La esquizofrenia política ha sido poco estudiada, es peligroso hacerlo, puede suscitar represión de los gobiernos. No obstante, algo se adelanta al relacionarla con la esquizofrenia individual. La Clínica Mayo define a la esquizofrenia como:
"La esquizofrenia es un trastorno mental grave por el cual las personas interpretan la realidad de manera anormal. La esquizofrenia puede provocar una combinación de alucinaciones, delirios y trastornos graves en el pensamiento y el comportamiento, que afecta el funcionamiento diario y puede ser incapacitante."
A partir de esta definición podemos aproximarnos a un diagnóstico de este gobierno madurista:
1.- Interpreta la realidad de manera anormal: Cuando el madurismo pretende llevar a la Corte internacional el trato de los emigrantes venezolanos en Colombia, está dando clara muestra de una anormal interpretación de la realidad. A la Corte internacional debería ir el gobierno madurista por el crimen de haber producido el éxodo de más de seis millones de venezolanos. Cuando pretenden que esos millones regresen en una operación retorno, que además de ser algo así como vaciar el océano con una cucharita, traerlos en avioncitos llevaría siglos, desconoce la realidad de la estampida y las pocas razones para el retorno. Sin olvidar que el madurismo desconoce el éxodo.
2.- alucinaciones, delirios y trastornos graves en el pensamiento y el comportamiento. De esto podemos recopilar montañas de datos, baste recordar las veces que el madurismo ha prometido reactivación económica, o las veces que afirma ser antiimperialista, o ser chavista. O recordar las excusas para justificar la torta con los servicios públicos: las iguanas maléficas, los ataques con misiles a las refinerías. Y más reciente, el propio delirio con el empresario saab, nacionalizado, nombrado diplomático, miembro de la mesa en México, objeto de campañas y pintas en paredes, cuando el mismo gobierno declara que es un empresario de alimentos. El colmo del delirio, fue nombrarlo miembro de la mesa de diálogo en México, y retirarse de la mesa por la extradición, reconociendo así lo internacional del conflicto local, la verdad de los imperios tras las negociaciones. Son conocidos los usos del madurismo de la mentira como forma de gobierno.
Por esos y por mil datos más, se puede afirmar que estamos frente a un caso grave de esquizofrenia política que tiene consecuencias sobre la existencia misma de la nación. Los padecimientos mentales del gobierno se reflejan en toda la nación. La población funciona como una especie de espejo de estas conductas. Pero lo peor es el comportamiento de una oposición reformista, no nos referimos a la oposición gringa, esos padecen otros trastornos, nos referimos a las llamadas izquierdas, que no captan la naturaleza, más que dictatorial, enfermiza del gobierno y pretenden ir ganando posiciones, sólo consiguiendo certificarlo.
Está comprobado, este gobierno, no es una dictadura común, es una enfermedad, una epidemia sobre la sociedad, y no hay más remedio que salir de él, tumbarlo. Todas las acciones deben tener ese norte. No hay cabida para medias tintas, para reformismos. Si no salimos del gobierno madurista la existencia misma de la Patria corre real peligro. La esquizofrenia política conlleva carencia de escrúpulos, de mesura, son capaces de todo, de venderlo todo. No hay tiempo para distracciones, para pedir rectificaciones. Con el madurismo no hay futuro, el país necesita una referencia distinta.
¡CHÁVEZ SOBERANÍA!...