Es de costumbre muy antigua entre la gente adinerada, mandarse a hacer los trajes a la medida de sus ampulosidades, y de sus circunstancias palaciegas. En Venezuela Simón Bolívar, después de su muerte, fue convertido en el traje a la medida de la oligarquía criolla, que propició estatuas y homenajes tardíos, para escamotear y burlar el decreto del emancipador que liberaba a los esclavos en toda la América Meridional.
Los Retratos de Bolívar, aparecían en las oficinas contables detrás del oligarca que atracaba a la nación, y a los pobres que se iban convirtiendo en miserables. La condición eminentemente popular de Bolívar fue borrada, los oligarcas convirtieron su nombre y su hazaña histórica en un traje a su medida. No solamente recuperaron las tierras que habían perdido al fragor de la lucha emancipatoria, sino que se apropiaron de las tierras que antes eran del dominio popular.
Impulsado por esta ingrata realidad surgió Zamora, y su grito “Tierras y Hombres Libres”. Fue vilmente asesinado, y no se lograron las tierras, ni los Hombres, ni las mujeres fueron libres, y Bolívar quedó definitivamente como el ropaje perfecto para la oligarquía fortalecida, y ahora proimperialista del imperio norteamericano. La Historia nuestra se convirtió en un fastidioso anecdotario, saturado de estrambóticos oropeles, cuya intención era ocultar el carácter revolucionario presocialista de Simón Bolívar. Hay algo más peligroso que el desconocimiento de la Historia, y es beber como tontos las historietas falseadas de los historiadores profesionales que como habilidosos sastres adecuaron la gesta bolivariana a la ambición desmedida de la Oligarquía.
“En el Mundo ha habido tres grandes majaderos: Jesucristo, Don Quijote y yo” decía Bolívar en el colmo de su desaliento. En esta marabunta de embusteros con pretensiones de historiadores, sólo se salvan unos pocos que son verdaderos historiadores: Perú Delacroix, Indalecio Liévano Aguirre, Rufino Blanco Fombona entre otros. Desde hace 8 años en Venezuela ha comenzado con la Revolución Bolivariana, una proteica operación para recuperar la verdadera esencia de Nuestra Historia. Bolívar ya no es más el traje a la medida de los oligarcas, Bolívar está ahora al frente de esta lucha por la liberación nacional; y ésta es la verdadera razón por la cual los oligarcas que dieron el golpe de estado de abril del 2002 siguiendo el mandato del amo imperial, quitaron el retrato de Bolívar del gran Salón donde coronaban al reyezuelo de Carmona. El traje de Bolívar le quedaba demasiado grande, y entonces le afloró el odio que siempre le tuvieron y le tienen a Bolívar, como la culminación más alta de nuestra esencia popular.
Con Jesús de Nazareth vamos a topar Sancho, parodiando la locura de Alonso Quijano, el bueno. A ver, Jesús, el Hijo de Dios, el anunciado por Juan el Bautista, ha sido el hombre más calumniado y chimbeado de la Historia. En primer lugar Jesús calzaba unas viejas sandalias que quizás nunca fueron nuevas, su túnica estaba descolorida y raída, su aspecto no podía ser más humilde, su modo de vida no podía ser más austero. Jesús cazó una pelea decisiva y mortal con el Imperio romano, es decir con la fase superior del capitalismo de aquella época. Esa lucha se centraba en un dilema terrible: o era Jesús o era el Imperio romano. Uno de los dos tenía que eliminar al otro para hacer prevalecer su ideología, y perdió Jesús que era el más débil, y el menos comprendido.
La ideología de Jesús estaba centrada en el credo de un Dios de amor; tal ideología debería germinar y fructificar entre los pecadores, que en definitiva eran todos los mortales de esta tierra: “El que de vosotros esté sin pecados que arroje la primera piedra”. Aquel credo que era la continuación del credo de Abraham y de Moisés, significaba la aniquilación de la ideología pagana del Imperio romano. Vendido Jesús por uno de sus propios seguidores, su ideología fue volteada como una media por una nueva versión del Imperio romano, iniciada por Constantino, y hecha realidad por Teodosio. Desde entonces el Imperio romano fue cristiano, pero del cristianismo liberal desvirtuado de la esencia original que Jesús le había dado en la calles, y en los vericuetos de Galilea.
El cristianismo de Jesús, no es el mismo cristianismo practicado en el Imperio romano en su decadencia, ni es el mismo cristianismo practicado por “Su santidad” don Ratzinger allá desde su bunker del Vaticano. Este Cristianismo practicado por la santa Iglesia católica, apostólica y romana, nada tiene que ver con el pensamiento del Cristo original. Jesús no fundó ninguna Iglesia, y es mentira que se la mandó a fundar a Pedro, es todo una volteada de media de lo que realmente Jesús dijo.
Si analizamos con detenimiento lo que la mafia curera puso en boca de Jesús, podríamos concluir que Jesús no solamente fue Liberal, sino que también fue neoliberal. En tal sentido pudiésemos revisar el matrimonio indestructible de las cúpulas podridas de la iglesia católica apostólica y romana con el capitalismo, y su expresión más alta el Imperialismo.
La afirmación de que Jesús fue socialista, aún sin existir la palabra y su teoría revolucionaria, y científica, es razonable: Jesús multiplicó los panes y el vino para que nadie tuviese hambre, y esa es una señal de igualdad popular, es decir de lógica socialista. Cristo mostró su predilección por los pobres, por los explotados de este mundo, lo cual indica que estaba interesado en acabar con la explotación del hombre por el hombre, y ese también es un principio esencial del Socialismo.
Si nos apuran, afirmaremos que el Cristo original fue el primer Socialista, aun sin que hubiese aparecido el Socialismo como sistema político de liberación definitiva de la Especie Humana.
Si no fuésemos capaces de construir un mundo mejor,entonces nuestra vida sería suceptible de ser revisada por aquellos que estan trabajando en ese noble propósito.
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