Auditórium

Politiqueros, e ignorantes, que no saben de política

"El peor analfabeto es el analfabeto político. No sabe que el costo de la vida, el precio del pan, del pescado, de la harina, del alquiler, de los zapatos o las medicinas, dependen de decisiones políticas. De su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado, y el peor de todos los bandidos que es el político trampero, granuja, corrupto y servil, y sigûies de los comerciantes extranjeros explotadores". Fin de la cita. Bertolt Brecht.

Siempre he entendido, desde que hice mi introducción, a la política en mi época de estudiante, en el segundo curso de formación de dirigentes políticos juveniles para la América Latina en la década de los 70, patrocinado por la izquierda cristiana.

Se ha dicho que la política es una ciencia y, más aún, que es un arte. Desde tiempos de la antigüedad se hace política. El ser humano según los griegos es un:"animal político". Mucha razón se tuvo en esa esencial definición, por lo tanto, se debe cuestionar a quien diga que no lo es, y menos que hablen de ideologías, sin saber lo que es la política. Todos los días desde que amanecemos se hace política. No es necesario, menos indispensable, o tener la condición de ser militante de un partido, cuando los directivos no saben que es izquierda, derecha, capitalismo, comunismo, fascismo etc. para ejercer este noble oficio ciudadano. Hasta cuando se compra el pan de cada día se hace política.

También aprendí que la política es la madre de todas las ciencias. ¿Tremenda afirmación? Muchos pensadores han contribuido a precisar, con meridiana claridad el mencionado concepto.

Hoy vemos como la política venezolana ha sido denostada, maltratada como actividad, también desprestigiada, por los actores con las bolsas de comida, y la entrega de medicamentos. Pero la política no tiene la culpa de esos perversos actos politiqueros. Siempre seguirá siendo la noble ciencia u oficio universal. Sin ella es imposible la vida en sociedad. Suelen existir los ‘directivos políticos’, algunos, los mas mediocres de ‘toga y birrete’, hacen política entendida como ciencia, o como operación contribuyente, a regalar dadivas de vida, a los ciudadanos mas vulnerables.

Quienes sí tienen al demonio por dentro, son aquellos "personalidades" que por sus funestos actos públicos en nombre de la política la dañan cada día, son los alacranes politiqueros, los arribistas a ella con intenciones reñidas con toda ética pública. En períodos preelectorales, y de cualquier celebración festiva o patronal, suelen aparecer dichos perversos personajes, como lo que son: oportunistas, mediocres, incultos, corruptos.

En estos días recientes del mes de enero, y febrero del 2022, Venezuela se ha visto estremecida por la incursión pública de la hiperinflación, donde millones de ciudadanos, demandan justicia social, y económica ante la precariedad en las condiciones de vida. Bajos salarios, miserables pensiones, y las precarias condiciones laborales de explotación moderna por parte de comerciantes árabes, y chinos, de los trabajadores venezolanos, en panaderías, bodegones, farmacias, y en cuanto cuchitril abren con el nombre de Market.

Súmense ahora las alzas del transporte, las fallas de la luz, del agua, y de otros servicios esenciales como la salud, y el internet. De otra parte, están los obscenos privilegios de una minoría de alacranes, enchufados, y comerciantes extranjeros que se han mantenido a flote durante esta tragedia. El gobierno bolivariano no da respuesta a los sufrimientos del ciudadano trabajador. Los calmantes no sirven, y en las promesas los ciudadanos venezolanos ya no creen. El modelo "socialista neoliberal" ha fracasado. La ‘clase política de ambos bandos‘irritante expresión, ha caído en el más absoluto desprestigio. Los escasos políticos con credibilidad e inspirados, hoy están desafiados para que den un paso al frente. Ni un Estado de emergencia, ni con militares en las calles, y carreteras, y en las empresas públicas nada resuelven.

¿Qué es hacer política? "Es el saber hacia dónde se va, cómo se va, y a qué se va". No basta estar en un partido, para decir tener un ideal político. Un ideal político es indivisible de una moral política. Política, y politiquería la tienen todos los fracasados corrompidos. Moral política, no la tienen.

Hoy existe una dicotomía entre izquierda y derecha, esa paja ya no existe en pleno siglo XXI, la lucha es por la libertad. Para reforzar este concepto, y la práctica política como sociedad humana en estos tiempos, en particular en nuestro país, existen muchos ejemplos, históricamente algunos muy notables y otros…, francamente, deleznables, y lamentables. La política no es el arte de la trampa, el desprecio, y la mentira, y menos ha de ser la práctica del engaño. Estas nefastas conductas deben ser desterradas de la política venezolana. Los medios de comunicación, y las redes sociales, los periodistas, articulistas, y los que hacen opinión publica, deben ser creíbles, decir la verdad, y no responder a los monopolios de la desinformación, y la mentira.

En la vida nacional hay mucho que analizar diariamente en el ámbito del ejercicio del poder con el objetivo de aprender cómo el liderazgo que allí participa asume su responsabilidad, y cuáles son las actitudes que en muchos casos son cuestionables. Se sabe que la política orienta de manera adecuada el gobierno de un país o Estado haciendo uso de principios, formas y estrategias para atender respuestas a las necesidades de toda la ciudadanía, y la población que forma parte del Estado. La población en general y particularmente la ciudadanía han delegado a sus líderes para que se integren a cierto espacio del Estado con la responsabilidad de aplicar los ofrecimientos a la solución de distintos problemas sociales y económicos. Este liderazgo que hace política y gobierno se puede identificar según sus características y su actuación.

Un político puede ser caracterizado por tener militancia en un partido donde activa con principios que guían su actuación en todo los ámbitos, sostiene una ideología que hace particular su pensamiento y las formas cómo considera resolver los problemas de la población. Se mueve según un conjunto de valores como justicia, democracia, inclusión, equidad, tolerancia, prudencia, y sobre todo la transparencia. Sus objetivos responden a la búsqueda de soluciones a las aspiraciones de los habitantes en general, el bienestar de las generaciones actuales, y futuras, que el Estado cuente con servicios públicos de calidad para todos y hacer actividad política para el desarrollo humano.

En cambio, el politiquero se distingue por algunas características como las siguientes: se interesa por su enriquecimiento personal, vive de falsas promesas en el contexto de la política, cambia de partido político periódicamente porque carece de ideología, y necesita mantenerse en el poder a como de lugar, compra votos al momento de las elecciones. Su actuación se orienta por ambición de poder, el engaño, el egoísmo, la intolerancia, y el irrespeto a las personas. El politiquero se identifica como aquel líder que le gusta robar dinero público a través de hechos de corrupción, y el tráfico de sus influencias para obtener favores en cualquier espacio de la administración pública. Entre sus habilidades está mentir, y prometer lo inalcanzable.

Ya es tiempo de que la población en general asuma la responsabilidad de evaluar lo bueno, y lo negativo que hay en el ejercicio del gobierno de turno tanto a nivel nacional, regional, y municipal.

 

 

 

 



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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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