una de las más brutales devastaciones que registre la historia mundial, fue el país agredido desde adentro por un artero ataque en época de paz. No fue una guerra, no hubo resistencia, el enemigo actúa con alevosía, premeditación y completa impunidad. El engaño fue total, las fuerzas de la resistencia posible se paralizaron. Para los habitantes de hoy no es necesario hacer un inventario de los males sufridos, ellos lo viven en carne propia, para las generaciones futuras sea suficiente decirles que todo fue destruido, lo moral, lo espiritual y lo material, el país sufrió una verdadera y total tierra arrasada perpetrada por quienes se hicieron pasar por sus mejores hijos, y resultaron ser tremendos traidores, a Chávez y a su legado.
Aún hay tiempo de reconstruirlo todo, de salvar la existencia de la Patria dolida, mañana será tarde y las generaciones futuras, los hijos de nuestros hijos, nos acusarán, con razón, si no hacemos algo desesperado, de haber dado la espalda a nuestro bienestar, y al de ellos, de haberlo privado de una Patria, haberles heredado un país esclavizado.
Tomar conciencia de lo anterior es esencial para intentar la recuperación, es necesario aceptar que todo cambió, vivimos en un país herido de madurismo, ahora nada funciona. Es necesario salir del madurismo, esa condición es previa a cualquier solución. Con el madurismo sólo podemos esperar más destrucción, caminamos hacia el fin, la extinción. Son vanos los esfuerzos por salir del madurismo conquistando cuotas de poder, diputaciones, alcaldías, son vanos los pedidos de elecciones libres, de respeto a los derechos humanos, libertad para los secuestrados, es vano el pedido de una economía sana, el rescate de los hospitales, los servicios públicos, las mejoras salariales, todo eso es inútil, mientras padezcamos al pranato, toda lucha que no tenga como norte su destitución es distracción. La gran consigna de Venezuela debe ser ¡salir de maduro ya!, pedirle la renuncia, derrotarlo.
Es hora de que despierte el Chavismo chavista, de volver a su pensamiento, con la esencia de su ideología: por el Socialismo, contra el reformismo y la burguesía gringa. Con esa guía reconstruir la dirección chavista, y emprender el camino del rescate de la Patria. Rescatar el partido de Chávez, el PSUV, CHAVISTA, EL AUTÉNTICO, hoy secuestrado por una costra que se declara capitalista sin el menor rubor, que abjura del Socialismo, que declara que las reformas económicas socialistas de Chávez fueron un error. Con esa guía devolverle a la masa la esperanza y devolverle la Patria. En esta tarea decisiva son importantes los obreros, sus líderes deben asumir su papel histórico y tomar su consigna principal: Contra el capitalismo, por el Socialismo. No es hora de melindres, de regreso al economicismo castrador. Es momento para que asuman su papel de dirección de la sociedad, de la lucha por conquistarla y de la lucha por reconstruirla. La masa, está allí, la teoría está allí, la experiencia exitosa del ensayo socialista de Chávez la vivimos. Solo falta que los líderes chavistas, los dirigentes honestos de los diferentes sectores de la sociedad, se pongan de acuerdo y comience la Guerra Patria de la reconstrucción de Venezuela.
¡CHÁVEZ CONSTRUCTOR!