La restauración del pasado se manifiesta por signos inconfundibles, uno de ellos es la fiesta electoral que ha sido acompañada con el abandono de la revolución en sus aspectos fundamentales: el espíritu social para enfrentar las dificultades individuales (la pérdida de la solidaridad social) y haber dejado atrás los avances materiales que dan sustento al socialismo en sus prácticas sociales (la propiedad social, y todos los programas sociales de salud, educación y formación científica, para financiar a ladrones). Cuando la gente se distrae de sus problemas en la fiesta electoral burguesa es porque ya se ha perdido el compromiso con la revolución, cuando la gente permite la fiesta electoral, así no vote, es porque no le importa mucho el destino del colectivo sino sus propios asuntos, y cuando esto pasa se ha restaurado el "orden espiritual" aburguesado del pasado; un individualismo a ultranza, la indiferencia frente a las desgracias del hermano; es el alma que impulsa la migración de nuestros connacionales, indolencia frente al destino de los demás. También se activa la máquina del ascenso social, comienzan a proliferar los aspirantes y oportunistas por todos lados.
Los discursos vacíos de los candidatos y sus promotores se imponen por encima de la acción abandonada, de la eficiencia abandonada, de la traición, de la irresponsabilidad, de la realidad que todo el mundo niega– aparte, todas las decisiones y políticas del ejecutivo nacional con las cuales han comenzado entregar el país (la propiedad social, el trabajo social y los recursos naturales) a los intereses privados –.
Estas elecciones sellan la restauración del pasado. La acción revolucionaria quedó encapsulada en símbolos y discursos hueros, sin sentido en la realidad, luego de ser abandonados los proyectos y planes socialistas chavistas, el debate político y la crítica, sustituidos por la comodidad del pragmatismo: delegar el esfuerzo humanista al frío cálculo contable; ¡dejar que el lucro personal de unos cuantos resuelva la felicidad de muchos!
Lo que quedan son disparates y engaños, que como una letanía, repiten todos los candidatos de la misma forma, tal y cual lo hacen unos y otros, engañando, estafando con promesas que no van a cumplir jamás. Sin embargo, mucha gente que saldrá a votar por ellos, y los prefiere así, descansando en la comodidad de la indiferencia, hasta que la enfermedad y la pobreza toquen a su puerta. Otros, venden su apoyo (así de simple), y una gran cantidad no votará en un estado de indiferencia patológica, ni siquiera conscientes de no querer votar.
¿Cómo retomar el camino trazado por Chávez en el Plan de la Patria? A cada disparate madurista habría que oponerle la correspondiente corrección dentro de una lógica socialista, no capitalista. El desarrollo capitalista está acabando con la sociedad humana y la vida que la sustenta. Cada día las contradicciones en el capitalismo se acentúan más, titulares de prensa no las pueden ocultar, cada día los ricos son más ricos a costa de un mundo de pobreza que crece. El mayor índice de emisión de carbono a la atmósfera proviene del estilo de vida de los más ricos. La cumbre en Glasgow sobre el clima, como siempre, fue un fracaso, un show de discursos vacíos. Entre los disparates de Maduro está el abrir el país a inversores ampliando el modelo de explotación capitalista extractivo y la explotación del trabajo humano sin ningún tipo de regulaciones, condonando impuestos, desaplicando leyes; eso hay que cambiarlo. Venezuela debe ser un modelo de desarrollo humano distinto al capitalista, para eso debemos convencer a mucha gente, profesionales, estudiantes, obreros, para que amplíen su visión de mundo más allá de sus intereses particulares.
Después de las elecciones, el país quedará ebrio de fiestas, incluyendo de la fiesta electoral, el gobierno hará lo posible por adelantar el carnaval y la semana santa para no dejar pensar a nadie; a menos que sucede alguna sorpresa, solo quedarán despiertos algunos sintiendo una mayor carga de responsabilidad por el destino del país (si acaso queremos rescatarlo de los planes neocoloniales de las dos derechas).
Se habló de conformar una nueva Junta Patriótica de reconstrucción o rescate de la revolución. Nuestra propuesta es conformarla en torno al programa de Chávez original, el Plan de la Patria (antes de ser cambiado por Maduro), y a partir de ahí sumar seguidores, darle un nombre adecuado y comenzar a estructurar acciones políticas en defensa de Chávez y el socialismo, redactar una declaración y convocar para un apoyo abierto a este documento, que sea esta la declaración socialista más meditada y honesta del siglo. Sin mentiras, sin falsas pasiones, sin alharacas, hablar con la verdad; que la politiquería se gaste, a los socialistas nos toca hablar con razones y con la verdad, de nada vale culpar de todo al madurismo y a los guaidoses y sus sanciones, si no somos capaces de proceder con compromiso y contundencia, asumiendo responsabilidades.
La Nueva Junta Patriótica Socialista debe ir pensando desde ahora cómo sustituir al gobierno y cómo retomar el proyecto socialista: reconquistar nuestra independencia, avanzar en contra de la lógica del capital (estimular la democracia participativa y protagónica), crear un modelo político para la región de desarrollo social socialista, humanista, solidario y ambientalista, y fomentar un mundo multipolar; todo está escrito, pero debemos actuar.
¡CHÁVEZ ES EL FUTURO!, ¡VOLVAMOS AL PLAN ORIGINAL!