La Universidad Católica Andrés Bello reporta en un estudio 94% de pobreza, y diversos organismos internacionales hablan de 9 millones de éxodo para el 2022. Estos números dibujan con nitidez, en Venezuela, una situación de emergencia humanitaria, de gravedad extrema, de catástrofe.
Este es el país de los absurdos, mientras lo anterior sucede, distraído, apendejeado, se hunde en el abismo de su extinción. Los entretenimientos que proponen los medios de comunicación y manipulación es el cambio de domicilio de claudio y arreaza, dos gaznápiros que hacen comparsa al extravío, las peleas de mentiritas en el cne, las rabietas y amenazas de los miércoles en la noche, el anuncio de la rutilante llegada de cien conciudadanos en la operación de regreso a la Patria. El gobierno, por su parte, como si de un país próspero se tratara, se preocupa por el 1x10, regaña de mentirita a los funcionarios, reparte unos bonos de grosería, y llaman a rumbear en diciembre.
Este periodo absurdo, que no sabemos aún en dónde, cuándo y cómo terminará, será objeto de mucho estudio por los historiadores. Lo primero es que se sorprenderán de la diligencia del madurismo para destruir, el madurismo será sinónimo de una plaga de destrucción masiva. Luego, se admirarán de la parsimonia de los dirigentes políticos que dejaron a la sociedad sin referencias, en manos de la derecha madurista y la derecha gringa. Y por último (quiera Dios que así sea) se impactarán con la heroica reacción del chavismo auténtico.
Es así, pasarán a la historia unos como la canalla que destruyó a un país, y otros como la demostración de que "el hombre no es una pasión inútil", que cada manifestación de la barbarie tiene su respuesta de la corriente humanista. La historia registrará a Venezuela como escenario de una dura batalla del humanismo enfrentado a la barbarie, un ejemplo de que mientras exista un humano dispuesto a luchar por objetivos altruistas, con visión de futuro y de humanidad, no todo está perdido, hay esperanzas.
No sabemos cómo terminará esto, sólo nos queda imaginar posibilidades, nos basamos en nuestra historia, recordamos las gestas de la independencia, y las luchas persistentes de este pueblo contra la injusticia, pensamos en Fabricio, en Lovera, Argimiro, Douglas. Recordamos la gesta de la resistencia armada de los sesenta, a Iracara, los Humocaros. Y más reciente nos conmueve el ejemplo de Chávez, que sin dudas y por sobre las mezquindades, fue el mayor y más hermoso intento de fundar en estas tierras una esperanza para la humanidad herida, condenada por el capitalismo. Nos convencemos que pensar en un futuro mejor, en salir de esto hacia tierra de relación fraterna, de construcción de bienestar, de recuperación del orgullo de pertenecer a Venezuela, no es un desatino, hay bastantes ejemplos para seguir, tenemos el camino trazado por el pensamiento y la acción del Comandante, existe la teoría. Hoy, como nos recordó Rosa Luxemburgo "una chispa puede incendiar la pradera".
¡CHÁVEZ, CHISPA Y PRADERA!...
