El tiempo, ese viejo que todo lo aclara, nos muestra ya algunas certezas. Por ejemplo, el madurismo no es chavismo, al contrario, es su peor enemigo, constituye junto a la derecha gringa una santa inquisición contra el chavismo, contra el Socialismo. Otra certeza, el país en manos del madurismo atraviesa una de las horas más funestas de toda su historia. Otra convicción, el gobierno madurista, sin estrategia, sin proyecto, conduce a la nación hacia la barbarie fascista.
Esta situación indiscutible, sostiene la idea de la imposibilidad de alguna solución a esta crisis dentro del madurismo que la creó. El país se va convenciendo de la necesidad de salir del madurismo. El resultado de las elecciones, las encuestas más creíbles, indican el aumento acelerado del rechazo al gobierno; ya las patrañas, las excusas, las imputaciones a otros no convencen a la gente, no evitan que entiendan que el mal principal del país está en Miraflores. Cada día está más claro que la solución es salir de los falsificadores, no obstante hay una paradoja política.
En medio de estas condiciones objetivas y subjetivas propicias a la salida del madurismo, no hay liderazgo capaz de dirigir la lucha final en contra del estamento político, del madurismo y la derecha gringa que forman una coyunda que oprime a la nación.
La derecha gringa, oportunista siempre, espera unas elecciones para aprovechar el descontento, capturar el gobierno y dar continuidad al desmontaje del Socialismo que comenzó el madurismo.
El chavismo no ha conseguido recuperarse del inmenso golpe que significó el asesinato del Comandante y, disperso, pasa los días entre el lamento y la indiferencia.
Hoy es necesario resucitar al chavismo, la Patria necesita una opción política que haga frente a la deriva madurista, a la derecha gringa, que pretende reeditar la vetusta cuarta república, y que actúe frente al peligro fascista que asoma como una solución política del capitalismo desesperado. Nosotros proponemos, como un paso hacia el resurgir del chavismo, la convocatoria a un Concilio.
Este concilio de los líderes chavistas debe servir para discutir la manera de colocar en la escena política la opción chavista. Alguien debe impulsar esta reunión, no importa el número de participantes, seguramente, por razones de la represión, serán muy pocos, lo importante es la intención y la idea, en este caso la calidad prevalece sobre la cantidad. Ya es importante el hecho de verse las caras, de hablar después de años de aislamiento, de reconocerse en sus diferentes posiciones ideológicas y políticas. Unos atacarán la idea, otros la desdeñarán, en cualquier caso, será un avance hacia la meta propuesta.
Es suficiente que un grupo pequeño de líderes chavistas entienda la necesidad de este pueblo de revivir la esperanza, y asuma la responsabilidad de dar el paso de convocar al Concilio. Sabemos que la tarea es difícil, encontrará obstáculos en el gobierno y dentro del campo chavista, pero la dimensión de estas resistencias son una medida de la importancia de una reunión de este tipo.
El país, la lealtad con el Comandante Chávez merecen, necesitan, este esfuerzo, la definición de los campos, el regreso del chavismo a la escena política. El chavismo no puede conformarse, en su dispersión, con diagnósticos y denuncias, que son buenas, pero no suficientes, es necesario actuar.
¡CHÁVEZ, CONCILIO CHAVISTA!